Incremento de atentados terroristas y guerras del siglo XXI: fragilidad de certidumbres

Tiempo de lectura: 4 minutos

1) Incremento de atentados terroristas en el espacio-mundo
En pocos días distintas regiones del mundo se han visto conmocionadas por atentados terroristas que han dejado centenas de muertos. Bruselas, Iskandariya en Irak, Lahore en Punjab, Pakistán, muestran el incremento de atentados en Lincoln-Bizzozero-100x100 (1)distintos lugares, pero que tienen como elemento común víctimas inocentes. Lo brutal de los atentados y los lugares donde se perpetraron (aeropuerto y un metro en Bruselas; un estadio de fútbol en Iskandariya, un parque natural en Lahore), generan como consecuencia el miedo frente a la fragilidad de la vida en la cotidianeidad.

Si bien los elementos comunes nos muestran esta fragilidad en el acontecer cotidiano, un incremento del miedo, reacciones de indignación, el incremento de grupos y modalidades de expresión xenófoba y manifestaciones locales y nacionales proteccionistas, los atentados se expresan diferentemente y tienen su especificidad regional. La especificidad de los atentados no oculta el aspecto sustantivo de que estén vinculados, aun cuando no pueda hablarse lógicamente de una única red del terrorismo. Y es que los números dan cuenta del incremento de atentados terroristas en el transcurso del siglo XXI: más de 150 atentados en países diversos. Las respuestas de los países y las regiones se anclan en su posición en la estructura del sistema internacional y en los objetivos geopolíticos y geoeconómicos. De ahí que se desencadenen procesos y situaciones que multiplican con efecto derrame el propio origen del problema.

Las diferentes expresiones locales del terrorismo y de las respuestas al mismo derivan de procesos en que los Estados como actores fundamentales de esta transición histórica, manifiestan distintos intereses y tienen un diferente papel y posición en el mundo. Este es el formato externo que muestra esta diversidad de expresiones y situaciones en el espacio mundo. El aspecto fundamental que liga todos los acontecimientos es el miedo que se instala, el escaso-nulo valor que se da a la vida y la fragilidad de las certidumbres mínimas como ser la identidad, la pertenencia, las creencias.

2) Erosión de los derechos humanos
Los atentados terroristas sacuden las sociedades, remiten a miedos ancestrales anclados en la memoria colectiva, fragilizan y ponen en cuestión los lazos sociales y las solidaridades. Los Estados desnudan sus limitaciones en el espacio-mundo frente redes terroristas transnacionales y los nuevos modos de operación que rompen con reglas anteriores de combate. Y también con las normas de derecho de la guerra y de derecho internacional que protegían a la población civil.

La mundialización tiene su lado oscuro en estas manifestaciones fundamentalistas que socavan la agenda positiva de la mundialización. Temas vinculados con la educación, el conocimiento, el desarrollo humano, la evolución hacia nuevas formas de convivencia quedan subsumidos frente a los asuntos de inseguridad, terror, confrontación, conflictos religiosos y étnicos.
Las demandas de respuesta, de mayor seguridad, de cierre de fronteras, de protección, generan reacciones en cadena, en que las sociedades quedan atrapadas. Los avances en materia de derechos humanos son puestos en cuestión; la escalada de acciones lleva a nuevas reacciones, sin que se pueda visualizar la conexión de acontecimientos.

Si los atentados terroristas tienen su conexión en el espacio-mundo, el elemento común de los actores involucrados y las respuestas de los Estados atañe al hombre. Y también las respuestas serán diversas de acuerdo a la localización regional y el avance político y social de las sociedades.

3) Dificultades en la articulación de respuestas
La especificidad territorial –social de los procesos donde se registran acciones terroristas provoca respuestas diferenciadas regional y nacionalmente. Si bien hay coordinación entre Estados y regional y por supuesto articulación de Estados Unidos y de otros centros de poder, de acuerdo a la región, la especificidad del lugar del atentado cuenta en la respuesta a nivel de la seguridad, política, cultural y social. En esta dinámica concatenada de atentados en distintos lugares del espacio-mundo, predominará, al menos en el corto plazo del tiempo histórico, la seguridad frente al miedo de la población. Se resentirán y estarán cuestionados otros aspectos como la política de prevención en inclusión y diálogo inter-confesional, la solidaridad con los marginados y excluidos, la apertura frente a la diversidad y al otro y la educación como apuesta a largo plazo en valores y a la sociedad del conocimiento.

La dinámica terrorista de Boko Haram en Nigeria propugnando el Estado Islámico en la frontera entre Nigeria, Níger y Camerún, la de Al Quaeda Magreb Islámico en Costa de Marfil, Malí y Burkina Faso como respuesta a la intervención de Francia en Malí, la del Estado Islámico en Bruselas por la participación de Bélgica en la coalición que bombardeó Siria, propician respuestas localizadas regional y nacionalmente.

Desde una perspectiva global, que finalmente es la que termina imponiéndose, estos fenómenos continuarán por un plazo más largo del necesario, mientras no se pueda articular respuestas político-sociales de conjunto entre los distintos espacios-mundo. La reciente respuesta europea a la dramática situación de los emigrantes exhibe las dificultades políticas que podría provocar una propuesta humanitaria.

La condena clara y terminante a los atentados terroristas, debe acompañarse de acciones e instrumentos para no quedar en manifestaciones retóricas. Las mismas deberían surgir de los distintos actores involucrados y no solamente de los Estados. Es claro que los intereses geopolíticos y geoeconómicos continuarán rigiendo estas situaciones, al menos en este período de la historia, y por ende continuarán alimentando la especificidad local y nacional. Frente a ello, las organizaciones de derechos humanos y las sociedades tienen un papel a cumplir y un desafío mayor en acelerar el tiempo de la historia.

Por el Dr. Lincoln Bizzozero Revelez [i]

[i] Profesor titular Programa de Estudios Internacionales, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de la República.

La ONDA digital Nº 762 (Síganos en Twitter y facebook)

(Síganos en TwitterFacebook)
INGRESE AQUÍ POR MÁS CONTENIDOS EN PORTADA

Las notas aquí firmadas reflejan exclusivamente la opinión de los autores.