Uruguay: Todos sentimos
que algo está por pasar
por Raúl Legnani
Comienza
un nuevo año particularmente distinto para los uruguayos, que en el
último quinquenio pasamos de la esperanza a la desilusión casi total. En
ese breve período no solo se perdieron los ahorros de la sociedad, sino
que se perdió la esperanza y la confianza en nuestras fuerzas y en
nuestras capacidades.
La fractura social, el crecimiento de la pobreza, fue el saldo de la
mayor crisis vivida en nuestra historia, no solo por la profundidad de
la misma, sino también porque se produjo en un breve lapso.
Si bien hoy hay elementos alentadores como son el crecimiento del PBI y
de las exportaciones de nuestros productos tradicionales, todos sabemos
que la crisis bancaria está en pie, que la emigración continúa
lentamente pero continúa, que hay estructuras como en la Salud y en la
Enseñanza que han dejado de tener fiebre, pero que no se han curado de
sus males más profundos.
Junto a esta realidad, que se podría descubrir más gravemente, está el
surgimiento de un nuevo gobierno, que es mucho más nuevo que todos los
anteriores, porque por primera vez es de la izquierda. A la vez es nuevo
porque son otras mujeres y hombres los que tendrán cargos de
responsabilidad en el gobierno, lo que genera rupturas con los
compromisos contraídos entre los miembros del aparato del Estado durante
décadas.
Esto genera esperanzas, lo que es bueno, y quizás ilusiones, lo que no
siempre es tan bueno. Hasta ahora la transición se viene dando de la
mejor manera, aunque quizás no sea todo lo ideal. Pero lo cierto es que
el presidente electo, doctor Tabaré Vázquez, ha dado señales de
serenidad como para que en el país no haya corrido un solo rumor que
pusiera en peligro la tranquilidad de los mercados y la paz de los
hombres. El presidente actual, doctor Jorge Batlle, ha contribuido
también para que todo se presente de la mejor manera, aunque se le
podría observar algún aspecto de su discurso y de sus silencios.
Todo marcha bien, es cierto. Pero hay que saber que del futuro gobierno
no ha tenido que optar, que es la esencia del acto de gobernar, porque
aún no ejerce el gobierno. Será en ese momento en que llegue la
necesidad de la opción, donde se verá el rumbo que se propone transitar
el gobierno en los primeros cinco años.
El 1º de marzo conoceremos en el discurso ante la Asamblea General, la
filosofía del nuevo gobierno. Por la tarde, en un acto público,
seguramente Vázquez dará a conocer sus primeras medidas de gobierno. El
21 de agosto, cuando se presente ante el parlamento el presupuesto
quinquenal, allí se expresará el programa de gobierno. Donde los
proyectos de acción de los Ministerios y sus disposiciones financieras,
serán centro de atención de los uruguayos. Esa será la hora de la
verdad. Allí se sabrá cuáles serán los caminos, las herramientas y los
tiempos del cambio. Luego sabremos si esas mujeres y hombres fueron
fieles a sus juramentos.
No falta tanto. Todos sentimos que algo está por pasar. Que sea para
bien. Feliz año a todos. LA
ONDA®
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