Discurso de abdicación de Juan Carlos I
Me acerco a todos vosotros esta mañana a través de este mensaje para transmitiros, con singular emoción, una importante decisión y las razones que me mueven a tomarla.
En mi proclamación como Rey, hace ya cerca de cuatro décadas, asumí el firme compromiso de servir a los intereses generales de España, con el afán de que llegaran a ser los ciudadanos los protagonistas de su propio destino y nuestra Nación una democracia moderna, plenamente integrada en Europa.
Me propuse encabezar entonces la ilusionante tarea nacional que permitió a los ciudadanos elegir a sus legítimos representantes y llevar a cabo esa gran y positiva transformación de España que tanto necesitábamos.
Hoy, cuando vuelvo atrás la mirada, no puedo sino sentir orgullo y gratitud hacia vosotros.
Orgullo, por lo mucho y bueno que entre todos hemos conseguido en estos años.
Y gratitud, por el apoyo que me habéis dado para hacer de mi reinado, iniciado en plena juventud y en momentos de grandes incertidumbres y dificultades, un largo período de paz, libertad, estabilidad y progreso.
Fiel al anhelo político de mi padre, el Conde de Barcelona, de quien heredé el legado histórico de la monarquía española, he querido ser Rey de todos los españoles. Me he sentido identificado y comprometido con vuestras aspiraciones, he gozado con vuestros éxitos y he sufrido cuando el dolor o la frustración os han embargado.
La larga y profunda crisis económica que padecemos ha dejado serias cicatrices en el tejido social pero también nos está señalando un camino de futuro cargado de esperanza.
Estos difíciles años nos han permitido hacer un balance autocrítico de nuestros errores y de nuestras limitaciones como sociedad.
Y, como contrapeso, también han reavivado la conciencia orgullosa de lo que hemos sabido y sabemos hacer y de lo que hemos sido y somos: una gran nación.
Todo ello ha despertado en nosotros un impulso de renovación, de superación, de corregir errores y abrir camino a un futuro decididamente mejor.
En la forja de ese futuro, una nueva generación reclama con justa causa el papel protagonista, el mismo que correspondió en una coyuntura crucial de nuestra historia a la generación a la que yo pertenezco.
Hoy merece pasar a la primera línea una generación más joven, con nuevas energías, decidida a emprender con determinación las transformaciones y reformas que la coyuntura actual está demandando y a afrontar con renovada intensidad y dedicación los desafíos del mañana.
Mi única ambición ha sido y seguirá siendo siempre contribuir a lograr el bienestar y el progreso en libertad de todos los españoles.
Quiero lo mejor para España, a la que he dedicado mi vida entera y a cuyo servicio he puesto todas mis capacidades, mi ilusión y mi trabajo.
Mi hijo Felipe, heredero de la Corona, encarna la estabilidad, que es seña de identidad de la institución monárquica.
Cuando el pasado enero cumplí setenta y seis años consideré llegado el momento de preparar en unos meses el relevo para dejar paso a quien se encuentra en inmejorables condiciones de asegurar esa estabilidad.
El Príncipe de Asturias tiene la madurez, la preparación y el sentido de la responsabilidad necesarios para asumir con plenas garantías la Jefatura del Estado y abrir una nueva etapa de esperanza en la que se combinen la experiencia adquirida y el impulso de una nueva generación. Contará para ello, estoy seguro, con el apoyo que siempre tendrá de la Princesa Letizia.
Por todo ello, guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a los españoles y una vez recuperado tanto físicamente como en mi actividad institucional, he decidido poner fin a mi reinado y abdicar la Corona de España, de manera que por el Gobierno y las Cortes Generales se provea a la efectividad de la sucesión conforme a las previsiones constitucionales.
Así acabo de comunicárselo oficialmente esta mañana al Presidente del Gobierno.
Deseo expresar mi gratitud al pueblo español, a todas las personas que han encarnado los poderes y las instituciones del Estado durante mi reinado y a cuantos me han ayudado con generosidad y lealtad a cumplir mis funciones.
Y mi gratitud a la Reina, cuya colaboración y generoso apoyo no me han faltado nunca.
Guardo y guardaré siempre a España en lo más hondo de mi corazón.
«Referéndum Ya»
Convocatorias contra la sucesión automática en Felipe de Borbón
Izquierda Unida, Podemos, Equo y otros partidos y organizaciones sociales reclaman una consulta para que la ciudadanía pueda elegir entre monarquía o república. Apenas unos minutos después de que el presidente del Gobierno anunciara la abdicación del Rey, Izquierda Unida, Podemos, Equo y otras organizaciones y colectivos sociales han pedido la convocatoria de un referéndum para que la ciudadanía elija entre monarquía o república. Llaman También a participar en las concentraciones que se están convocando en las plazas de varias ciudades españolas para pedir una consulta.
Los ecos del 25-M llegan a Zarzuela
Felipe Borbón está listo para reinar. Ese es el mensaje que se viene lanzando desde determinados entornos de la Casa Real y que se ha instalado con una velocidad inusitada en los últimos días en los principales círculos políticos y empresariales del país ante la incertidumbre derivada de los resultados electorales del 25-M. En definitiva: el cambio demandado por la sociedad a la clase política trasladado a la más alta institución del Estado.
La campaña de imagen de los Príncipes que se puso en marcha hace ya casi dos años, prácticamente coincidiendo con el accidente del rey en Botsuana, adquiere ahora mayor intensidad, como atestiguan el décimo aniversario de la pareja en tanto en cuanto impagable producto de marketing, así como la cada vez más apretada agenda de Don Felipe.
Ayer domingo, Su Alteza asistió a la ceremonia de traspaso del Mando Presidencial en el Centro Internacional de Ferias y Convenciones de El Salvador (CIFCO), junto a los jefes de Estado y de Gobierno asistentes a la toma de posesión del nuevo presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén. Compartió acto de investidura con los presidentes de Bolivia, Evo Morales; Ecuador, Rafael Correa; Costa Rica, Luis Guillermo Solís, y de la República Árabe Saharaui Democrática, Mohamed Abdelaziz, entre otros.
Como se encargaba de señalar el comunicado de la Casa del Rey, Su Alteza Real el Príncipe de Asturias ha tenido oportunidad este año, en tres viajes oficiales, de visitar cuatro países iberoamericanos: Honduras, Chile, Brasil y Costa Rica. En estas naciones, asistió a la toma de posesión de Juan Orlando Hernández, Michelle Bachelet y Luis Guillermo Solís.
Los príncipes de Asturias. (Efe)
La idea que intentan aventar desde estos entornos reales es que todo está preparado para el relevo en la Jefatura del Estado y que en ningún caso se trataría de un cambio traumático. El rey Juan Carlos, en principio reacio a la abdicación, ya no vería con recelo un proceso de sucesión ordenado que, en este caso, se habría visto acelerado por la inestabilidad política y social que sacude a España.
Nuevo clima tras las elecciones europeas
Todo ello estaría directamente relacionado con el nuevo escenario político español dibujado tras las elecciones al Parlamento Europeo del pasado 25 de mayo. Como ya es sabido, la permanencia de Don Juan Carlos en la Jefatura del Estado ha venido sustentándose en el consenso del Partido Popular y del PSOE. Sin embargo, los comicios europeos han dejado tocado el bipartidismo (la suma de ambos no alcanzó el 49% de los votos).
La crisis se ha cebado sobre todo en el PSOE, y ya se ha cobrado la pieza de su secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, que cederá su cargo el 20 de julio en un congreso extraordinario del partido en el que se prevé que sean elegidos dirigentes de generaciones sin vinculación vital y afectiva a la transición, y mucho más inclinados a las tradicionales tesis republicanas de la izquierda que conectarían especialmente con los segmentos más jóvenes. Un escenario nada propicio para el príncipe Felipe si la sucesión se fuera dilatando todavía más en el tiempo.
La infanta Cristina accediendo a los juzgados de Palmaen febrero. (Efe)
A esta circunstancia proclive al cambio habría que añadir el muy posible procesamiento de la infanta Doña Cristina en el caso Nóos, que podría ser confirmado por la Audiencia de Palma, lo que supondría sentar en el banquillo al yerno y la hija del Rey y al secretario de las Infantas, Carlos García Revenga. Los elementos, en definitiva, alientan el cambio.
A pesar de no haber contado jamás con un estatuto del heredero, Don Felipe ha ido adquiriendo mayor protagonismo para sostén de la Corona, sustituyendo al Rey en tareas representativas allá donde se le ha reclamado. La del presidente salvadoreño es la sexagésima novena toma de posesión a la que asiste desde que, en enero de 1996, comenzara a representar a España en la investidura de presidentes iberoamericanos. En este tiempo, el heredero ha demostrado siempre saber estar. El nuevo reto será saber reinar.
Por Walter Corbo
En base a información de prensa y agencias
La ONDA digital Nº674
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