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Lo que faltaba: aplican
detector de mentiras en
las entrevistas de trabajo
por Juan
Luís Sánchez
“…se vislumbra que el mercado
laboral se está organizando sobre
el paradigma cultural de que el
trabajador es un criminal, un enemigo”
(laboralista Alejandro Argueta)
La peor crisis desde la Gran Depresión del siglo
pasado- se ha llevado por delante ya 30 millones de
empleos en tres años; 30 millones de personas saben
de primera mano qué significan esas dificultades.
(…) para los trabajadores, la crisis sigue vigente:
la cicatriz del desempleo seguirá agrandándose
durante años. Esto se decía hace pocas semanas
desde el diario El País de Madrid.
En el
siguiente informe de Juan Luís Sánchez para el
periódico Periodsmohumano*
se puede ver, como lagunas empresas en España y
ahora también en Sudamérica, encaran la
incorporación del polígrafo al decidirse a
reintegrar a alguno de estos millones de desocupados
a sus plantillas.
Varias
empresas ofrecen en España su detector de mentiras
para indagar sobre "la honestidad, adicciones o
antecedentes" de los candidatos "Si eres
honesto, no te importará demostrarlo", dice un
portavoz de las empresas Omnis, Unión Fenosa y Calvo
que se han enfrentado a denuncias por usar el
detector en El Salvador y Guatemala
Esto no es la tele. Aquí no hay
espectáculo. No hay preguntas cebo ni guerra de
audiencias. Es puro negocio basado en la
desconfianza. Varias empresas españolas extienden el
uso del polígrafo en las entrevistas de trabajo para
“identificar a tiempo a quienes constituyen una
amenaza o un riesgo para la empresa y lógicamente
tratan de ocultarlo”, dice en su web la empresa
española
Omnis,
que vende sus servicios a otras compañías para
someter a empleados y aspirantes a la “máquina de la
verdad”.
“Más del
70% de los candidatos a un puesto de trabajo oculta
o distorsiona algún dato relevante sobre su persona,
su historial o sus intenciones. Por ello el
polígrafo cada vez se utiliza más”, afirma la
publicidad de la empresa. Hay otras compañías que
ofrecen una carta de servicios casi idéntica, como
Horcis, Bear Forensics o el Grupo Verity. Este
último ue presume en su web de haber prestado sus
servicios de polígrafo a empresas como McDonald’s,
Securitas, Bimbo, BBVA o Wolkswagen.
Todas
las empresas citadas prometen que gracias a su
prueba se podrá saber si “todos los datos del CV de
un candidato son ciertos”, detectar si hay
“adicciones, conflictos en anteriores empresas,
antecedentes, enfermedades, abusos de alcohol…” o si
las intenciones del candidato no son las que
parecen. Y se dan algunos perfiles que representan a
los puestos de trabajo más indicados para someterse
al detector: cargos con presupuesto asignado,
“vigilantes, limpiadoras” (sí, con a), etc.
Por
supuesto, el servicio está diversificado y también
tiene una aplicación más personal: “el personal
doméstico de una casa debe ser de máxima confianza.
El polígrafo permite (…) aclarar aquellas dudas o
sospechas” sobre “maltrato a bebés o a ancianos,
robo, fraude…”, dice Omnis en su web.
Y, sin
embargo, aunque se las arreglan para averiguar todo
eso, afirman que “en ningún caso se formulan
cuestiones relativas a la vida sexual de las
personas, su orientación religiosa o política, ni se
invade de modo alguno su intimidad“.
Omnis se funda en 2007 en
Málaga y en solo tres años, los de la crisis, tiene
sede en tres ciudades más. Es la empresa que está
detrás del sistema del polígrafo utilizado en
algunos programas de televisión, como
El juego de tu vida.
A pesar de este crecimiento, los sindicatos no
tienen constancia de ninguna denuncia por parte de
ningún trabajador y se muestran “escandalizados” con
la posibilidad de que todo esto esté ocurriendo.
Cada
año, Omnis trabaja para “unas 15 empresas” en
selección de personal, según David Fierro, jefe de
marketing de la compañía, con el que hemos hablado.
Reconoce que “aunque la práctica se extiende,
todavía son pocas”, y que la mayoría de los
polígrafos en España se usan “para aclarar
infidelidades, robos en el hogar o abusos sexuales”.
El
portavoz de Omnis nos cuenta que están intentando
potenciar esta vertiente de su negocio dedicada a lo
laboral. “Se trata de no esperar a que te roben,
sino comprobar desde el inicio que estás contratando
a personas de confianza. Uno puede decir que es
honesto, pero si lo es de verdad, no le importará
demostrarlo“.
¿Es
legal?
Ese “no
le importará” es un matiz clave en todo este asunto.
Las pruebas del polígrafo, claro, son voluntarias;
uno se somete a ellas sólo si quiere. Sin embargo,
es evidente que si no se pasa por el polígrafo es
muy probable que quedes descartado para el puesto.
¿No hay coacción laboral?
Legalmente no, según la abogada Paloma Llaneza: “el
uso del polígrafo no es válido ante la Justicia
española, pero la ley no regula otros usos privados.
Y los procesos de selección de personal no forman
parte legalmente de la relación entre empresarios y
trabajadores, donde sí se entiende que no hay
condiciones de igualdad, que puede haber coacción:
en teoría, cuando uno va a hacer una entrevista de
trabajo, acude a un encuentro de igual a igual. Una
vez contratado, ya sí se entiende que el trabajador
no es libre de negarse a hacer el test y, por tanto,
la prueba sería nula”.
Los
sindicatos, en cambio, ven evidente que “esas
preguntas se hacen en un contexto donde se
fundamenta la relación laboral”, en palabras de
Jesús González, abogado sindicalista. “Desde el
momento en que empieza el contacto empleado –
empresa debe existir protección para el trabajador”,
añade, y en eso está de acuerdo con Francisco Díaz,
de la Fundación Socio Laboral de Andalucía, que
califica de “extremadamente grave” que en una
situación legalmente voluntaria, “pero que no lo
es”, uno tenga que “declarar sobre su ideología,
religión, creencias, afiliación, enfermedades,
etcétera”.
Desembocamos: en España, el meollo del asunto no
está en la herramienta que se usa sino en las
preguntas. ¿Es legal que te pregunten en una
entrevista de trabajo, por ejemplo, si estás
embarazada? Se da la paradoja de que “es legal que
te lo pregunten, pero es ilegal que tengan en cuenta
la respuesta a la hora de elegir”, nos dice Paloma
Llaneza. “Puedes negarte a contestar y tienes
derecho a mentir. Y si eres capaz de demostrar que
no te eligieron por no contestar o por contestar
algo que forma parte de tu intimidad, entonces va
contra la Constitución, porque es discriminatorio”.
Por
tanto, según esto, preguntar no discrimina, elegir
según criterios discriminatorios, sí. Y, claro, cómo
demostrar que efectivamente no te contrataron por
ser negro, o hetero, o de derechas, o budista.
Estamos
una vez más en el terreno de lo ético. Paloma
Llaneza comparte que “moralmente, el uso del
polígrafo en cualquier circunstancia es reprobable”,
pero matiza que “las mujeres llevamos décadas
recibiendo preguntas inaceptables en las entrevistas
de trabajo”. De hecho, añade Llaneza, “me consta que
El Corte Inglés manda a investigadores privados a
comprobar el perfil personal de la gente a la que va
a contratar; los manda a sus casas, incluso”.
Otro
ejemplo crudo nos lo ponía el propio portavoz de
Omnis en conversación telefónica: “A muchas mujeres
en las entrevistas de trabajo se les pregunta por
ejemplo cuándo fue la última vez que tuvieron la
regla“, dice. “La respuesta no importa en absoluto,
es sólo para ver cómo reacciona en una situación
incómoda”.
Cambiar
la ley para incluir los procesos de selección en las
relaciones laborales y así proteger a los candidatos
de estas situaciones se antoja difícil, vista la
tendencia hacia la flexibilización del mercado de
trabajo: “haría la contratación más complicada, más
lenta, sobre todo para los pequeños y medianos
empresarios, que se juegan mucho en cada contrato”,
opina Llaneza. Sin embargo, en Estados Unidos, una
Ley para la protección del empleado contra la prueba
del polígrafo prohíbe desde 1988 el uso del detector
tanto en el “período de pre-empleo” como con el
contrato en vigor.
Empresas
españolas en el extranjero
A menos
garantías y derechos tengan los trabajadores, más
campo para correr tiene el detector de mentiras. La
empresa española Calvo, la del atún, claro, ha
recibido denuncias sindicales en El Salvador por
“someter a interrogatorios bajo aplicación del
polígrafo” a 20 trabajadores, ya contratados, en
2007.
Uno de
esos trabajadores cuenta cómo “la jefa de Producción
me manifestó que a varios compañeros de mi área se
nos iba a practicar una prueba poligráfica, debido a
que, supuestamente, habían ocurrido actos de
sabotaje contra un montacargas y una banda de
producción. Aunque decían que era ‘voluntaria’, el
negarse a practicarla era, según la Administración,
una prueba de tener alguna implicación o
conocimiento de los hechos”. Las preguntas del
interrogatorio se salían de lo estrictamente
ocurrido, con lo que la empresa obtuvo información
sobre la vida interna de los sindicatos, por
ejemplo.
Otra
empresa española, Unión Fenosa, fue acusada por el
Tribunal Permanente de los Pueblos, una asociación
de juristas que analiza los abusos de las
multinacionales en todo el mundo, de precarizar los
puestos de trabajo dejándolos en manos de
subcontratas que, entre otras prácticas, aplicaban
el polígrafo para la contratación.
¿Ha
consumido droga en los últimos tres meses? ¿saca
provecho de la prostitución? ¿lleva un arma? ¿ha
matado a alguien? ¿ha abusado sexualmente de
alguien? ¿ha visto alguna mujer desnuda? ¿es
cristiano de verdad? ¿ha participado en conflictos
laborales? Son algunas de las preguntas que tuvo que
contestar Agustín Ortíz en una entrevista de trabajo
para una compañía guatemalteca que relata en el
Diario de Centro América. En ese artículo, el
abogado laboralista Alejandro Argueta dice que
“lo que se vislumbra es que el mercado laboral se
está organizando sobre el paradigma cultural de que
el trabajador es un criminal, un enemigo”.
También
en Colombia, una empresa portuaria hizo pasar a
todos los trabajadores de un muelle por el polígrafo
para interrogarles sobre la desaparición de un
contenedor. En estos casos se trata de
investigaciones internas dentro de las propias
compañías, independientes a las que le corresponde
hacer a la policía.
Noemi es
una publicista peruana y contó en su blog su odisea
del polígrafo. Tuvo que hacer cuatro pruebas para
conseguir su trabajo; la última, frente a una
“psicóloga fría y calculadora”, que le dijo, según
cuenta ella misma, “Noemi, la mentira es mala, no
hay mentira blanca o mentirita (…) No te conviene
mentir porque yo lo sabré. ¿Hay algo que quieras
decirme antes de empezar? Dime qué es lo mas malo
que has hecho en tu vida”. Luego comenzaron las
preguntas con el polígrafo sobre “si había estado
presa” o “si tenía vínculos con narcotraficantes”,
por ejemplo.
¿Pero es
fiable?
Todo lo
anterior se centra sobre si es ético y legal que una
persona sea sometida a una máquina de la verdad como
requisito para acceder a un puesto de trabajo. Otro
tema diferente es si los resultados son fiables.
Obviamente, las empresas que prestan servicios
relacionados con el polígrafo exhiben sus diplomas,
certificados, modelos tecnológicos y analogías
internacionales para dejar claro que lo suyo es
ciencia (y de camino echar tierra encima de la
competencia).
Pero
Estados Unidos no admite en un juicio pruebas
inculpatorias obtenidas por el polígrafo. Alemania
tampoco. Colombia tampoco. España tampoco. “Las
alteraciones fisiológicas cuando uno miente [si te
late más o menos el corazón, si la respiración
varía...] dependen demasiado de la personalidad de
cada uno como para darlos por definitivos”, dice
Paloma Llaneza. “Además, la homologación de los
aparatos no ofrece las garantías que debería”, nos
dice un portavoz de UGT.
Y luego
está el otro frente: quién se queda y para qué se
usa el archivo de preguntas y respuestas, con
información sobre el verdadero juego de tu vida. En
España, la Ley de Protección de Datos los protege e
impide que todo eso pase a manos de terceros… pero
el mundo es grande y la letra pequeña es
traicionera. Verdad verdadera.
Polígrafo o Detector de Mentiras: El llamado detector de mentiras o máquina de la verdad es un
tipo particular de polígrafo utilizado para el
registro de respuestas fisiológicas. Generalmente
registra las variaciones de la presión arterial, el
ritmo cardíaco, la frecuencia respiratoria y la
respuesta galvánica o conductancia de la piel, que
se generan ante determinadas preguntas que se
realizan al sujeto sometido a la prueba. Se
considera que fue inventado en 1938 por Leonard
Keeler, del Departamento de Policía de Berkeley
(California), quien creó el primer polígrafo de tres
canales que imprimía sus resultados en papel.
Este tipo de polígrafo es comúnmente conocido por su
uso como supuesto detector de mentiras sin
validación científica alguna, pese a su credibilidad
en la cultura popular y algunas entidades estatales
y privadas (.wikipedia)
*Periodismohumano
LA
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