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Celso Amorím: “Con el ALCA no
aceptamos perder la dignidad”

A pocas horas de que el presidente Lula visitara la India donde se firmaron importantes acuerdos para el MERCOSUR  y Brasil consolidara su relación con  una de las naciones mas pobladas del planeta, la revista Veja en su edición 1838 publica una entrevista de sus periodistas Eurípedes  Alcântara y Vilma Gryzinski Eurípedes  al ministro de relaciones exteriores brasileño embajador  Dr. Celso Amorim. Lo que se puede leer a continuación es parte de esa entrevista que la La ONDA digital tradujo al español  por el relevante  interés constante que despierta  especialmente en el conjunto de los país del MERCOSUR  las palabras del jefe de Itamaratí

 – ¿En todos sus años como diplomático profesional, qué aprendió Ud. sobre los americanos?

 – Que ellos solo respetan a quien se respeta. A quien defiende su interés, sin ser antiamericano, a estos los respetan. Cuan es un interés legítimo, y no sólo un juego para la platea, ellos lo respetan. Tengo esta experiencia tanto en negociaciones comerciales como políticas.  Cuando yo estaba en el Consejo de Seguridad de la ONU, llegamos a una conclusión con base en la propuesta que el Brasil hizo.  El embajador americano me dijo que nosotros lo incomodábamos demás, pero que sin Brasil no iba a salir ninguna resolución.  Ud. precisa tener una opinión basada en principios e intereses y seguir su rumbo con equilibrio.  Si es sumiso, es descartado, a nadie le importa lo que Ud. hace.  Por otro lado, si es estridente, retórico, tampoco se configura como un interlocutor válido.  El arte de la diplomacia es defender el interés nacional y hacer esto de modo humanista y equilibrado. 

 – En asunto de este nivel, por ejemplo, qué se decide por iniciativa suya y qué es voluntad del Planalto?

 – Ejecuto la política externa determinada por el Planalto.  Pero yo le garanto que si no estuviera de acuerdo no la ejecutaría.  Ya tuve todos los cargos que podría tener en la carrera diplomática, no me quiero perpetuar en ella.  Y si ejecuto y ayudo en la formulación de la política externa es porque tengo una total afinidad con los objetivos trazados por el presidente Lula. 

  – El ministro Antonio Palocci dijo que sólo aceptaría ser ministro si Lula le garantizara que no habría asesores palaciegos opinando sobre la política económica.  En política externa, hay muchos.  ¿Esto entorpece?

Creo que la política externa es lo mismo que el cine en la Embrafilme: todo el mundo opina.  Esto no entorpece. Acaba prevaleciendo la línea más serena, que da énfasis al interés nacional. 

  – ¿Los EE.UU. harán el ALCA aún sin Brasil?

No.  Ellos pueden ir haciendo acuerdos bilaterales, pero va a ser mucho más complejo de lo que parece.  Los países andinos son mucho más sensibles a las cuestiones agrícolas que el Brasil.  Pienso que las señales de negociación son más políticas, porque ellos saben que los asuntos son mucho más complejos de lo que parecen.  El Mercosur está muy unido.  Brasil quiere el ALCA, pero hay países que no lo quieren.  Pero Brasil lo quiere a su debido tiempo.  El ALCA no sale sin Brasil y Argentina.  Es lo mismo que querer hacer un acuerdo con Asia y decir que China e India están fuera.  Esto fue comprendido y reflexionado en Miami.  Si seguimos el camino hecho en Miami, tenemos una buena chance de terminar el ALCA, incluso en este año.  Tal vez algo quede para el futuro.  El propio Mercosur, que comenzó mucho antes, aún no está completo. 

 – ¿Como será un ALCA posible?

 – Un ALCA que esté concentrada en el acceso a mercados y que tenga algunas reglas generales, pero que respete la capacidad de los países de tener sus propios modelos de desarrollo.  En el caso de las compras gubernamentales, por ejemplo.  La Petrobras tiene una política de adquisición de equipamientos para las plataformas de petróleo con preferencia para el Brasil.  Después, puede tener para el Mercosur.  Si Ud. no permite esto, cierra la opción de política de desarrollo.  Nosotros tampoco estamos contra las patentes, estamos a favor.  También estamos contra la piratería.  El Brasil, con la Unión Europea, fue contra los EE.UU. porque ellos no respetan ciertos derechos autorales.  Y yo no quiero que una dificultad, como combatir la piratería, acabe generando una represalia con el jugo de naranja, por ejemplo.  Queremos un ALCA amplio, pero equilibrado.  Porque si no va a ser un área para limitar el comercio y no para ampliarlo. 

  – ¿Cuál es el punto negociable?

El acceso a productos agrícolas es un punto delicado.  La parte más sustancial de los subsidios agrícolas vamos a tener que discutirla en la OMC.  Pero si ellos no aceptaran disminuir el subsidio de los productos que exportan para el Brasil, y no dieran compensaciones al acceso a mercados para nuestros productos agrícolas, va a ser difícil.  Y si, por otro lado, exigiesen de nosotros políticas que limiten nuestra capacidad de tener un desarrollo tecnológico, ambiental, será muy difícil.  El problema no es si entra el tema o no, como propiedad intelectual -–sino la forma como entra. 

  – ¿Qué deja como lección el ejemplo de México?

México está pasando por un gran problema.  China está tomando las inversiones que antes iban para México, ya que las maquilladoras son inversiones sin raíz.  Precisamos hacer que las inversiones echen raíces en Brasil.  Y no hay problema si fuese una empresa extranjera.  México continúa diciendo que el Nafta fue bueno, pero ya comienza a rever varias cosas.  Con el ejemplol mexicano vamos a intentar evitar los errores, aprendiendo de los aciertos. 

 – ¿Y qué es lo que Brasil acepta perder en el ALCA?

No aceptamos perder la dignidad.  No vamos a aceptar modelos que vienen prontos, todo tiene que ser negociado.  Lo que sucedía antes era una falsa negociación.  Las cosas iban viniendo y, como máximo, eran postergadas.  La principal barrera, los subsidios, EE.UU. no los discutía.  El problema es la manera como las cosas van a entrar.  Los temas de naturaleza normativa y sistémica tienen que ir para la OMC, es más lógico y es correcto legalmente.  No tiene sentido tener una regla de propiedad intelectual para los EE.UU. y otra para la Unión Europea.  Lo mismo vale para normas de inversiones y servicios.  Ahora, el acceso a mercados es punto de negociación.  Nosotros tenemos en el ALCA una negociación difícil en la parte de acceso a mercados. 

 – ¿El mundo hoy es un lugar más complicado para vivir?

 – Ya no se puede tener visiones esquemáticas del mundo.  Con la discusión sobre los grandes bloques – Estados Unidos, Unión Europea y China - , Brasil, aún siendo grande, está al margen.  Es preciso que Brasil procure extenderse hacia otros países. La idea es reunirse para negociar mejor, y no para confrontar.  Robert Zoellick (el duro representante comercial americano) , al que considero mi amigo y con quien tengo un diálolgo bueno y afinidad intelectual, me dijo que los embates en Cancún ayudaron a mejorar los puntos de vista, a procurar otros caminos.  No podemos dejarnos llevar por la emoción.  Debemos tener la frialdad de un jugador de ajedrez. 

– ¿Las elecciones en los Estados Unidos no van a paralizar el proceso?

La política internacional siempre continúa, nunca acaba.  Yo prefiero terminar el ALCA en este año.  Pero puede ser que haya asuntos que queden para una segunda etapa.  Si quisieran forzar demás, los EE.U.. no lo van a conseguir.  No sólo con Brasil, sino también con los otros países. 

 – ¿El libre comercio, idealmente, conduce a la prosperidad?

Creo que el libre comercio, hoy, es una bandera progresista.  Pienso que contribuye a la justicia social, siempre que sea verdaderamente libre, en los dos sentidos. 

Traducido para LA ONDA digital por Cristina Iriarte

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