Fuerte cachetazo a la soberbia de la derecha española
La derecha pagó el precio de su soberbia, de su autoritarismo, de su excluyente y única actitud ante el criminal atentado que costó la vida de 200 personas: quitarse los muertos de encima, mandarlos al “quinto pino” (expresión española para graficar el envío de algo lo mas lejos posible), como hizo hace más de un año con el buque Prestige que naufragó frente a las costas gallegas. En aquella ocasión remolcó la nave mar adentro y provocó una fenomenal catástrofe ecológica. La diferencia fue que lo que manchaba era petróleo, y fueron peces, aves, rocas y arena quienes sufrieron las consecuencias. Esta vez la mancha fue de sangre y los damnificados seres humanos. No fue el atentado en sí quien definió las elecciones (aunque seria necio negar su influencia), sino la vergonzante actitud del gobierno y su escandalosa manipulación de la información. Si el atentado era de ETA, los muertos eran de ETA, pero sin el atentado no era de ETA y sí obra de algún grupo vinculado al terrorismo islámico, los muertos eran de Aznar. Eso fue lo único que le preocupó al gobierno desde el momento mismo de la primera explosión (atribuir los muertos a ETA) y esa manipulación la pagó con un soberano cachetazo de las urnas. La gente se sintió engañada, estafada, y respondió al engaño y la estafa. En España el voto es voluntario y raras veces el porcentaje de participación alcanza al 50%. La indignación por la mentira y la manipulación informativa fue tal que disparo esa participación casi al 80% y no hace falta decir a que acudió esa gente a las urnas. “Hombre, es que si los abstencionistas no se abstienen, pues no hay manera”, se sinceró la ministra de Cultura del gobierno del PP después de la derrota. Ahora, el gran desafío del PSOE es asumir la inesperada victoria y mantener viva esa movilización y participación ciudadana, quebrando la ideología de la derecha que sólo ve la democracia como el mero hecho de acudir cada tantos años a votar. La democracia (como la vida misma) es activismo, y no abstencionismo, y se construye día a día con compromiso, participación social, reclamo y solidaridad.
Qué panorama se abre ahora en España? Aznar se sintió y se siente un “iluminado” y en su análisis de la derrota electoral ha afirmado que “los terroristas, con su mensaje de muerte y destrucción nos han exigido que nos rindamos”. Así interpreta el voto de los españoles: “cobarde rendición frente al terrorismo”. Una acusación que dejó firmada en una nota de opinión publicada después de las elecciones en The Wall Street Journal (defensor de la ultraderecha estadounidense). Aznar eligió fijar su posición a través de un diario estadounidense, por coincidencia el mismo al que acudió para firmar una carta antes de la guerra en Irak quebrando la unidad europea, desafiando la opinión contraria a la guerra de Francia y Alemania, y aliándose decididamente junto a los Estados Unidos y Gran Bretaña. Este es, en política exterior, el principal desafío del PSOE, que debe trabajar para deshacer esa alianza y devolver a España a la “vieja Europa” y a la tarea de construcción de la unidad regional. El primer paso, el retiro de las tropas españolas de Irak si en junio la ONU no se hace cargo de la situación del país, una propuesta que apoya el 72% de la ciudadanía. El PP tratará de hacerle pagar un alto costo por esa decisión ya que hablará de cobardía, rendición ante el terrorismo, falta de solidaridad internacional, y abandono de los iraquíes a su suerte, sin aceptar que la intervención militar de los Estados Unidos sólo los ha sumido en caos, desabastecimiento, mortandad, atentados diarios y una ausencia absoluta de autodeterminación.
La unidad de España Otro tanto ocurre con la región de Cataluña, con Barcelona a la cabeza. Los catalanes se sienten más catalanes que españoles, defienden a ultranza su idioma y lo imponen por sobre el español, en deporte reclaman competir internacionalmente en representación de Cataluña, y la tensión la llevan al máximo en el terreno económico, donde sienten que son quienes más riqueza generan y no les gusta la forma en que deben compartirla con el resto de España. Un reciente informe académico alerta que se acentuará el proceso de afianzamiento de los nacionalismos y que no es de descartar que en los próximos 15/20 años sea otra la configuración geográfica y política de España. Los vascos ya tienen elaborado un plan independentista que quieren poner a consideración de Bruselas, sede política de la Comunidad Europea. Con la derrota del PP, esos planes se aceleran.
El corsé económico Con esa realidad, el orden de prioridades cambia, la emancipación de los jóvenes se demora (por encima de los 30 años), las parejas sólo tienen un hijo, los estudios se abandonan para trabajar y generar ingresos, la calidad de vida decrece, la protesta y la rebeldía juvenil se aplaca y la derecha logra su más preciado objetivo. Se impone la cultura que dice que los ciudadanos sólo son pagadores de impuestos (lo que les da derecho a hacerse oir) y deudores y, por lo tanto fácilmente controlados, ya que sus deudas les impiden hábitos de protesta. “Los españoles asumen comportamientos sociales de propietarios, pero en realidad habitan viviendas que le alquilan a los bancos, y que sólo serán suyas cuando se encuentren próximos al momento de la jubilación ”, destaca con crudeza un informe económico. El consumo de los hogares, uno de los principales motores del crecimiento, está muy condicionado por ese fenomenal endeudamiento. El 56,2% de los hogares tienen dificultades para llegar a fin de mes, mientras que un 65,16% no consigue destinar al ahorro nada o casi nada. Cada español que accede a la vivienda se endeuda a un costo entre 3.000/3.500 euros el metro cuadrado, con un euro que se valoriza 20% más que el dólar.
Los países del Este Al mismo tiempo, la integración de esos países a la comunidad acentuará un éxodo de deslocalización empresaria, que desde el 2001 ha dejado sin trabajo a más de 10.000 personas en España. Empresas como Samsung, Philips, Bayer, y Hewlett-Packard, entre otras, marchan ahora hacia esos países emergentes, atraídas por menores costos laborales y mejores condiciones fiscales, las mismas razones que motivaron su llegada a España hace más de dos décadas. Con un nivel de desempleo que ronda el 10% y un incremento de la precariedad laboral con contratos basura y a tiempo parcial, el PSOE no la tendrá fácil, ya que si apuesta por mejorar las condiciones laborales, ahondará la brecha con los países emergentes y se sabe que las empresas y el capital sólo se mueven en una dirección: la mayor rentabilidad. La integración europea facilita esos desplazamiento y los países pierden autonomía y poder decisorio sobre estos movimientos.
Una mirada sobre América latina El cambio será en los modos y las palabras, en una actitud más dialoguista, en buscar acuerdos por consenso, antes que imponerlos, pero sin distraerse de los objetivos prioritarios de España, la integración europea, el flujo de inversiones hacia los países del Este, la lucha contra el terrorismo, el control de la inmigración, la economía doméstica, la unidad nacional. Con Europa volcada al proceso de integración y los Estados Unidos absorbidos en su lucha contra el terrorismo islámico y la conservación de sus intereses en Medio Oriente, América latina puede tener el momento histórico propicio para avanzar en el camino de la unidad latinoamericana. LA ONDA® DIGITAL |
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