Croatas, los campesinos, la iglesia, Hitler y futbol

Tiempo de lectura: 7 minutos

El mismo día en qué Uruguay celebraba su clasificación al Mundial 2014, en la ciudad de Zagreb, el elenco nacional croata aseguraba su presencia en Brasil, luego de derrotar, en repesca, a la selección de Islandia por 2 a 0. Mientras en el Estadio Centenario se disfrutaba en pantalla gigante el gol de Alcides Ghiggia en Maracaná, el jugador croata Josip Simunic tomó un micrófono, alzó su brazo izquierdo saludando al estilo nazi, y exclamó: “Por la Patria” (Za Dom), recibiendo de la multitud un: “Listos !” (“Spremni”).

El jugador y la multitud repitieron las frases cuatro veces. A toda garganta y furor. Era el santo y seña ustacha, en los años del Estado Independiente de Croacia. En rápida acción, la FIFA multó en 100 mil francos suizos a la federación croata y suspendió por diez partidos a J. Simunic, quién se perderá el próximo mundial de futbol en Brasil.

CROATAS

Croacia en el siglo XX
Hasta el año de 1918, formó parte del imperio austro-húngaro, integrándose en esa fecha al Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, hasta que en 1929, se constituyó el Reino de Yugoslavia. En abril de 1941 las tropas de Eje, atacaron Belgrado invadiendo por distintos frentes al reinado. Como resultado de la presencia militar alemana e italiana, se instauró el Estado Independiente de Croacia, a cuyo frente se ubicó Ante Pavelic, líder del movimiento “ustacha” (insurrectos), llegado desde Italia con las tropas musolinistas. En los años anteriores había encontrado asilo político en Viena.

En la década de los 30, contó con el apoyo material y político del régimen fascista húngaro presidido por Miklos Horthy. En los años 20, el movimiento ustacha actuaba como una organización política que contaba con un brazo armado terrorista contra el régimen del Rey de Yugoslavia.

Bajo el título de “Poglavnic” (caudillo o fuher), Ante Pavelic fue la cara visible de un régimen caracterizado por el nacionalismo extremo, el racismo y un ultra conservadurismo católico. Croacia debe ser gobernada únicamente por: “¡Bog i Hrvati!”, (Dios y los croatas). El papa León X había declarado, en 1519, al pueblo croata como “muralla de la cristiandad”, contra los turcos y el islamismo.

Con la bendición de la iglesia local, y el soporte material de Berlín y Roma, los ustachas persiguieron a judíos, musulmanes, gitanos, socialistas, comunistas, eslovenos, bosnios y partisanos que respondían a Josip Broz Tito. Las cifras de víctimas por el régimen ustacha provocan escalofríos. Se estima entre decenas de miles a cientos de miles, (800.000). El campo de concentración de Jasenovar fue, en el mundo, el tercero en tamaño físico: 240 km2. La creación e inauguración correspondió a Ante Pavelic y bendecido por la mayor autoridad religiosa, el arzobispo de Zagreb, Aloysius Stepinac. Este jerarca fue designado cardenal por el Papa Pío XII (1952), mientras que Juan Pablo II lo declaró beato-mártir en 1998. En la Yugoslavia del Mariscal Tito, fue condenado a 16 años de cárcel, por su participación en los crímenes entre 1941 y 1945.

Los responsables del campo de concentración fueron los capitanes del ejército croata Dinko Sakic y Antón Elez, quienes arribarían al Río de la Plata en el año de 1947. En documentos de Núremberg se describen los métodos en el campo de Jasenovar; “asesinatos con golpes de maza en la nuca, con cuchillos, con toda clase de objetos contundentes, por ahogamiento, hambre, quema de personas vivas y ahogadas en piletas de cal viva”. Se hacia constar que el campo no contaba con cámaras de gas.

Se estima que asesinaron más de 20.000 niños de algunos meses hasta los 14 años de edad. Los judíos debían lucir un brazalete con la estrella de David y la letra zeta (Zidov: judío) mientras que los serbios uno azul con la pe (pravoslavni: ortodoxos).

El teniente alemán Arthur Hefner, luego de su visita al campo de Jasenovar, lo describío, en carta al ministerio de Relaciones Exteriores de su país, como “de la peor categoría, igual al infierno de Dante”. En otra sintonía, los ustachas comunicaron a Berlín, en 1944, que “en Croacia se solucionó el problema judío”. En abril de 1945, el “Poglavnic” Ante Pavelic, ya en derrota y con su fuga ya programada, decretó la ejecución de 760 mujeres prisioneras en Jasenovac. Sakic y Elez cumplieron lo ordenado.

El escritor chileno, Roberto Bolaño, en su obra “2666”, apunta: “los croatas mataban a sus propios judíos”. Los campos de concentración croatas –mas de 12- dejaron de existir en el año 1945, ante la ofensiva combinada del ejército rojo y los partisanos de J. B. Tito, derrumbando totalmente al régimen ustacha. A partir de esa fecha, Croacia se integra a la República Socialista Federativa de Yugoslavia, siendo reconocida diplomáticamente por el Uruguay, al año siguiente, bajo la presidencia de Juan J. de Amézaga.

Ustachas en el Río de la Plata
Varios e importantes investigadores argentinos han detallado la llamada “ruta de las ratas”. Se trata del periplo de importantes figuras croatas –también alemanas y austríacas- una vez finalizada la segunda guerra mundial.

La revista croata “Izbor” (Selecciones), publicada en Argentina relataba, en mayo de 1958, como fue la llegada del núcleo duro de los ustachas a Buenos Aires: “fuimos peregrinando por los países de Europa, hasta que nuestro dolor golpeó la puerta del corazón mas noble que entonces latía en el mundo: el de Eva Perón, quién llegó a visitar Roma (…) Y no tardó mucho el ilustre presidente de la Nación argentina, don Juan Domingo Perón en abrirnos las puertas de esta tierra bendita”.

La gira de Eva Perón por Europa correspondió a una invitación del dictador español, Francisco Franco, e incluyó un tour por Italia donde el 26 de junio de 1947, se reunió en el Vaticano con el Papa Pío XII, el mismo que designara, en 1952, al arzobispo de Zagreb, A. Stepinac, como cardenal. Es el mismo sacerdote qué en 1941, bendijo el campo de concentración de Jasenovac.

Los investigadores argentinos descubrieron en 2003, en la Dirección de Migraciones, un trámite de envergadura, compuesto por varias carpetas y conteniendo decenas de páginas. Está datado en 1946, e incluye nombres y mas nombres croatas, se llega a más de 7500 migrantes. En la primera carpeta (Nª 72.513), sellada por la mesa de entrada de Migraciones se deja constancia expresa: “iniciado por Presidencia de la Nación”.

En setiembre de 1947, comienzan a llegar a la capital argentina figuras prominentes del derrotado régimen croata. Ante Pavelic, con indumentaria religiosa, desembarco del buque italiano Andrea C, con el nombre de Aranjos Pal estampado en un pasaporte de la Cruz Roja Internacional. Con iguales papeles arribó E. Priebke, el responsable de la masacre de las Fosas Ardeatinas, en Italia. E.Priebke, residente en Argentina durante décadas, declaró a prensa de ese país: ”me ayudó el obispo Alois Hudal, quien me entregó un pasaporte en blanco con la insignia de la Cruz Roja”. A. Hudal se desempeñaba como rector del colegio Santa Maria dell Anima (Piazza Navona, Roma), y en 1936 publicó “Las bases del Nacional Socialismo”, uno de cuyos ejemplares fue enviado a A. Hitler con la siguiente dedicatoria: “Al artífice de la grandeza alemana”. Otro personaje fundamental en esta “ruta…” fue el arzobispo S. Draganovic, teólogo y secretario del Instituto de San Girolamo, centro del clericalismo croata en Roma. Los contactos con el Río de la Plata los desarrolló a través de Branco Benzon, ex embajador de Croacia en Berlín, en los años del III Reich, Este croata se desempeñó, entre 1946 y 1949, como “asesor” para la inmigración yugoslava y croata en el gobierno del Gral. J. D. Perón. También fue su médico personal.

El croata Blaz Stefanic, padre franciscano y hombre de la Cruz Roja croata, quién mandatado por el ya citado Draganovic, logró en 1946, un permiso de residencia en la Argentina, para 250 de sus connacionales. Los documentos –en blanco- fueron enviados desde Buenos Aires por Caritas Croata a su similar en Roma. Los datos personales fueron puestos por las organizaciones croatas de Salzburgo y Roma. Blaz Stefanic, superior de la basílica de Bari en Buenos Aires, llegado a esta ciudad en 1935, fundó el Instituto Cardenal Stepinac, desde el cual desplegó una furibunda campaña anticomunista, cuyo punto mas alto fue un libro titulado “Comunismo sin máscara”.

Error de terror
En Asunción, la capital paraguaya, el 8 de junio de 1976, el diplomático uruguayo Carlos Abdala, es asesinado de varios balazos. Un terrorista croata, Jozo Domjanovic, lo confundió con el nuevo embajador yugoslavo en tierra guaraní.

El ex diputado herrerista Juan C.Raffo, correligionario y amigo de C.Abdala, realizó una prolija y minuciosa investigación, reconstruyendo el crimen. En “Error de persona” (1977) el ex diputado y ex ministro blanco abunda en referencias a la acción terrorista croata. Lo mismo se desprende de algunos capítulos de otra obra del mismo autor, “Informe Maturana” (2007). Desmonta sutilmente la teoría del “lobo solitario”, apuntando a la acción de un comando croata. Y el destino de alguno (o varios) de ellos en tierra oriental.

Escribe J.C.Raffo: “el autor eligió cuidadosamente sus palabras, porque eran épocas duras en ambos países, (nota del autor: se refiere a las dictaduras paraguayas y uruguayas), y ya se había aceptado la versión “oficial” del lobo solitario. El atentado contra el embajador…, fue preparado y ejecutado por un reducido número de nacionalistas croatas, residentes en Asunción, muchos de ellos con antecedentes de cárcel y violencia”.

En nota con la Agencia ANSA y publicado por Clarín (10-IV-1998) el por entonces diputado J.C.Raffo afirmó que el capitán del ejército croata Dinko Sakic, “alentó y financió en 1976 el atentado contra el embajador yugoslavo en Paraguay”.

Jozo Domjanovic había llegado a Paraguay, proveniente de España, el 28 de marzo de 1976, acompañado de Zdravko Beno, Josip Kovac y Dinko Sakic, jefe máximo de la entonces llamada “Resistencia Nacional Croata”. Sobre este último, una nota de prensa paraguaya fechada el 15 de abril de 1977, se refería de la siguiente manera: “El ciudadano croata Dinko Sakic, que estuviera detenido algunos días en Tacumbú –acusado por varios compatriotas de malversación de fondos y estafa- fué puesto en libertad luego de intensas averiguaciones por parte de las autoridades policiales acerca de sus actividades. Estamos en condiciones de afirmar a nuestros lectores que, una vez liberado, Sakic viajó con destino a la ciudad de Montevideo, Uruguay, en el vuelo regular de la línea Pluna”.

EPÍLOGO l

“…aunque el mundo se haya puesto de pie y haya detenido al Bastardo,
La Puta que lo parió está caliente de nuevo”.- B.Brecht, 6-5-1945.

En Grecia avanzan las organizaciones ultranacionalistas, de cuño nazi, surgidas en las entrañas de la segunda guerra mundial (2GM) y desarrolladas subterráneamente durante la época de los coroneles, logrando en las recientes elecciones parlamentarias griegas, varios escaños.
Para el Parlamento Europeo, representantes neonazis alemanes alcanzaron singular representación.

Organizaciones similares a los ustachas croatas, en Ucrania, desataron la reciente cruenta guerra, volteando un gobierno legítimo, para tener una significativa presencia en el actual elenco enquistado en el poder.

En Hungría, la influencia y presencia parlamentaria de organizaciones de similar signo despertó alarmas estridentes entre los magyares así como en Europa e Israel. Y las luces rojas se encendieron en varios países del viejo continente, porque grupúsculos y núcleos amplios, de marcado signo fascista, cobraron ímpetu y presencia en la vida social y política.

Con una profunda crisis económica y social como telón de fondo, reapareció el antisemitismo, la persecución a los gitanos en países como Francia, los atentados nazis en Bélgica, los cabezas rapadas apaleando y matando al diferente (desde Moscú a Madrid), las amenazas a las minorías raciales y una lista interminable de barbaridades. Todo indica la justeza de la advertencia brechtiana “la Puta que lo parió está caliente de nuevo”.

EPILOGO II

– ¿Coincidencia?
Casi como una ironía de la historia, el Hogar Croata del Uruguay, única organización de dicha comunidad, tiene su sede central en la avenida Luis A. de Herrera 3981. El importante inmueble fue adquirido en el año 1989. Los vendedores fueron el coronel José “Nino” Gavazzo y familia.

 

Por Daniel Mañana
La ONDA digital Nº 675

(Síganos en TwitterFacebook)
INGRESE AQUÍ POR MÁS CONTENIDOS EN PORTADA

Las notas aquí firmadas reflejan exclusivamente la opinión de los autores.