Se va 2004
por Carlos Zapiola
Un año cargado de
elecciones e incertidumbres. Un año irrepetible aunque uno busque con
lupa en la historia del país: la primera vez que la izquierda, usando
esa definición que nada dice, que solamente sirve para etiquetar del
modo que nosotros seamos los buenos y lindos por ser “lo más...” lo que
quieran, gana el gobierno.
Ya lo hemos escrito hace largos meses. No es lo mismo lograr el gobierno
que el Poder. Por ahora, lo que pudo pensarse oposición cerril de
entrada, salvo algunos amagos orales del único candidato con
posibilidades reales de acceder a la Presidencia y que resultó perdidoso
de la elección y su sonrisa por muchas semanas, no la hubo y salvo que
se siga considerando guerra lo que es ataque con bolas de nieve en la
interna, nada ha pasado. Comparar a Vázquez con actitudes de Queirolo es
algo que sale del fondo del alma de algunos que por primera vez en la
historia se sienten y saben oposición, pero no entienden como es que la
misma se ejerce.
Los mercados recibieron con beneplácito los nombramientos efectuados
hasta el momento. Soportaron tranquilos algunos, se alegraron por otros
y ni pestañaron por aquellos de más allá.
Algunos de los pocos militantes que esforzadamente se reúnen en los
Comités de Base con la esperanza de incidir en la nueva política, o
sueñan con hacer cambios ya, aún cuando la transición está en curso y el
mando lo posee Batlle, se vieron sorprendidos, pero no tienen más
remedio que esperar la actuación de los nombrados recientemente antes de
ponerse en la vereda de enfrente a bombardearlos a cara descubierta y
aceptar luego que la ciudadanía juzgue sus acciones. Pero aunque
claramente están disgustados por algunos de esos nombramientos no tienen
capacidad de maniobra o movilización para enfrentarse verdaderamente al
Presidente que decidió ser él el fusible, con los cambios que le parezca
necesario introducir a través de los cinco años de gobierno, pero que no
hará que ningún Ministro caiga por su actuación para salvaguardar su
imagen pública.
En La Onda pasada se planteaba en un extenso artículo como y cuáles eran
las prioridades para el nuevo gobernante. En verdad, y a partir del
Programa Común aprobado luego de largos años de estudio y
profundización, los temas de la Agenda ya están decididos hace rato, y
su forma de instrumentación que en parte tomará la forma que le del
encargado de cada cartera, pero con el control y bajo la supervisión de
directa de ese no comprendido por muchos, Presidente de la República
decidido a seguir al menos una vez pro semana a ser médico, pero con una
respuesta sagaz deshaciendo a sus críticos al afirmar que él hará eso
para romper el stress, mientras otros lo que hacen es jugar golf, que
aunque no lo haya afirmado Vázquez, suena mucho más frívolo.
Creemos que decir que hay agujeros negros en determinadas áreas, que no
se conocen los verdaderos números o dinero o juicios con los que se
encontrará el próximo gobierno no es mas que repetir lo que ya se sabe,
y no aporta mucho el que explicitemos como nos parece que debe moverse
cada uno de los nuevos gobernantes, y menos aún el Presidente. Quizás
hasta ni siquiera nos haga caso, por más que la tenemos muy clara.
Se fue el 2004 y se viene el primer año de realizaciones del nuevo
gobierno. Si el Planalto nunca presenta grandes variaciones de un
gobierno a otro, uno diría que más allá del Plan de Emergencia Nacional,
que debería ser removedor, de la forma de hacer los nombramientos que
también lo es ya que toma en los papeles al menos a los mejores técnicos
sin importar el partido al que pertenecen (peguntar por Jorge Lepra o
por el Director de la DGI).
Mas para terminar esta serie, y comenzar renovado el próximo período,
que mejor que desear Feliz Año a todos los fieles lectores de ésta
columna y nuestra publicación, y sumarnos a la invitación realizada por
Roberto Pereira a sumarse de la manera en la que cada uno pueda y crea
conveniente hacerlo.
A veces uno hace esfuerzos muy grandes y no se da cuenta, en pos de la
realización de algunos ideales. A veces lo que se piensa enorme esfuerzo
es apenas una pequeña contribución y por suerte lo que un mes atrás nos
parecía imposible hoy no lo vemos de esa manera.
La ONDA es un espacio que debe y tiene la obligación de hacerse cada vez
lo más plural posible, donde los contenidos sean profundos, sirvan para
el análisis y la reflexión de todos, y que para mantenerse necesita
también de cabezas pensantes que ayuden a mantener cada semana este
proyecto como una inyección de aire fresco en nuestra sociedad.
En usted está el que todo esto siga siendo posible.
Gracias. Feliz Año Nuevo. Y que se lo pueda volver a repetir al fin del
2005. LA
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