Codigo Gardel de Joselo Olascuaga
Por Isabel Leal
Presentación de Isabel Leal, académica de la Universidad del Bio-Bio en el auditorio Los Robles de la Universidad San Sebastián de Concepción, Chile.
A leer el titulo “Código Gardel” se hace evidente su relación con el titulo del Best Seller y es la primera señal de una secuencia de intertextos que estarán presentes durante toda la lectura, pero además surge la pregunta sobre el término “código”, así es que recurrir a Umberto Eco es una buena alternativa para refrescar el concepto.
Eco para fines de estudio “descompone” el concepto en cuatro: como una serie de relaciones reguladas por leyes combinatorias (lo sintáctico), como una serie de nociones (lo semántico), una serie de comportamientos por parte del destinatario (lo pragmático) y por último como la regla que asocia algunos elementos de los tres mencionados anteriormente, entonces para él es un sistema o estructura que depende de sus relaciones y de la forma en cómo éstas relaciones se establecen.
Entonces el título es coherente a este sistema, códigos cuyas tramas textuales se sostienen por pequeños guiños que nos permiten su cohesión interpretativa…y por lo tanto, su lectura.
Su trama se funda en un caso de asesinato en el Congreso Gardeliano, sus posibles asesinos pueden pertener a las diferentes fracciones del movimiento gardeliano: los tacuaremboístas, los tolousistas, homosexualistas, como también los de la izquierda o los de la rama militar, pero como dice Adriana Loeff en la presentación: “lo que verdaderamente busca la novela no es dilucidar dónde nació Gardel, sino mostrar los intereses que se juegan cada vez que se habla de su vida”… desde luego, tampoco resulta relevante mientras se lee saber quién es el asesino, sino que los motivos por los cuales se puede asesinar en este mundo gardeliano.
Primero y ante todo, Carlos Gardel, en especial su vida, documentada en profundidad…pero en espacios donde la ficción la enriquece ¿Dónde están los limites entre lo “real” y lo “inventado”?...no se sabe, o mejor dicho, solo lo pueden inferir aquellos lectores muy competentes en el tema, emergen entonces, nombres de personas amigas y enemigas, lugares, descripciones físicas, conflictos, acontecimientos, en fin, una serie de información cuyas referencias en vez de dividir el mundo ficcional del verdadero, se manejan precisamente en su cruce, en la hibridez, en el conflicto, Gardel como cantante, Gardel como actor, Gardel el político, Gardel en su dimensión sexual y desde luego, Gardel y su origen, cuyo secreto es la base a la trama.
Gardel en contraste: Gardel Dios, mito, leyenda, Gardel perdido y mafioso, pero finalmente, surge a ojos del lector inevitablemente, un Gardel en equilibrio, que no es otro que un Gardel humano y ante todo, un Gardel amado. Segundo… el tango, subyacen durante la lectura sus sentidos y contornos, nos ofrece el placer de su atmósfera, olores, clima, ritmo… todo se siente tanguero.
A medida que uno se sumerge en la historia sabe que no podría ser escrita de otro modo, estructura marginal pero adaptada a su contexto histórico, de un siglo veinte cambalache, problemático y febril, en fin, una la periferia que va tocando poco a poco al lector ¿un libro cuyo canon se reconozca?, simplemente imposible, incluso dentro del género negro o detectivesco (que nos remonta a las décadas entre el treinta a cincuenta del siglo pasado) surgen nuevas formas, la historia es contada como fue contado el tango, emerge de un sinfín de señales previas, estaban ahí, latentes, pero no se habían conjugado como unidad hasta que surge completo y legible.
El juego del lector es encontrar los signos presentes en los espacios de la trama, para conformar el paisaje que desee… y así lo leí, uniendo lo sintáctico me llevó a una idea de un todo cuyas partes estaban “descosidas” y que por lo tanto, la cohesión (lo pragmático) debía ser reinventado por estos espacios construidos en intertextos, donde el sentido entonces se conforma de la totalidad y donde el código se construye en el proceso.
Códigos del código, textura del texto, frases que se pueden entender si nos olvidamos del intelecto y simplemente nos dejamos llevar por la emoción, por el sentimientos que surge de los sentidos cada vez que se habla del tango, porque no hay latinoamericano a quien no lo abrace la nostalgia al oír a Gardel, rememorar a los abuelos, a los padres, a un mundo al que ya no se pertenece pero que se es al mismo tiempo. Un código que parece perdido pero que se activa en las primeras notas o palabras, porque forman parte de nuestra información genética cultural, como si fuese entonces más lógico buscar a Carlos en nuestro ADN que indagar su origen en el ADN de él.
El texto entonces ya no esta sólo conformado por las letras, melodías e imágenes del tango que actualmente conocemos, sino que el texto esta conformado por innumerables textos individuales y colectivos, que convocan a un país, una región, una localidad, un barrio, una familia, un sujeto, un todo. Totalidad y textura que aún no alcanzamos a ver completamente, pero que el autor magistralmente nos induce a mirar.
Simplemente no basta con saber de tango y de Gardel, es un libro que nos motiva a investigar sobre él…y agradecemos profundamente ese impulso que nos aproxima a nuestra identidad.
LA ONDA® DIGITAL
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