Continuamos recogiendo el análisis semanal del historiador y politólogo, Gerardo Caetano en TNU Televisión Nacional sobre la campaña de las internas partidarias en dirección al 1 de junio. Como en su oportunidad recogimos el análisis sobre el Partido Colorado y el papel de Pedro Bordaberry, en esta el tema de análisis de Caetano en diálogo con la periodista Iliana da Silva es la interna de Partido Nacional y especialmente el papel del Dr. Jorge Larrañaga.
– Hoy hablemos de la interna del Partido Nacional. Acabamos de recibir al precandidato Jorge Larrañaga que – según las encuestas – da liderando en su interna. ¿Cuáles son las diferencias que se pueden marcar con su contrincante, con el diputado Lacalle Pou?
– El Partido Nacional – prácticamente, desde hace un siglo largo – tiene una tensión en su interior. Desde los años 20, esa tensión ha estado dibujada por la presencia del herrerismo que – en buena medida – fue el sector hegemónico dentro del campo nacionalista, hasta finales de los años 60. Durante mucho tiempo, el otro del herrerismo fue el nacionalismo independiente y, a finales de los años 60, hay un cambio en el Partido Nacional, con la emergencia del ferreirismo. Aquella articulación entre “Por la Patria” y el “Movimiento Nacional de Rocha”, liderada por Wilson Ferreira Aldunate, cortó por primera vez en 50 años la hegemonía del herrerismo, dentro del Partido Nacional. Y ahí hubo otro Partido Nacional, con hegemonía ferreirista y minoría herrerista, que duró hasta la muerte de Wilson. Luego, en el año 89, la victoria de Luis Alberto Lacalle Herrera y – sobre todo – su gobierno, cambiaron al Partido Nacional. Y volvimos a tener un Partido Nacional de mayoría herrerista, donde el wilsonismo perdió vigor. Entonces, estos años, ha habido esa renovada tensión. De alguna manera, el que retoma la bandera del ferreirismo, esa otredad del herrerismo dentro del Partido Nacional, ha sido el Dr. Larrañaga quien incluso – en algún momento, por ejemplo en 2004 -, pudo prevalecer sobre el herrerismo, pero no ha logrado transformar a ese Partido que sí transformó Lacalle (p) desde el año 90. Esta elección es un clásico. Lo que pasa es que el (p) ya no está, está el hijo.
– En este escenario, ¿cuál es la diferencia Lacalle (p)/Larrañaga, Lacalle (h)/Larrañaga?
– Es una diferencia grande. El propio Lacalle (p) lo ha dicho y – yo creo que – con enorme sinceridad: “Yo no entiendo a esta sociedad y esta sociedad no me entiende a mí”. Yo creo que era una definición muy clara de que su tiempo había pasado. Su hijo trata de hacer otra cosa. Incluso, la UNA, la Unidad Nacionalista que había sido la plataforma del Dr. Lacalle (p) para construir algo más amplio que el herrerismo en el 2009, su hijo le terminó de poner la lápida y construyó otra cosa. ¿Hasta qué punto es otra cosa? ¿Hasta qué punto es un herrerismo nuevo o es algo más que el herrerismo? Tal vez sea muy pronto para afirmarlo. El núcleo duro sigue siendo el herrerismo, por ejemplo, en el funcionamiento del aparato partidario, en el núcleo de los referentes en temas cruciales. Sin embargo, Lacalle Pou quiere – de alguna manera – expresar un nuevo tiempo.
– Y diferenciarse, a su vez, de su padre…
– …y diferenciarse, a su vez, de su padre. Un poco, heredar a su padre pero – al mismo tiempo – superarlo. El tema es que el electorado nacionalista – yo creo que la tensión herrerismo, ferreirismo, otro nacionalismo – juega. Y si se le pregunta a un elector nacionalista, por qué uno y por qué el otro, uno lo ve en las referencias. Lacalle Pou busca marcar que no hay diferencias, seguramente hay matices. Sin embargo, Larrañaga – yo creo que adecuadamente -, más allá que su estrategia en este momento es no exteriorizar las diferencias, tiene diferencias con Lacalle Pou. Si uno confronta los programas, hay diferencias en puntos sustantivos. Por ejemplo, en materia de Educación, dos énfasis muy claros en el Partido Nacional, entre los dos sectores, hay diferencias. Daniel Corbo no piensa lo mismo sobre Educación que Pablo Da Silveira y lo ha demostrado en su actuación en el CO.DI.CEN. Hay diferencias en lo que tiene que ver con los temas de la Seguridad. En muchos aspectos, Larrañaga está en un lugar – un lugar que en el continuo derecha-izquierda podríamos poner en el centro – que tiene un equilibrio difícil entre sectores que están más jugados a lo que sería un sector de centro-derecha, y sectores que están más jugados hacia lo que podría ser un centro-izquierda o izquierda. No es tan sencillo.
– Y, ¿quiénes son los votantes de Larrañaga?
– Como siempre en esta sociedad segmentada, los votantes que hay atrás de los candidatos, son muchos y diversos. Son segmentos. Por ejemplo, hay un segmento que trata de ver en Larrañaga la herencia del ferreirismo. El ferreirismo fue el núcleo mayoritario y el núcleo renovador – durante más de 25 años – dentro del Partido Nacional. Incluso, en un Partido Nacional que – en el año 71 – tuvo un 40% de votos y 2/3 de ese 40% del electorado eran de “Por la Patria” y del “Movimiento Nacional de Rocha”. Ese ferreirismo luego se dispersó y, seguramente, algo de ese ferreirismo se fue del Partido. Pero el núcleo fundamental se quedó y allí hay gente que busca – de alguna manera – la reconstrucción del ferreirismo. Es gente que tiene una sintonía con el medio rural. Recordemos que hay ocho intendentes del interior del país que están respaldando al único precandidato que es del interior del país. El Partido Nacional siempre ha tenido su núcleo de votantes fundamental en el interior del país. Siempre fue su bastión electoral frente al Partido Colorado – cuando había bipartidismo – y frente al Frente Amplio, desde que el Frente Amplio ha roto el bipartidismo. Hay un electorado centrista. Algunos dicen que el centro es la no definición. No. No es cierto. El centro es toda una definición. Y, en el Uruguay, es una definición que – a veces – define. El Dr. Larrañaga – incluso – ha fundamentado que él es el que tiene más chance de pelear un ballotage con el Dr. Vázquez, porque es el que mejor puede pelear el centro, entre otras cosas, porque se ubica ideológicamente allí. Y esto también está revelando que hay un electorado centrista, que también se puede sentir convocado por esa idea que el Dr. Larrañaga – una y otra vez – ha planteado, que en esos dos grandes polos que hay en la política nacional desde hace algún tiempo (por un lado la izquierda y el Frente Amplio y, por otro lado, los partidos tradicionales), él puede ser un puente. Y lo ha intentado ser.
– Y, ¿cuánto puede haber tenido para él de costo – hacia la interna del Partido Nacional – el vínculo que él estableció al principio del gobierno de Mujica? Porque ahora se distanció un poco y es hasta lógico, por los tiempos electorales.
– Exactamente. Siempre se dice que en un período de cinco años, hay tres años de cooperación y dos años de competencia. En este último período tuvimos una anticipación de la campaña electoral. Pero Larrañaga yo creo que manejó el “timing” político de manera adecuada. Y hoy, yo no creo que esté pagando costos políticos por su visión de cercanía, que la tuvo – fundamentalmente – mucho más con el presidente Mujica que con el presidente Vázquez. Más aún, creo que esa idea de que él puede ser el puente – tanto si es oposición respecto a un gobierno de la izquierda, como si es gobierno, buscando un acuerdo que vaya más allá del país -, creo que ese factor en una política con dos grandes polos, yo creo que le agrega y no le resta, en esta ocasión.
– El rol de Larrañaga para los próximos cinco años, ¿dónde puede estar?
– Depende de lo que diga el soberano. Pero yo creo que él sabe y creo que lo expresa y seguramente lo va a expresar con más fuerza después del 1° de junio, si gana, como las encuestas lo vienen refiriendo. Larrañaga – y lo hemos dicho en más de una oportunidad – es el favorito dentro de una interna abierta. Pero es el favorito. Y lo ha sido desde el comienzo de la campaña propiamente dicha y lo sigue siendo cuando estamos a 15 días de la elección. Es el favorito. La sorpresa – que está compitiendo y está compitiendo bien – es Lacalle Pou. Eso no quiere decir que la contienda esté resuelta. Es la única contienda que no está resuelta, pero hay un claro favorito y las últimas encuestas lo revelan. Gane o pierda, como nuevo líder del Partido Nacional, su principal rol va a ser ese rol que tiene que ver con su ubicación dentro del sistema político. Él tal vez sea el que mejor puede ser puente entre el país de las dos mitades. Nosotros nos hemos acostumbrado a un país de las dos mitades en donde, o gobierna el Frente Amplio con mayorías legislativas propias, o gobiernan los partidos tradicionales en coalición. Lo que ocurre es que puede haber un nuevo escenario. En el 2009 estuvimos – como dicen los blancos – “a un tranco de pollo” de tener un escenario en donde el Frente Amplio ganaba en 2ª vuelta sin mayoría legislativa. Pero más allá que haya mayorías legislativas o no, siempre se necesitan personas que puedan ser puentes, que eviten la polarización, que puedan ser vehículos de políticas nacionales, de políticas de Estado. Yo creo que el principal rol – ya sea que sea oposición, ya sea que sea gobierno – del Dr. Larrañaga, es ser puente entre ese país de las dos mitades que se ha polarizado.
Diálogo entre Iliana da Silva y Gerardo Caetano en TNU
La ONDA digital Nº 671
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