Debate por el rectorado de la UdelaR

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“La discusión sobre los fines de la Universidad y el rumbo que debe seguir volvió a plantearse este jueves en una mesa redonda que contó con la participación de los docentes Roberto Markarian y Álvaro Rico -candidatos al rectorado-, además de María Simon, Gerardo Caetano y Rafael Radi, con la moderación de Juan Cristina.

El debate fue organizado por la Asociación de Docentes de la Universidad de la República-Facultad de Ciencias (Adur Ciencias) y se estructuró en torno a los temas: rol de la Universidad en la situación del país, funciones universitarias, descentralización, cambios normativos, sistema educativo nacional y gobierno universitario.

MESA RICO MARK.

En el marco de la elección del próximo rector de la Universidad, que deberá realizar formalmente la Asamblea General del Claustro en pocas semanas, se encuentran en juego las candidaturas de los profesores Álvaro Rico y Roberto Markarian. Tanto ellos como diferentes colectivos docentes han difundido documentos que expresan distintas visiones acerca de los lineamientos que deberían guiar la política universitaria (Ver nota relacionada en Portal de la UdelaR). Ante esos planteos y sus repercusiones Radi señaló que «hay una plataforma común que quizás es mucho más amplia de lo que creemos» y que de cara al próximo gobierno nacional la Universidad tiene el desafío de generar consensos para elaborar una propuesta que sea acompañada por el presupuesto quinquenal. Dijo que es necesario minimizar las contradicciones aparentes y «lograr contagiar nuestras miradas» sobre esa propuesta a las autoridades.

RECO 1

También Simon dijo que «no hay cisma» y que todos los planteos difundidos se centran en el desarrollo de la calidad académica. Ese mismo concepto fue manejado por varios panelistas: tanto Radi como Caetano afirmaron que la alta calidad académica debe signar la integración de enseñanza, investigación y extensión. Radi mencionó como ejemplo al Hospital de Clínicas, un servicio en el que las tres funciones se desarrollan a la vez en forma natural.

Si bien destacaron el impulso a la investigación en el país y en la UdelaR en los últimos 20 años, la necesidad de incrementar de tres a seis veces más el número de investigadores en el Uruguay fue una idea compartida por los participantes. Caetano dijo que tras 11 años de crecimiento ininterrumpido «el país se encuentra en una encrucijada importante en la que la UdelaR debería cumplir un rol destacado». Es momento de «consolidar, con una inversión muy fuerte, un sistema nacional de ciencia y tecnología que sea un motor de desarrollo», sostuvo. Añadió que actualmente esa inversión es muy insuficiente y que «un país que vive de la exportación de commodities no va al desarrollo».

Acerca de la expansión de la Universidad al interior del país, Radi dijo que ha sido una iniciativa exitosa pero se debe «evitar el aislamiento» logrando la interacción fuerte con centros académicos más desarrollados. Agregó que es necesario un trabajo de evaluación y reajuste del proceso. Simon y Caetano señalaron que la regionalización de la UdelaR favorece la inclusión y la integración de nuestra sociedad, pero que es hora de focalizar en la calidad de las propuestas de formación.

Todos los integrantes de la mesa plantearon que es ineludible modificar la Ley Orgánica. Entre otras razones, manejaron la necesidad de integrar viejos y nuevos ámbitos académicos al funcionamiento de la institución: las facultades creadas con posterioridad a la aprobación de la ley, los centros universitarios del interior, las áreas académicas o el Espacio Interdisciplinario. También se refirieron a las formas de participación en el cogobierno que plantea la ley, advirtiendo que la representatividad se ve afectada ante el enorme crecimiento del demos universitario entre 1958 y la actualidad.

Rol político, integralidad, investigación
Rico citó la frase de Carlos Quijano publicada en el semanario Marcha: «La Universidad es el país» y señaló su vigencia, aunque la relación entre la institución, el país y la sociedad se ha tornado mucho más compleja y diversificada. «El rol de la Universidad en la situación actual del país pasa, entre otras cosas, por acrecentar su rol político», afirmó. La UdelaR puede realizar contribuciones fundamentales al país, entre ellas el esfuerzo colaborativo «para alcanzar finalmente un gran acuerdo nacional sobre educación» que contemple a autoridades y también a todos los colectivos y organizaciones involucrados en la enseñanza, dijo. Como actor solidario comprometido con los derechos humanos, en lo inmediato la Universidad debe actuar ante la iniciativa para bajar la edad de imputabilidad penal, recordó.

La UdelaR debe ser para el país un «actor integrador de las tres funciones», dijo Rico, debe producir conocimiento de calidad en todas las áreas a través de la integralidad. Esta no es la suma porcentual de las tres funciones, indicó, sino que con ella «encontramos una forma de vincularnos con la sociedad pero también una forma de construir universidad». La integralidad construye un modelo que se opone a otros «de tipo mercantil o más academicista, profesionalista o elitista», expresó. En relación con el acceso a la enseñanza, planteó que el objetivo debe ser incrementar los ingresos y los egresos con políticas específicas y que «debemos saber respondernos a la pregunta de si es posible conciliar libre acceso con calidad».

Rico destacó los acuerdos logrados en la UdelaR para el avance de la investigación, sostenido durante los 20 años que tiene la Comisión Sectorial de Investigación Científica. Planteó que la institución debe continuar promoviendo cargos de mayor dedicación horaria, tanto en Montevideo como en el interior, y también difundir los resultados de investigación.

Pensamiento universitario, desarrollo en el interior e involucramiento
Markarian expresó que la UdelaR es una gran institución «unificada en base a las diferencias» y que la primera de las diferencias surge «de su riqueza de conocimientos y de la variedad de temas que analiza». Es esa riqueza, que se genera a partir de los fines propios de la institución, «la que hace que la división no ocurra, a pesar de la discrepancia», expresó. La institución crece en la discusión y la crítica, dijo, «y es por eso que hay que estar contra los eslóganes, la institución no se hace con eslóganes, se hace con ideas, con pensamiento y con acción».

Aclaró que no son ciertas las versiones que le adjudican la intención de detener el crecimiento de la UdelaR en el interior. Observó que el proceso debería haberse evaluado hace ya cinco años y señaló que actualmente los Polos de Desarrollo Universitario no se ajustan a los fines para los que fueron creados. También expresó que hay carreras que no tienen carácter nacional, y que su creación debe ser acompañada por la asignación de más becas y por medidas que favorezcan la movilidad de los estudiantes.

El fin de la Universidad y la razón por la que existe es la enseñanza superior, la generación de conocimiento, «no es el servicio social», afirmó Markarian. Para cumplir bien con ese propósito es necesario «investigar, relacionarse con el medio, ensuciarse los pies en el barro organizando sindicatos, ir a las empresas a ver cómo se genera la plusvalía, todas ellas están en los fines de la Universidad», dijo, y enfatizó: «Como el país es todo, hay que ocuparse de todo»”.

Fuente de Foto y Nota Web de UDELAR

Ver documento de apoyo a Álvaro Rico

Ver documento de apoyo a Roberto Markarian

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