Aspirantes a cargos en el nuevo
gobierno y el tema del colesterol
por Raúl Morales

Existe preocupación en la dirigencia progresista, también en la opinión pública uruguaya, sobre la permanente danza de nombres para integrar el próximo gobierno nacional. Incluso se ha dicho que muchos frenteamplistas, encuentristas y de la Nueva Mayoría se acercan hasta el Hotel Presidente, donde está instalado el presidente electo, doctor Tabaré Vázquez, para ofrecer sus servicios. 

Este fenómeno, complejo por cierto, hay que analizarlo con cuidado, para no caer en errores. No faltará quien diga que con esos reclamos de pertenencia al gobierno, se está ante una manifestación más de que la política, sea del signo que sea, termina siendo siempre un tema de lucha por el poder. 

Es posible que muchos entiendan la política de esa forma y si es así, estaríamos ante una mala señal. Pero a la vez hay que tratar de ver la otra cara del fenómeno y no para salvar a la política de los pecados humanos.

¿Es malo que hoy haya gente del progresismo que aspire a participar de las cuestiones del Estado? En principio eso no es malo, en tanto si no hubiera gente que quisiera estar en el gobierno, la lucha política se reduciría a ganar las elecciones por el simple deseo de ganar. Lo peor que podría pasar es que nadie se hiciera responsable de los triunfos, en este caso electorales. ¿Puede existir una fuerza política que se presente a las elecciones y que después no se intereses por el poder? Puede existir, pero sería terrible.

Además: ¿La integración del gabinete es solo responsabilidad del Presidente de la república electo? Si la responsabilidad fuera solo del futuro Presidente estaríamos ante una monarquía, mucho más peligrosa que las ambiciones menores de los seres humanos.

¿Alguien podía pensar que miles de militantes frenteamplistas y progresistas no se sienten que la capacidad y la alegría suficiente como para seguir militando, pero esta vez desde el poder?. Nadie lucha 170 años para sacar a los viejos partidos tradicionales del gobierno, para después quedarse en su casa.

Por todo esto, vale lo del título. Los aspirantes a cargos en el nuevo gobierno son como el colesterol. Hay colesterol bueno y colesterol malo. Hay gente que quiere cargos porque quiere acomodarse y eso es malo, y hay gente que quiere cargos porque quiere participar de los cambios, de la reconstrucción del país,  y eso es bueno. El desafío del doctor Vázquez es saber ganarse al colesterol bueno. ¿No?

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