Los representantes de Sebastián Bauzá

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En esa lógica de intermediación–representación, la Asociación Uruguaya de Fútbol presidida por Sebastián Bauzá recurrió a Full Play para negociar sus derechos. Los más connotados periodistas “independientes” celebraron esa recurrencia calificando a Full Play de seria, elogiando su “saber cómo” y su “saber hacer”, en por lo menos tres idiomas.

Hoy los responsables de Full Play están procesados por multimillonarios sobornos a jerarcas de Asociaciones cuyos derechos negociaron como intermediarios –Full Play no era una productora televisiva; las televisaciones de los principales torneos continentales fueron para Fox–. Los actuales dirigentes de la AUF reconocen que el único contrato que no cobraron en este siglo fue ése, el único que no firmaron con Tenfield, sino con Full Play, por representación de Bauzá, pero en el ámbito de la Conmebol también intermedió y representó Full Play.

“La empresa Full Play le entregó a los diez presidentes 300 mil dólares a cada uno cuando la firma del contrato. Yo no era presidente, pero recibía un dinero equivalente o mayor pero por ninguna cosa en particular, sólo por ser integrante y por ser de ese grupo”, declaró Eugenio Figueredo. Imputación que fue negada por Bauzá, a quien, a pesar de haber sido presidente y luego haber integrado la Conmebol en esa época, no se le pudo probar que haya recibido ese dinero por ese concepto.

La AUF recurre a intermediarios especializados supuestamente para no cometer errores contractuales y ese contrato todavía no pudo cobrarlo, pero, en definitiva, quien ha salido ganando de los devenires de Conmebol es Fox y desde un canal uruguayo asociado con ella, se llegó a amenazar a Uruguay con no participar de un Mundial si denunciaba sus tejes y manejes.

En ese momento escribí: “Cuando oigo las amenazas –no de la FIFA , que dice que todavía no se le presentó el caso, sino de los grandes medios uruguayos– de que la FIFA nos “castigará (Bardanca)” con peligro de que Uruguay no juegue el Mundial, me pregunto si lo pensaron.

En el Mundial en que la propia FIFA está más controvertida que nunca (vale la pena echar una ojeada al artículo de Andrew Jennings, Por qué la FIFA es el Crimen Organizado, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=162230 y a las noticias sobre las manifestaciones en Brasil), sería un escándalo de proporciones que difundiría la denuncia penal contra la Conmebol –que han ninguneado los medios internacionales y hasta la propia Conmebol, que no fundamentó la suspensión política de la AUF, para no divulgar la denuncia– ¿Dejará afuera del evento a la verdadera gran sensación del Mundial precedente (…) No, definitivamente no lo pensaron.

Entonces procede preguntarme ¿por qué no lo pensaron? Y sin darle mucha vuelta concluyo:

Por lo mismo que en toda la cobertura de “análisis” del caso, hacen de cuenta que la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales ni siquiera existe o la despachan sin más con un par de adjetivos peyorativos. Miran el mundo como si estuviesen viendo Solamente vos, con Francisco Casal en el papel de Felix, Sebastián Bauzá en el de Juan y sin Natalia Oreiro. Puro e ignorado platonismo filosófico.

Estaré pasado de moda, pero insisto con el papel de las fuerzas sociales. En el muro Facebook de un amigo leí que el lema de Sebastián Bauzá para intendente capitalino será: “no pude con Casal, pero con ADEOM puedo”. Es previsor: Cuando se manejó el nombre de Bauzá como candidato del Partido de la Concertación a la Intendencia, Montevideo.com tituló “quieren volver a clasificar” y es cierto, pero no lo es que no haya podido con Casal. Sebastián llevaba bastante bien sus diferencias con Paco y tenía el apoyo unánime para terminar su mandato, aún de los siete clubes que no defendió ante la Conmebol tras ser sancionados por presentar una denuncia penal contra ésta, aún de Nacional, que desde hacía un año no confiaba en él pero se comprometía a bancarlo hasta el final del mandato. Si hubo un complot como teorizan esos medios, tampoco Sebastián improvisó. Su papel fue no reparar siquiera en la existencia de la Mutual, pedir seguridad sólo para jueces y recaudadores, suspender –ante lógica medida de los jugadores– el partido Miramar Misiones–Peñarol, perjudicando a Nacional, para que entonces Nacional lo declarara “persona no grata”. Si no hubo ese complot, Sebastián es a su tocayo Piñera y al también heredero de otro conspicuo dirigente de club, Mauricio Macri, un émulo bastante atrasado, felizmente”.

Publiqué varios libros explicando la dirección de los futbolistas en el fútbol uruguayo, desde los momentos claves de inflexión hegemónica de las generaciones del 10, del 40, la huega del 48, la generación del 80, la huelga del 92 y el proceso de selecciones que hizo a la segunda era Tabárez, cualitativamente distinta, en posibilidades e infraestructura, de la primera. Desde que Tenfield es dueña de los derechos televisivos del fútbol uruguayo, ha habido muchas negociaciones, como de costumbre, partiendo de posiciones encontradas para llegar a acuerdos, pero hubo solamente una imposición, la de la Mutual a Tenfield por el “ordenamiento económico”.

Tenfield acató sin más la resolución oficial del gremio, porque es consciente de su papel de agente social (en un caso bastante atípico, sus directivos son de origen proletario, de situación burguesa alta nacional –esa que Arismendi, en otros tiempos, caracterizaba como “la que tiene el bolsillo en Uruguay pero el corazón en Washington, a la que tratamos de sumar al proyecto antioligárquico y antiimperialista o, en todo caso, neutralizarla”; éstos tienen el bolsillo en Uruguay y el corazón en Bella Italia, Arroyo Seco, Capurro…–, pero saben que lo que define es la toma de partido y en el ámbito donde les toca jugarlo, es un partido complicado, porque allí ninguno es uno más y todos, desde Batlle Pacheco hasta Bauzá, hacen e hicieron política partidaria.

Oscar Andrade, Secretario General del SUNCA (Sindicato Único Nacional de la Construcción y Afines) dice algo muy cierto: “uno de los principales objetivos y prácticas constantes de la derecha es desvincular las conquistas de quienes las lograron”. En el fútbol igual, fue la organización y la lucha de los futbolistas y de los trabajadores políticamente partidizados, la que logró las condiciones para que Oscar Tabárez demostrara en la selección lo que siempre supimos, que es el gran hito de la dirección técnica del fútbol uruguayo en su época (pero también lo fue el Profe De León en la suya, sin poder dirigir la Selección por comunista en tiempos de dictadura fascista). Sin embargo, algunos medios nos vendieron la imagen de que Sebastián Bauzá fue poco menos que el factótum de Sudáfrica 2010, la Copa América y la Clasificación a Brasil 2014, cuando Bauzá (uno de los cinco Presidentes de la AUF que pasaron por la segunda era Tabárez), en realidad, le quitó a Tabárez sus potestades como Coordinador de todas las selecciones al no aceptar al técnico que éste había designado para la sub–20, y no lo destituyó porque la actuación en el Mundial fue de una relevancia que él no esperaba. Después, incluso, en plena eliminatoria, dijo públicamente que debía poner o no a un jugador, según qué condiciones futbolísticas.

El fútbol está, estuvo siempre, políticamente partidizado, desde los tiempos del batllista Atilio Narancio, pasando por el hijo de Batlle y Ordóñez, César Batlle Pacheco, hasta el propio Bauzá.

“La misma desembozada vulgaridad con la que la multinacional Fox (vinculada a grupos de poder económico que financian al Tea Party, la más guerrerista derecha de EEUU) realizó una campaña contra la reforma de la salud promovida por Obama (que quitaba privilegios a los privados en beneficio de los servicios públicos y los derechos de los ciudadanos) se está usando ahora, (ahora mismo) en Fox Sports contra la capacidad de autonomía del Uruguay en relación a los capitales extranjeros que dominan casi todo el fútbol sudamericano.

(…) En todo negocio con lógica monopólica, y los derechos televisivos del fútbol lo son, porque se le concede siempre a un único grupo económico pues en caso contrario no sería rentable, lo que ocurre es una disputa de grupos poderosos por su control, reitero, monopólico.

¿Si el fútbol uruguayo queda en manos de capitales no nacionales, alguien cree que se promoverá en el mundo (un país sin mercado) como lo promueve la empresa Tenfield o podría promoverlo otro grupo económico de capitales nacionales?

¿Alguien cree que una empresa multinacional buscaría acuerdos con ANTEL (como ha hecho Tenfield) o priorizaría sus acuerdos con otras multinacionales globales?

Francamente, mi capacidad de asombro ante el deterioro político y moral de algunos dirigentes de izquierda ya se trastoca, ahora me dan vergüenza ajena.

Si aparece un grupo económico de capitales nacionales, que invierte en el fútbol, en el apoyo a los clubes de barrio que difícilmente puedan sobrevivir sin un apoyo no mercantil, si aparece un grupo económico de capitales nacionales que busca acuerdos con otras empresas nacionales para desarrollar proyectos rentables de apoyo a todas las manifestaciones populares como el Carnaval o el Basquetbol, a mí me parecería muy bien que se estimule un modelo competitivo para conceder los derechos de televisación, pero únicamente en ese caso. En caso contrario es crear una ficción de modelo competitivo para darle los derechos a un grupo multinacional”, escribió Gerardo Bleier, hace tres años.

Hoy, en mi opinión, no hay ningún grupo nacional en condiciones de competir como uno más por los derechos de televisación en rol productor y no intermediario. Ni siquiera Tenfield.

Fox fue la única cadena televisiva que apoyó a Donald Trump en su carrera electoral. Eso le da ventajas a la hora del triunfo (valga, en inglés, la redundancia), pero en el rubro transmisiones deportivas tenía un talón de Aquiles, porque depende bastante de sus socios chinos –a corto o a mediano plazo, todos vamos a depender, directa o indirectamente, y por todos lados, de las relaciones comerciales con China–. Trump había bombardeado a twits al gobierno chino. Anunció aranceles a los productos chinos, que obligarían a una guerra comercial entre las dos primeras economías del mundo.

Sin embargo desde China las respuestas no fueron los acostumbrados comunicados precisos a través de la agencia Xinhua, sino artículos más bien burlescos en el Global Times y cuando Trump asumió, Xi Jimping descartó una guerra comercial con Estados Unidos.

El mes pasado la cumbre de Trump y Xi fue relativamente exitosa en Mar-a-Lago, donde se acordó la cooperación para salvaguardar la paz en la península coreana y en todo el noreste asiático (China, Japón y la península coreana), pero además un convenio comercial que dejó satisfecho, según sus declaraciones, al líder chino. Es que justamente, las empresas transnacionales estadounidenses socias de China ejercen presión en Washington. En 2016, con la visita de Tabaré Vázquez (acompañado entre otros por Alvaro “Chino” Recoba) a Beijing, Uruguay alcanzó el grado de socio estratégico comercial y político del gigante asiático, pero las sociedades con empresas estadounidenses norteamericanas incluyen para China también la estrategia militar.

(continúa)

Por José Luis González Olascuaga
Periodista y escritor uruguayo

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