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3ra. Parte
Auto asesinato
Conciencia y comunicación

por Héctor Valle

Estar en penumbras. Dice el psiquiatra y filósofo alemán que el suicidio se hace psicológicamente comprensible sobre el supuesto de complicaciones que no se aclaran si se resuelven para la conciencia de sí mismo; el hombre no sabe realmente lo que hace. La comprensión psicológica –añade Jaspers- significa en este caso, un juicio, también, porque contempla el curso de la complicación.

Y da un ejemplo a este respecto: Para la desesperación de la conciencia de la nulidad, en el odio contra sí mismo y contra los demás, el suicidio es una tentación.

Justifica tal afirmación, realmente fuerte, al afirmar que a partir de una elemental obcecación, el orgullo que en otros casos tendería a dirigir su furia hacia el otro, vuelca fuertemente la carga de todas las culpas en sí mismo y a su vez, se complica grandemente la comunicación de aquí en más. De tal suerte que de la mera amenaza de suicidarse, en su reiteración, con aquella carga que pasa a ser cada vez más intensa, llega un punto en el que aquella carta de amenaza utilizada, a modo de consuelo en su sentimiento de nulidad, termina no pudiendo retroceder en la efectivización de lo tantas veces reiterado -aquellos preparativos que comenzaron siendo una puesta en escena para una llamada de atención que ni la persona quiso ni nadie supo leer-, y, como indica Jaspers, aunque la voluntad de suicidarse ya no es real, se realiza el suicidio desesperadamente por vergüenza y oscura inexorabilidad.

He ahí, pues, la complicación dada por imperio de un momento de cólera ante situaciones donde las pasiones juegan un fuerte rol, como ser el despecho, la angustia, la cólera, expresadas en circunstancias en las cuales la conciencia de la persona no permite que la misma desarrolle con claridad una estrategia de reacción ante una situación totalmente coyuntural, si bien de hondo impacto emocional como ser el bochorno por un hecho del orden que fuere, sentimental o mismo ante una quiebra, un ultraje, etcétera.

Importa que tal persona comenzó jugando la carta del suicidio como amenaza sin real intención de concretarlo y al cabo de un tiempo, en cuyo transcurso la situación original ha agravado grandemente el estado emocional del individuo, habiendo este reiterado su propósito, la fuerza de la amenaza, en un aspecto externa a él, lleva a concretar lo originalmente inaudito.

Asevera Jaspers que el suicida que lo es por virtud de la incondicionalidad, no habla antes con nadie y corre para los supervivientes un velo sobre su fin. Es la soledad absoluta, explica el eminente psiquiatra alemán, en la que nadie puede servir de socorro.

Y a pesar de ello... uno se pregunta SI llegara a comunicarse existiría una posibilidad mínima –estamos hablando del caso de la incondicionalidad- de salvación al posibilidad un quiebre en su aislamiento, en ese silencio absoluto en el que se ha envuelto tal persona.

Toda manifestación en el sentido de suicidarse es o pretende ser un llamado hecho a quien tal persona profesa amor, respeto, especial consideración, pues ha quebrado, unilateralmente, su secreto. Ha renunciado al mismo en aras de gritar –con voz- su dolor.

Así, en tal circunstancia, alecciona Jaspers, es decisivo el que a tal llamado se le responda desde una “existencia”, es decir, quien escucha su pedido, uniendo a ambas personas un vínculo sentimentalmente fuerte, llámese amor en sus variadas expresiones, responda yendo en auxilio, prestando su escucha atenta al emisor del mensaje desesperado.

La gama de casos es enorme, existiendo, obviamente, muchos no expresados en estas notas, breves apuntes a partir del ensayo del alemán Karl Jaspers.

Apuntes estos que sirven de nexo, de hilo mientras unos y otros, nosotros y ustedes, vamos logrando una mayor y más amplia comunicación para una problemática como la de suicidio que no debe ser medicalizada, luego angostada, sino abierta a la consideración de todos.

De tal suerte que no alcanza con decir que hay, por ejemplo en el Uruguay, porque nos animamos a decir que esto AFECTA A LA REGION, más muertes por suicidio que por accidentes de tránsito. ¿Por qué no es suficiente? Porque siendo cierto, si no está acompañada de una batería de medidas en diversas áreas, niveles y actores, es banal y moralmente recusable.

Esto es problema y responsabilidad de todos porque, desde la lectura de este lego, en la base del suicidio lo que hay es una fuerte incomunicación y, en ésta, no pocas veces podría constatarse la CARENCIA DE ESCUCHA, la falta de atención y de respeto para con el otro.

A nuestra Revista van llegando, paulatinamente, aportes y comunicaciones de diversos actores sociales de la región toda, del Brasil, de la Argentina, del propio Uruguay, y no sólo de Montevideo. Debe haber más, de ustedes y de nosotros, pues esto no es una sección sino una herida abierta que entre todos debemos comenzar a estudiar el cómo tratarla cuando en muchos casos lo que aparece no bien comienza la investigación es una carencia notable de información seria, científica, sistematizada y a la vez, cruzada.

Digo cruzada porque es lo que más falta: que los diversos actores sociales, públicos y privados involucrados, comiencen a sistematizar un cruce de informaciones al respecto para poder componer no uno sino varios cuadros que permitan a su tiempo comenzar una diagnosis, al menos desde lo social, más cercana a la realidad de la persona.

Ha habido intentos oficiales pero muy primarios, demasiado.

Continuaremos visitando esta problemática desde otros ángulos a pesar de lo cual y luego de haber leído y comentado el ensayo de Jaspers, aumenta en nosotros el compromiso y, consecuentemente, la voluntad de hacer. Sabemos que en ustedes sucede lo mismo: sumemos esfuerzos, entonces. No perdamos tiempo. Ah! Y escuchemos, llevemos la escucha al otro, no ya nuestra palabra que a veces oficia de ruido y no permite captar los gritos que el silencio emite desde un espíritu torturado. Démosle espacio, tiempo y amor. No es mucho y es posible.

hectorvalle@adinet.com.uy

Ingrese aquí para leer otras notas sobre el tema:
www.uruguay.com/LaOnda/LaOnda/215/Recuadro2.htm
http://www.uruguay.com/LaOnda/LaOnda/213/Recuadro21.htm
www.uruguay.com/LaOnda/LaOnda/212/Recuadro2.htm

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  Estudio del Suicidio en el Uruguay
  Autor: Doctor Julio Vignolo
 
www.uruguay.com/LaOnda/LaOnda/208/Recuadro2.htm

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