Publicada en Uypress y bajo el título de ha nacido un nuevo Frente Amplio.
Si no entendí mal los fundamentos del articulista, con la defunción del FLS, que habría sido decretado por Astori y refrendado por la expresa distancia que el líder de Asamblea Uruguay fijó con los dichos del compañero Esteban Valenti se estaría consagrando el nacimiento de otro Frente Amplio. Este Frente Amplio sería unipolar y la unipolaridad estaría expresada en el acuerdo o guiño que le habría dado Mujica a Astori y desprendiéndose de ello, el acuerdo parlamentario que resolvió el tema Ancap, con declaraciones sobre capitalización y el cerrar filas en torno Al tema Sendic.
En primer lugar no me gustaría caer en la vorágine de las respuestas reactivas. En segundo lugar me gustaría apuntar aspectos que por lo menos abarcan otros ángulos un poco menos visibilizados pero que en el apresuramiento del discurso se escapan.
No soy un teórico, frase que me ha traído algún reproche de un amigo mío, pero me parece sano expresar que tengo profundo respeto por el saber intelectual y la formación académica que no poseo. La teoría, es sustento de nuestras elaboraciones. Es indispensable para concluir con inteligencia y profundidad, por supuesto dando por descontado que la intencionalidad debe ser sana y positiva.
La primera afirmación con la que no concuerdo es que se haya consagrado un Frente unipolar.
En mi opinión la unipolaridad no existe, creo que si algo está caracterizando a este período es “la lucha de contrarios”, no hay pensamiento claramente predominante y justamente ello hace a veces errático el rumbo. Creo que el desarrollo de un conjunto diverso de contradicciones hace más difícil encontrar el conflicto central y la complejidad de la vida y el avance del conocimiento a velocidades que no podemos absorber culturalmente es tal vez un tema nada menor. La infinidad de aspectos, particularidades, partes y actores hacen que amplificados por las herramientas de comunicación se transformen en una gran torre de Babel, donde las voces van y vienen, se cruzan, con pocas posibilidades de ser simplemente pensadas.
Creo que el fuerte impulso democratizador nos ha dado herramientas formidables, pero en contrapartida no estamos encontrando la manera de articular síntesis abarcativas.
Eso nos deja en desventaja con quienes con menor grado de participación colectiva y mayor poder comunicacional o simplemente de mayor poder impongan algunos pensamientos o acciones hegemónicas.
Creo que en esta coyuntura confluyen varios aspectos distintos, no es nada menor el ejercicio del gobierno. El Frente Amplio ha traído al Uruguay un florecimiento económico, social y político indudable. En el marco de las relaciones capitalistas, agrupamos socialmente a distintos sectores postergados, perjudicados por las políticas tradicionales y especialmente el neoliberalismo. Logramos dar vuelta un ciclo perverso donde la riqueza se concentraba y excluía de manera violenta. Ahora bien, no es menos cierto que el impulso logrado trajo aumento de la riqueza y no muchas manos captaron el grueso. Hoy se menciona el aumento 5 nuevos ricos con patrimonios que superan los 30 millones de dólares, aumentos patrimoniales de la riqueza en el orden de los mil millones de dólares.
No imagino en la política empresarial que tantos beneficios logró, una gran y democrática discusión sobre como acumular dinero. En general, la dirección piramidal, y la fuerte ejecutividad con dinero para operar, terminan siendo una herramienta poderosísima para “imponerse” o lograr sus objetivos. Me parece significativo que durante mucho tiempo intereses poderosos realizaran su actividad con poca aparición pública de discordancia, hasta empresarios “amigos” se mostraban cercanos al gobierno de izquierda o progresista. Amigos que no vacilaron en distanciarse y hacer visible su enojo, reproche y hasta oposición.
La alianza de sectores sociales, la síntesis lograda por el pueblo uruguayo a través del FA, fue una gran herramienta y dique para detener los impulsos regresivos y a su vez puso con una mirada más humana, solidaria y colectiva la maquinaria de la producción del país y de la riqueza al servicio de mucha más gente. Por eso y no por otra cosa, la tradicional mirada de la acumulación de la riqueza sobre como producir y cómo repartirla fue retrocediendo. El pensamiento de la izquierda aunado con una direccionalidad de acción cambió el rumbo, los resultados afirmaron esos valores, la sociedad uruguaya toda avanzó. Económica y socialmente.
Para gobernar tuvimos que aprender, tomar los lugares del Estado, imponer nuestra mirada de las cosas. Nuestros líderes, se encontraron con un ejercicio cotidiano del gobernar y decidir.
También es cierto que el pueblo frenteamplista se fue replegando, la voces comenzaron a hacerse sentir desde las redes sociales y de alguna manera las dos corrientes en direcciones contrarias debilitaron al FA, fuerza política, los cuadros emigraron al Estado, la gente a sus casas. Nos acostumbramos un poco a ello, la prensa hizo lo suyo y los protagonismos fueron instalándose más en personalidades o líderes que en los colectivos políticos.
En algún punto me parece que esto fue bastante decisivo, la cercanía o lejanía de la gente participando, controlando, evita los desbordes.
Hoy los nombres propios acaparan los medios, los sucesos, las decisiones y las interpretaciones de las mismas, la capacidad comunicacional determina más que los hechos en sí.
Ahora bien que los sucesos tengan desenlaces en una u otra dirección no significa que las acciones queden determinadas o cerradas. Me parece infinitamente más compleja y rica la realidad del FA, que como la leo enunciada en el artículo.
Casi como una de las versiones de Mad Max, el apocalipsis final se acerca, parece que de la poca o mucha sintonía de nuestros ya longevos líderes saldrá la luz del camino. Sin embargo, en el seno de la izquierda, entre los jóvenes debaten y buscan caminos. El histórico Partido Socialista disputa nuevos liderazgos o una reconfiguración nueva. Nuevos colectivos acaban de ingresar Al FA. La presidencia al FA, se encamina a una elección interna para resolver la a esta absurda acefalía. Hasta el MPP, se reverdece impulsando dirigentes nuevos.
Las redes que se multiplican en intercambios, emotivos, ciclotímicos, con enojos, desesperanzas y también interesantes aportes, los uruguayos no renegamos de la política, la izquierda uruguaya abarcó a miles y miles a posturas más humanas y sociales.
Me sabrán disculpar nuestros dirigentes históricos y quienes comparten sus dramáticas miradas. Creo, que mucho de los problemas que nos “molestan” y nos limitan los aportan los históricos dirigentes que se anotan poco a la hora de la paternidad de los errores.
Soy veterano, las historias de los protagonistas no me es desconocida, los compañeros, Tabaré, Astori, Mujica, al propio Esteban a quien también le doy un rol importante en los sucesos de nuestra historia, a ellos les digo que no estamos en el fin de ningún final trágico. Quizás si compartieran con otras voces, con otras miradas tendríamos otras respuestas.
Claro que el Pepe fue un gran cautivador de masas, un gran líder popular, pero cuantas desprolijidades de gobierno nos complican hoy, Tabaré con su rigidez ordenada, vaya si nos sumo para gobernar, siempre dijimos que era la sellada para ganar, Danilo, quien puede dudar de su decisión frenteamplista, su capacidad, todavía recuerdo cuando hablaba en la 30 de economía en plena dictadura. La solida conducción económica, vaya si construyó. Pero no es menos cierto que grandes compañeros y economistas destacados, por una razón u otra, terminan procesados o escondidos en responsabilidades menores.
Esteban el gran polemista, el cuadro militante, claro que ha jugado un rol protagónico, pero no es menos cierto que en su estilo siempre cavó trincheras, avanzó en unidades y consagró divisiones, habrá que evaluar con qué resultados.
La victoria siempre tiene 100 padres, la derrota es huérfana. Esto lo leí por primera vez en un momento particularmente oscuro de mi vida, allá en un muro de una fábrica en Santiago de Chile momentos en los que aprendía de la peor manera el costo de los errores y sobre todo entenderlos y descubrir que en realidad las derrotas no son huérfanas, somos también responsables en primera persona.
A través de la acción política se construye el mañana, me aburren y enojan, los oráculos del retroceso. Le fue mal al famosos Fukuyama proclamando el fin de la historia.
A mis dirigentes históricos les digo bajen la voz, escuchen a otros, el episodio del compañero Sendic, con sus luces y sus sombras, no es el de un iluminado que llegó del cielo, es el compañero que nuestros dirigentes acordaron colocar allí, también funcional a nuestra estrategia electoral.
Tuve la fantástica oportunidad viviendo de conocer a personas increíbles, hombres y mujeres honestos, valientes, algunos muy cultos, de enorme entrega y pasión por su semejantes. Hoy si tengo que sintetizar eso en un nombre diría que Platero, el gordo Platero, es uno de ellos. Se retiró de la política en silencio, vive con austeridad republicana comprobable y nada mediática, es su manera de vivir, cualquiera puede caer a su casa y al ratito nomás mate en mano se recorre el mundo, o los sucesos de acá con reflexión inteligente. Una vez le pregunté, ¿Eduardo, cuando vas a escribir toda esa enorme experiencia?, “me contestó, hay quienes escriben la historia y hay quienes la vivimos.”
Se fue largo el comentario de hoy, pero no compro, unipolaridades, ni fines de ciclo, ni derrota sin dar pelea. No vamos perdiendo, estamos cambiando hacia nuevas realidades, la política es subjetividad, lucha, contraposición de ideas. Acá nomás cerquita se libran épicas batallas, Lula el perseguido de otrora como dirigente sindical es preso, hoy lo encarcelaron como ex presidente y allí está al frente de puebladas que lo respaldan y siguen.
Tenemos la mejor historia, los partidos tradicionales hoy luchan sin ideas y presos de sus atávicos símbolos buscando como reconfigurarse para hacernos retroceder. Ellos están derrotados, sin ideas y mintiendo sobre honestidades que no tuvieron cuando gobernaron.
Por Walter Martinez
Columnista uruguayo
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