Supongo que recordar a nuestras agonizantes democracias de los setenta no será un antecedente al que recurriremos hoy. El compañero presidente bombardeado en la Moneda, El Uruguay que agonizaba institucionalmente y la derecha golpista usaba sin límites todos los recursos que la Constitución le permitía para evitar su caída e imponer políticas regresivas. Medidas Prontas de Seguridad, Estado de Guerra Interno, son algunas de las fórmulas constitucionales que usaron en Uruguay como prólogo para barrer con las instituciones y con la democracia. Bolivia, que en algún período llegó a tener más golpes de Estado que años de vida independiente. Argentina, que lleva su mayor período de vida democrática, luego de la derrota de la Junta Militar y el ascenso de Alfonsín.
Tampoco acudiremos a las democracias neoliberales post- dictadura, que terminó con presidentes procesados por corrupción. Carlos Andrés Pérez, en la convulsionada Venezuela de hoy. Collor de Mello en Brasil, Menen en Argentina. Estas democracias, con el mismo patrón económico y supeditado al FMI, reordenaron las brutales deudas que generaron las dictaduras, vendiendo patrimonio nacional en beneficio de empresas multinacionales.
América vio el desembarco de empresas internacionales que se instalaron a dar servicios que antes manejaban los estados y a transferir sus ganancias a sus matrices.
Esas democracias post dictaduras, con Constitución y todo nos arrojaron a cifras de pobreza y desigualdad que provocaron enormes tensiones. Fueron los pueblos generando cambios los que pusieron a otras fuerzas políticas en el gobierno a intentar algo nuevo.
Diré antes de continuar, que ni Chávez antes, ni Maduro ahora (menos) fueron líderes de izquierda con el que me sintiera particularmente identificado. Su lenguaje y los conceptos que transmitían muchas veces los sentí ajenos a lo que creo. Sin embargo y sin dudas, el gobierno de Chavez en Venezuela, estuvo en clara consonancia con el proceso democratizador progresista y de izquierda en América. Si de voluntad popular hablamos, Chavez se aburrió de ganar elecciones y plebiscitos, solo uno perdió. Le dieron un golpe de Estado, lo secuestraron y tuvieron que devolverlo al mismo lugar del que se lo llevaron.
¿Por qué este líder singular tuvo tanto respaldo? Por una sola y simple razón, los postergados de siempre fueron contemplados como nunca. Las inmensas riquezas que produce la renta petrolera le llegó a multitudes como nunca. Por si fuera poco y en consonancia con la ola progresista y de izquierda, fue solidario con los gobiernos electos de izquierda. Baste recordar que acá mismo no bien asumió el Frente Amplio, se cayó COFAC, fueron los venezolanos los que nos ayudaron a salir del lío. Quizás todos recordemos las valijas de Antonini Wilson. Aquel venezolano entrando dólares para la campaña K. Tan singular fue aquel hecho que terminó con la funcionaria aduanera que “encontró” las valijas haciendo de modelo mediática y el famoso Antonini, viviendo y terminando preso en USA.
No recordaremos sin embargo, que la casi desaparición de la moneda nacional argentina, la proliferación monedas provinciales, casi como una vuelta al feudalismo y los controles que hacia el FMI, enviando al célebre emisario indio Anoop Singh a controlar las cuentas de Argentina. Como dato anecdótico la celebridad del indio se la daba el que se alojaba en el Sheraton y contrataba, costosos servicios de acompañantes sexuales haciendo las delicias de los programas de chimentos.
A la salida de esa democracia Argentina, a la reconstrucción de esa economía que comenzaron a realizar los Kirchner, contribuyó el gobierno de Chavez, cuando Argentina en default, no conseguía créditos por negarse a pactar con fondos buitres, allí estuvo el gobierno venezolano comprando bonos para darle sustento y gobernabilidad.
Si tuviera que hacer un ranking de simpatías y afinidades, seguro que Evo, Correa, Lula y Dilma estarían antes que Chávez o los Kirchner en mis preferencias. Pero como liderazgos emergentes de cada proceso histórico no los mediré como uruguayo de izquierda que llegó al gobierno con el Frente Amplio, sino como parte de un proceso continental de ascenso de otros sectores sociales al gobierno.
Con ellos, con todos ellos, América del Sur vivió la década de mayor desarrollo que por lo menos yo, haya visto, floreció la democracia (de todos los colores), representativas, más o menos parlamentarias, con tres o cinco poderes, cada pueblo recorrió según su propio derrotero un mismo sendero, los índices de inequidades se movieron significativamente y por primera vez a favor de los humildes.
Realmente no puedo aceptar sin más los dichos de un presidente que habla con pajaritos pero no me pidan que crea que Venezuela entró en una feroz crisis, más por errores propios que por el derrumbe del precio del petróleo. Las grandes petroleras desde los países que producen petróleo abren o cierran la canilla de producción y provocan desbalances brutales, el barril de petróleo llegó a costar arriba de los cien dólares. Hoy está a la mitad y estuvo más barato aún.
¿Que los venezolanos no lograron diversificar su producción?, seguramente será un error, ¿qué desaprovecharon la renta petrolera?, tendrán que discutirlo ellos. Pero no creo que esté ajena a la crisis actual, el intento de formar empresas con capitales mixtos y que éstos capitales no sean del agrado de EEUU. Los radicales de la democracia de derecha seguramente escondida detrás del ansia libertaria aspiran a una privatización del petróleo.
Los procesos en cada país son singulares, deben ser respetados y la libre determinación de los pueblos aceptada sin más. No obstante, tengo el derecho de decir que el triunfo electoral y soberano de Macri, fue mentiroso, dijo lo contrario en campaña a lo que hizo, fue nefasto para los argentinos, no para todos, para los humildes.
Tengo el derecho de decir, que los procesos de corrupción corrompen gobiernos y pueblos, pero que el gobierno del PT, en Brasil sacó de la indigencia y el hambre a millones de brasileños. Que la derecha golpista, encabezó una jugarreta debidamente constitucional y con ella un corrupto comprobado (Cunha) hoy procesado, encabezó la destitución de una mujer honesta Dilma.
No soy para nada indiferente a las formas de gobierno que adquiera el Estado, adhiero a las formas republicanas de gobierno y cuanto más radicales sean mejor. El Estado es la única herramienta posible para la regulación de intereses, cuanta más injerencia tenga, mas garantía tendrán los ciudadanos comunes.
Pero los conflictos sociales y políticos siempre son por el poder y quien lo tenga o más porciones de él decidirá sobre cómo se distribuye la riqueza.
No tengo ninguna duda, que estos poco más de una década de gobiernos progresistas fueron una buena cosa para América. No soy peronista, pero no tengo dudas, los Kirchner fortalecieron la democracia en Argentina, mejoraron la vida de millones de personas.
No tengo dudas, el PT, concilió y acordó habilitando zonas de corrupción, pero el PT de Lula y Dilma, trajeron más democracia, y millones de brasileños comieron 3 comidas diarias.
Soy de izquierda en Uruguay, por eso soy frenteamplista, por eso hoy palpitaré con Ecuador esperando que Lenin Moreno gane. Diré viva la Bolivia de pueblos originarios de Evo.
Entonces por más que no me guste que los presidentes hablen con pajaritos, en Venezuela se libra una batalla de poder y riqueza, quien lo tenga, que sectores predominen, marcarán el rumbo de ese pueblo. Si pierden el gobierno, deberán entregarlo, como en Argentina, pero no creo en el rasgarse vestiduras democráticas por parte de la derecha.
“Finalmente dime con quién andas y te diré quién eres”…. Irak, Libia y Siria, eran naciones, hoy solo son escombros, allí llegó la ayuda libertaria de EEUU y las naciones desarrolladas, Europa que festejó la caída del muro de Berlín, hoy creó un gigantesco, deteniendo las corrientes migratorias de gente que huye de las guerras que esas potencias crearon.
¿EEUU, no lo quiere a Maduro? ”Mala tos le siento al gato”.
Mientras Almagro, sigue empeñado en que caiga el régimen venezolano, espero alguna declaración suya sobre Paraguay,…ojalá me equivoque…pero sigo “sintiéndole mala tos al gato”
Por Walter Martinez
Columnista uruguayo
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