En tu hombro
Por Washington Benavides
Está en tu hombro. Adormilado Entre las grises piedras del Iporá. Sin escopeta, sin morral, Sin el viejo spanniel, otrora Eléctrico, venteando martinetas; Sin un cuaderno en los bolsillos Del sacón, casi sin nada… Una sombra que reconoces Sobresale sobre tu viejo gacho gris Una sombra alada y muda Una sombra que no pronuncia: “Never more” No es el fantasma del poeta De Boston. Es una sombra alada. Y que la reconoces de la infancia: Posó en el techo de cinc De tu cuarto de soltero. Sus garras Sonaron como espuelas. Sí, Te acuerdas, era el cuervo De Josecito Jiménez, el carrero Amigo y camarada de tu padre En el 97 y el 904. El cuervo Que se amistó con el carrero Y fue su compañía; dondequiera Que fuese: almacén o parroquia. Te reconozco: sin agorarías, Ave de limpieza de los campos. No me pareces tan ajena De mi sombra. Capacitada Ella, en la desdicha…
(Setiembre del 2011.Montevideo)
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