Entre los primeros profesionales afincados en el pueblo recién fundado, estaba el Dr. Ángel Olazabal. Su consultorio y vivienda, frente a casa de mis padres, lo hacía inevitablemente ser llamado para toda circunstancia familiar de índole médica, entre las cuales una fue mi llegada al mundo. Esa continuada atención era remunerada anualmente por honorarios fijados por la condición de vecinos más que de pacientes. Lo mismo hacía con medio pueblo y le valió merecidamente, años después de muerto, una mención en el nomenclátor urbano.
En la infancia me quemó las verrugas, enyesó mis fracturas y me hizo aullar de dolor con inyecciones de calcio. Ya adolescente, compartí con él y otros adultos cotidianas partidas de billar en el Bar Martini. Allí sobre el mediodía, farmacéutico, agricultor, empleados, algún jubilado y hasta Felipe, dueño del bar, tomaban un aperitivo mientras jugaban bromeando, a veces por una cerveza. Las chanzas se decían con altura, mediante analogías como el “descarrilamiento” o la “precipitación” de alguno al tirar los “palos” en contra. Se remitían a los accidentes ferroviarios y de aviación, únicas catástrofes cercanas al pueblo en esa época.
Aún muchachitos imberbes, jugábamos por la nuestra hasta que, naturalmente, empezamos a alternar con los mayores tomando confianza. Entre nosotros llamábamos “cholo” al atildado, circunspecto doctor, sin que él lo supiera. Un mediodía, la partida contra Olazabal y otro veterano se había tornado encarnizada. Y era por la cerveza! Para ganar había que utilizar la conversación e ironía a fin de incomodar al adversario.
Pero en la ansiedad por el triunfo, ante una pérdida del doctor se me escapó a viva voz: _¡opa, “cholito”, te desbarrancaste! _No sea atrevido mocoso, yo soy el Dr. Olazabal _, me dijo muy enojado dejándome paralizado. No sólo me puso en mi lugar, se puso él para siempre en el suyo. Así, cada vez que la profesión y adquiridas destrezas me permiten ayudar a alguien, en mi interior brindo con el pasado: Ésta va por vos, ”cholito”!
Por el Arq. Luis Fabre
La ONDA digital Nº 780 (Síganos en Twitter y facebook)
(Síganos en Twitter y Facebook)
INGRESE AQUÍ POR MÁS CONTENIDOS EN PORTADA
Las notas aquí firmadas reflejan exclusivamente la opinión de los autores.
Otros artículos del mismo autor: