Ampliando la mirada

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A los que desde hace años analizamos el tema nos parece una muestra de frivolidad la forma en que políticos en campaña electoral se refieren al mismo.Mientras la izquierda en el gobierno dispone el mejoramiento barrial en infraestructura y servicios, el discurso de la derecha es “erradicar los asentamientos”. Poco tienen en cuenta que el medio de hacerlo preferido, un “realojo” indiscriminado, disgregando sus habitantes por toda la ciudad, acarrearía la disolución de la cohesión vecinal conseguida en la adversidad por el destino común en la vida fuera de la sociedad formal. Y que las formas de vida de la sociedad humana siguen implicadas con un espacio sobre la tierra aunque a esa arcaica concepción se hayan sumado, superpuesto, los espacios mediáticos, los no-lugares y el ciberespacio. Que por otra parte coexisten, pero no para todos los habitantes del globo; todavía la mayor parte de la población mundial vive en referencia a un lugar físico, y su formación como personas, su identidad, sus costumbres, su forma de interactuar con los demás, proviene del mismo.

Compartir y usar el LUIS arquitectoespacio
Dice Paúl Virillio – arquitecto y filósofo francés- que con la expansión de los medios de transporte y la mayor velocidad de los mismos, se achica el espacio en el mundo. Pronto para la humanidad – salvo que se emigre a otros planetas- estará llegando el tiempo en que tendremos que compartirlo conviviendo entre todos.

En una apreciación simplista de la ciudad, pragmática pensando en eliminar lo que está mal, se pierde de vista lo esencial: la tecnología debe estar al servicio del hombre.

La ciencia médica investiga e inventa servicios ambulatorios para no atar el paciente a los aparatos en los centros de salud. Los artefactos de comunicación recuperan con la imagen la interacción analógica entre nosotros. Sin embargo, gobernantes y urbanistas mantienen el paradigma de crear ciudades para habitarlas con gente en lugar de hacerlas mejor donde la gente ya habita. En simultáneo con planes para vivir en Marte, se niega habitar en lugares porque son inundables! Hace miles de años los humanos inventaron los palafitos y las técnicas actuales permiten realizar viviendas y habitar sobre el agua, manteniendo el libre escurrimiento de las cuencas naturales y, sobre todo, la topografía. Preservar el “lugar”, el sitio de pertenencia, no es ciencia ficción, es bien posible y en la mayoría de los casos, conveniente.

Actuando también sobre los efectos
Ya tratamos en el primer artículo, el diagnostico y las medidas instrumentadas en los últimos gobiernos sobre las causas de los asentamientos irregulares. Pero también sobre sus efectos expresados en ellos mismos, puesto que toda operación sobre las condiciones de vida allí existentes-salud, educación, recreación y deporte- apunta directo al corazón de la exclusión. A la satisfacción del derecho a la ciudad que tenemos todos.Cuando se actúa en distintas formas sobre el lugar, impacta sobre sus habitantes. Si se hacen calles que unen con la trama urbana o se construye una plaza cabe esperar efectos sobre los que la usarán, sobre la comunidad. En la interacción entre los que allí habitan, pero también los que están de paso, los que son de otro lugar.

Entonces, al contrario de la idea fuerza referida al principio, en lugar de “sacar de raíz”, se trata de “integrar los asentamientos”. La informalidad es vecina de la ilegalidad y aunque no se asimilan, superar la primera también es un paso para, una vez más eliminando causas, neutralizar la segunda.

A seguir
Incorporar comunidades a la vida urbana en todos sus términos es una carrera contra el tiempo medido en generaciones. Aportaremos sobre eso.

Por el arquitecto Luis Fabre

La ONDA digital Nº 672

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