La justicia llegó
tarde a Orletti. Hoy condena
a perpetua y 20 años

El centro clandestino Orletti
se ubicó en Venancio Flores 3519/21,
entre calles Emilio Lamarca y San Nicolás,
en pleno barrio de Flores, Buenos Aires, y estuvo
por entonces bajo el ámbito de la Secretaría
de Inteligencia del Estado argentino.

VIDEO DEL JUICIO DE ORLETTI

El juicio por el Plan Cóndor, que coordinó la represión de las dictaduras del Cono Sur, terminó con condenas de 20 años a perpetua de los acusados. El Tribunal Oral Federal Nº 1 de la Capital Federal leyó este jueves el veredicto en el juicio oral por los crímenes cometidos en el centro clandestino de detención de Automotores Orletti, durante el último gobierno militar argentino.

El tribunal -integrado por los jueces Adrián Grunberg, Oscar Amirante y Jorge Gettas- condenó a prisión perpetua a Eduardo Cabanillas (ex coronel); a 25 años de prisión a Honorio Martínez Ruiz (ex agente de la SIDE) y a Eduardo Ruffo (ex agente civil de inteligencia de la SIDE), y a 20 años de prisión a Raúl Guglielminetti (ex agente civil de inteligencia del Ejército). or allí pasaron, entre otros, el hijo del poeta Juan Gelman, Marcelo Gelman, que apareció asesinado dentro de un tambor de cemento en el canal San Fernando, y su esposa Maria Claudia Iruretagoyena, trasladada a Uruguay para dar a luz a Macarena, la hija de ambos, antes de ser asesinada La creación de este centro ya había sido decidida a fines de 1975 por el general Otto Paladino, entonces jefe de la SIDE y uno de los fundadores de la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A), para que operara la banda de Anibal Gordon, el grupo paraestatal de ultraderecha que luego fue asimilado por la dictadura.

La mayoría de los prisioneros de Orletti permanecen desaparecidos, entre ellos el medico uruguayo Manuel Liberoff, aunque otros, como el actor Luis Brandoni y su esposa de entonces, la actriz Martha Bianchi, sobrevivieron y pudieron declarar en el juicio. El centro clandestino Automotores Orletti funcionó en un taller mecánico en desuso, en Venancio Flores 3519/21, entre Lamarca y San Nicolás, en el barrio porteño de Flores, y estuvo bajo la órbita de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE).

Entre las 65 víctimas que pasaron por allí se cuenta a Marcelo Ariel Gelman, hijo del Premio Cervantes de Poesía Juan Gelman, y su esposa, María Claudia Irureta Goyena García; Carlos Santucho, hermano del dirigente ERP Mario Santucho.

- Eduardo Rodolfo Cabanillas. General de división retirado del Ejército, capitán durante la dictadura. Fue jefe de la base “Operaciones Tácticas 18” de la SIDE, de la que dependía el centro clandestino Automotores Orletti. Responsable de cinco homicidios calificados por alevosía, privaciones ilegales de la libertad y tormentos en 18 casos. Fue detenido en septiembre de 2006. Fue condenado a prisión perpetua.

- Eduardo Alfredo Ruffo. Alias “Zapato” o “Capitán”. Ex miembro de la Triple A y ex agente de inteligencia de la SIDE. En 1985 fue condenado a seis años de prisión por la apropiación de Carla Rutilo Artés, hija de Graciela Rutilo Artés, quien fue secuestrada en Bolivia, entregada a militares argentinos y vista por última vez en Orletti. Continuó en la SIDE en democracia, al servicio de Hugo Anzorreguy. Fue condenado a 25 años de prisión.

- Honorio Carlos Martínez Ruiz. Alias “Pájaro”. Ex miembro de la Triple A y ex agente de inteligencia de la SIDE. Partícipe necesario en 65 privaciones ilegales de la libertad y tormentos agravados. Estaba preso desde 2005 por el robo de cajas de seguridad del Banco Nación cuando el juez Daniel Rafecas ordenó su detención. Fue condenado a 25 años.

- Raúl Antonio Guglielminetti. Alias “Mayor Guastavino”. Personal civil de inteligencia del Ejército. Actuó en La Escuelita de Neuquén. Al servicio del Batallón de Inteligencia 601, actuó en varios centros clandestinos. En los últimos años de la dictadura y tras el retorno de la democracia se dedicó a los secuestros extorsivos. Símbolo de la mano de obra de la guerra sucia reciclada en democracia, fue custodio del ex presidente Raúl Alfonsín e integró la oficina de inteligencia paralela del gobierno radical conocida como Grupo Alem. En 1985 fue detenido en España, luego se benefició con la Ley de Obediencia Debida, pero siguió preso hasta 1989 por tenencia de armas de guerra. Tras la reapertura de las causas de lesa humanidad, fue detenido en agosto de 2006. En diciembre de 2010 fue condenado a 25 años de prisión por delitos de lesa humanidad en el circuito represivo Atlético-Banco-Olimpo. En el juicio que concluyó ayer se le imputaban 25 privaciones ilegales de la libertad seguidas de tormentos agravados. Fue condenado a veinte años de prisión. Fuente: Diario Hoy (argentina)

Uruguay: Crónica de la Web de Presidencia
A penas de entre 20 años y cadena perpetua fueron condenados este 31 de marzo en Buenos Aires cuatro ex represores argentinos involucrados en la desaparición de varias decenas de uruguayos detenidos en el centro clandestino Automotores Orletti. La lectura de las sentencias fue seguida en directo desde la residencia del embajador argentino en Montevideo por sobrevivientes de ese campo de detención y familiares de víctimas.

Los camaristas del Tribunal Federal 1 encontraron culpables, en distinto grado, de delitos de homicidio calificado, tormentos y privación ilegal de la libertad al general retirado Eduardo Cabanillas, los ex agentes de los servicios de inteligencia argentinos Eduardo Ruffo y Horacio Martínez Ruiz y el ex integrante del Batallón 601 de Inteligencia del Ejército argentino Raúl Gulielminetti.

Cabanillas fue condenado a cadena perpetua, Ruffo y Martínez a 25 años de prisión y Guglielminetti a 20. Al general retirado, uno de los responsables de Automotores Orletti, se le imputó "homicidio calificado en cinco oportunidades, privación ilegítima de la libertad en 29 oportunidades y tormentos en 29 oportunidades", según figura en el fallo.

El centenar largo de presentes en la residencia diplomática siguió la audiencia desde una pantalla gigante instalada en los jardines, casi siempre en silencio. No hubo exteriorización mayor de alegría, sí satisfacción.

"Fue un fallo histórico, la prueba de que se puede hacer justicia", comentó Macarena Gelman, hija de los argentinos Marcelo Gelman, asesinado en Orletti, y de María Claudia García, trasladada desde ese centro de detención hacia Montevideo, donde desapareció tras dar a luz a su hija probablemente en el local de la Secretaría de Inteligencia de Defensa de la dictadura uruguaya en Bulevar Artigas y Palmar.

Macarena, que vive en Montevideo, fue entregada ilegalmente en adopción y recién se le restituyó su identidad en el año 2000.

"Es mejor que la justicia tarde a que la injusticia se instale de manera permanente", dijo por su lado en Montevideo Eduardo Luis Duhalde, secretario de Derechos Humanos del gobierno argentino y abogado defensor de varios de los uruguayos hoy querellantes en la "causa Orletti".

"Con impunidad no se construye ni el presente ni el futuro", agregó.

Entre los presentes en la representación diplomática figuraba también Bernabela "Belela" Herrera, ex vicecanciller uruguaya que acaba de ser condecorada por el gobierno argentino con la Orden de Mayo, la máxima distinción otorgada por ese país, por su contribución de décadas a la defensa de los derechos humanos.

Durante el juicio el tribunal escuchó el testimonio de más de 80 personas, entre ellas una treintena de uruguayos, en su mayoría sobrevivientes o familiares de otras víctimas que permanecen como desaparecidas.

Instalado en el predio de un garaje ubicado en el barrio porteño de Floresta, Orletti funcionó durante varios meses (entre junio y noviembre de 1976) como el principal centro operativo en Buenos Aires del Plan Cóndor de coordinación entre las dictaduras del Cono Sur. Por allí pasaron, además de militantes argentinos, decenas de uruguayos, también chilenos y bolivianos y hasta dos diplomáticos cubanos que figuran en las listas de desparecidos.

Los testimonios de los uruguayos detenidos en ese campo que pudieron sobrevivir coinciden en identificar entre quienes los interrogaban y torturaban a varios oficiales de su país, algunos de ellos detenidos actualmente en Montevideo. Otro, el coronel retirado Manuel Cordero, fue arrestado en Brasil a pedido de la justicia argentina y extraditado el año pasado hacia Buenos Aires, donde espera a ser enjuiciado en el marco de la causa abierta por el Plan Cóndor, en la que aparecen como víctimas cerca de 50 uruguayos.

"Todo secuestrado (que pasaba por Orletti) era sometido a un régimen con tanta carga de terror y sadismo que de por sí era constitutivo del delito de imposición de tormentos", señaló en su auto de procesamiento de los imputados el juez Daniel Rafecas.

El lugar donde funcionaba el centro clandestino de detención es hoy un "sitio de memoria" y fue reconstruido en parte gracias a los testimonios de los uruguayos sobrevivientes.

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