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Suicidio y Comportamiento Humano
Despejando dudas

Diálogo Héctor Valle con Pablo Alterwain

Una vez más, el psiquiatra Pablo Alterwain soportó, estoicamente, nuestro asedio, producto principalmente de nuestra inconfesada ignorancia sólo parangonable al deseo de informar más y mejor
sobre la problemática en cuestión.
Fue así que en un alto de sus múltiples tareas, accedió a nuestras preguntas que pasamos a compartir con todos ustedes.

 

-El tema del suicidio, ¿cómo lo enmarcamos? ¿En qué ámbito? ¿En el médico, de la salud mental, o en el ámbito de lo social...?
-Por ser un tema que afecta a la integración por parte del individuo y a su equilibrio y bienestar, es un tema de salud. Y el tema de salud, tal como lo expresa nuestra Constitución, es un bien que corresponde a toda la acción de un país y un gobierno. Por lo tanto creo que cuando estamos tratando un tema donde hay una multinotoriedad que entran en él, hay que pensar que debe entrar en un programa de Estado donde aparte de los actores de gobierno participen también los miembros de la sociedad civil que pueden cooperar, complementar, no superponerse, para ser de alguna manera ejecutores de las políticas de Estado. 

También es un estímulo para que el Estado permanentemente revise y esté atento a la evolución de estos fenómenos. Pero hasta hoy, por muchos motivos que son claramente conocidos, en distintos períodos ha habido un acercamiento al problema por un lado de lo social, por otro de lo religioso, por el lado médico. Creo que todo esto, hasta comienzo de la era científica era visto del punto de vista religioso como producto de cargas fanáticas, o por estar poseído y por tener otras dificultades. Pero el suicidio es tan antiguo como la civilización. De alguna forma, en los siglos 19 y 20 se evoluciona mucho hacia el abordaje científico. Hoy día, en el siglo 21 tenemos que ver que es un problema de naturaleza compleja, de diversos orígenes, que no afecta a los individuos solamente por patologías o enfermedades mentales sino que también puede haber muchos de los factores que se conjugan y se convierten en el disparador detonante de la situación tanática. 

Pero me parece que lo importante es poder ver que ya los progresos que se alcanzaron en el siglo 20 permitieron resolver los casos que tenían uno o dos componentes que se transformaban en grandes epidemias o grandes males. Han sido controladas, ya sea por métodos directos o indirectos y a través de la prevención y las inmunizaciones, muchas enfermedades que fueron en siglos anteriores epidemias mundiales. Por otro lado hay muchos problemas que tienden a resolverse como las enfermedades oncológicas o las cardiovasculares en la medida que han ido controlándose y reduciéndose los cuadros infecciosos y enfermedades de trasmisión de todo tipo. También por los organismos mundiales tipo OMS, OPS o el PNUD y otros que se fueron ocupando de temas que requieren el abordaje como el tema de la violencia, la pobreza, la corrupción. En la medida en que ya hay 13 o 14 países que vienen desarrollando planes nacionales, creo que además de elaborar simposios debe darse entrada a muy diversos actores y coordinar todo eso con el sector privado de salud, que tiene muchas ventajas para que los estados hoy puedan desarrollar estas cosas. 

-Para todo eso se precisaría una especie de sinceramiento para que ese flujo de información de que hoy se carece y más aún la falta de coordinación entre organismos públicos y privados que atienden estas realidades para poder ir a un plan que luego sea....¿?
-Yo creo que el plan no puede ser tan estándar y elaborado verticalmente sino que tiene que ser diseñado recogiendo datos de la realidad, aspectos de la estructura, y de alguna manera tiene que haber una concepción modelar desde modelos de sectores. Para poder hacer la proyección hay que tener en cuenta primero que lo que aquí importa es la vida, el capital social, el capital humano de la población de un país. De esa manera se pueden revertir algunos argumentos que abogan hacia la eutanasia o el suicidio asistido u otras formas que de algún modo están contrariando, no solamente las visiones morales o religiosas, sino también las visiones de los derechos humanos entendidos en teoría como el derecho a morir. 

-¿Cuál es la punta de lanza en lo internacional respecto de esta problemática de la violencia en sí? ¿Por dónde se está encarando y con qué miras?
-Hay 7 países que hoy día duplican las cifras de Uruguay. Los países bálticos y de Europa del Este, países que tenían tasas muy altas como era Hungría en otra época, han ido regulando el fenómeno a través de políticas nacionales muy bien organizadas y coordinadas. El caso más patente es el de Suecia que tiene una experiencia que en más de 10 años ha logrado hacer un encare de promoción y calidad de vida, aun con muchos factores en contra incluso climatológicos, o el aislamiento social... Una educación sanitaria, educación para la vida  y en cuanto a valores. Por otro lado, acciones preventivas más particulares dentro de las zonas de mayor prevalencia, evitando que ciertas situaciones se transformen en suicidios. Además, la atención de los supervivientes, porque ante cada suicidio consumado hay un contexto afectado no solamente por la pérdida y el dolor sino también por lo social y lo económico, tanto más cuanto los efectos son acusatorios, se los segrega. Pero por los resultados que se tienen se puede lograr que las principales religiones en el mundo (hebrea, católica, evangélica, musulmana) fomenten el respeto a la vida aun cuando tengan determinadas orientaciones sagradas. Yo creo que las experiencias europeas son las que se están estudiando para aplicarse acá. El programa SUPRE (prevención del suicidio) desarrollado a nivel mundial, parte de una oficina en Ginebra y hay mucho desarrollo de estrategias de prevención en Estados Unidos y Canadá con mucha promoción, con metas y objetivos apoyados en juicios de valor y a través de vínculos con organizaciones no gubernamentales. Cada Estado, según la organización política del país, toma distintas iniciativas. 

-Ese primer Encuentro que tuvo lugar en Montevideo en este año 2004, ¿quedó en eso, se está trabajando en otras instancias?...
-Creo que marcó un hito internacional porque de este seminario resultó una fuerte actualización del tema en la mayor parte de las discusiones. Fue la demostración del interés que despierta pues se convocó en forma abierta a todos los profesionales y público interesado. Asistieron de todo el país, y de Argentina, Chile y países más al norte como Colombia y México. Se consideraron experiencias diarias, las llamadas buenas prácticas. Se pudo también entender que hay características regionales y subregionales sin duda lo cual significa que el enfoque antropológico debe estar presente en todo y no se puede hacer la defensa de que el suicidio corresponde a la depresión o a problemas maníaco depresivos aunque a veces sean unos con otros. Por otro lado, la riqueza más grande fue que encontramos a nivel de América del Sur una cantidad de profesionales de alto desarrollo y capacidad que son hoy los asesores  de la Unidad Nacional de Prevención del Suicidio. Para conformarla va a ser suficiente con el equipo del seminario que se trabajó dos años para hacerlo y se incorporarán cerca de 50 personas que voluntariamente hoy ya están trabajando conformando un programa. 

-O sea que hay para aguardar mayores y nuevas acciones.
-Seguro que sí.

Ingrese aquí para leer otras notas sobre el tema:
http://www.uruguay.com/LaOnda/LaOnda/213/Recuadro21.htm

www.uruguay.com/LaOnda/LaOnda/212/Recuadro2.htm

- Descargue el Libro completo
  Estudio del Suicidio en el Uruguay
  Autor: Doctor Julio Vignolo
www.uruguay.com/LaOnda/LaOnda/208/Recuadro2.htm

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