El 40% de los uruguayos y yo tenemos definido el voto

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Las selecciones individuales se encuentran restringidas en todas las circunstancias por dos conjuntos de limitaciones. Un conjunto está determinado por la agenda de opciones: el espectro de alternativas que se nos ofrecen. Toda elección implica “elegir entre”, y rara vez quien elige puede decidir el conjunto de opciones disponibles. El otro conjunto de limitaciones está determinado por el código de elección: las reglas que le indican al individuo por qué debe preferir una opción por encima de otras, y cuando su elección ha sido acertada o desacertada. Ambos conjuntos de limitaciones se combinan para establecer el marco dentro del cual opera la libertad de elección individual. (Zygmunt Bauman; En busca de la política)

Me tropecé con este texto y me pareció muy oportuno recrearlo ahora que estoy en el preciso instante donde como individuo, daré mi voto. Tendré que “elegir entre” y condicionado por las reglas establecidas para que elija.

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Como la oferta electoral será bastante diversa en listas y nombres voy a ir tomando opción sobre lo que ya va quedando claro. De las elecciones internas los resultados de los tres sectores principales dejaron algunas conclusiones que me parecen importantes. En el partido Colorado, claramente Pedro (el sin apellido) fue el ganador. En ningún caso ni en el acto eleccionario, ni en ninguna encuesta, su caudal de votos llega al veinte por ciento, ergo es el tercio menor. Dentro de ese tercio, los sectores batllistas fueron claramente derrotados. Se instaló como plataforma oficial un discurso conservador, casi como vedette de su proyecto u oferta electoral está La Baja de las Edad de Imputabilidad, el condenar a los adolescentes de 16 años como adultos es la propuesta básica sobre lo que sería para el candidato colorado, la gran solución al tema de inseguridad. Criticó fuertemente los gastos que las empresas públicas realizan en algunos rubros. También arremetió contra el gasto social y como no podría ser de otra manera, la crítica a la política educativa no faltó a la cita. No está demasiado claro el rumbo económico, políticas impositivas y alineamientos internacionales, los sospecho, pero tampoco importan mucho, no hay manera que el buen Pedro sea presidente. Lo que sí es claro que los derrotados batllistas, por lo menos los históricos, tendrán que acarrear votos para una propuesta que va en contra de la doctrina de José Batlle y Ordoñez. En uso de esa opción individual e intransferible, bien podrá darse el caso que como en el pasado, muchos políticos colorados confronten la decisión de sus líderes y adopten posturas más acordes con sus concepciones. Recuerdo la decisión digna de José Sapelli, cuando el padre del actual candidato encabezó el golpe de estado, quien como vicepresidente electo renunció inmediatamente a su cargo aunque fue instado a seguir. Ni que hablar la ejemplar conducta de Amílcar Vasconcellos quien condenó con énfasis al golpe y a Bordaberry. El antecedente parece lejano pero teniendo en cuenta lo que significó para nuestra sociedad vale como mención. Como dato complementario y para reforzar lo complejo de la decisión de la minoría de los votantes batllistas, en el caso de una segunda vuelta para confrontar con el Frente Amplio, fuerza política mayoritaria y marcadamente estatista, deberán darle el voto a Lacalle Pou, blanco, que si usa apellido y que coincide bastante con las propuestas de Pedro.

El Partido Nacional, resultó ser el segundo tercio menor. En caso de segunda vuelta, el candidato blanco será el contendiente de Tabaré Vazquez. La figura emergente de los blancos, joven en política, derrotó un poco inesperadamente a Larrañaga. Este resultado sí que es significativo. EL Partido Nacional es por segunda vez la alternativa electoral al FA, cuando todo parecía indicar que el doctor Larrañaga iba a ganar, una vez más la opción más conservadora es la que disputará el gobierno. Sin la mochila de Pedro, Lacalle sí lucirá su apellido, también acompañará el planteo de Bajar la Edad de imputabilidad, sin tener que pagar excesivamente los costos de su decisión, entre los votantes blancos también habrá quienes dirán No a la Baja, por tanto los votantes blancos no estarán condicionados en esa dirección podrán acompañar o no, sin presiones. También el candidato blanco arremetió contra los gastos excesivos, elogió su austeridad republicana exponiendo como ejemplo su política de ahorro en el poder Legislativo cuando le tocó ejercer la presidencia del deliberativo. Por si faltara algo a las semejanzas con el candidato colorado, arremetió con énfasis contra los resultados en política educativa del gobierno del FA. Como dato curioso las críticas más furibundas en esta dirección no han sido lanzadas por el consejero de la ANEP Daniel Corbo, profesor de historia y blanco, sino por la doctora Bianchi, quien de ocupar cargos de responsabilidad en la Enseñanza, cambió de filiación política terminando hoy como asesora del doctor Lacalle en ese tema.

En buen romance, los dos candidatos ganadores de los partidos blanco y colorado tienen coincidencias bastante claras de discurso y acción. Esto iría en consonancia con lo que mencionaba el general Seregni sobre las tendencias de la sociedad a la bipolaridad política.
La mirada conservadora de la sociedad en la perspectiva de imponerse o limitar el avance de las políticas del Frente Amplio, no puede menos que unirse. Esta vez encontró en un mismo apellido pero con mejor discurso y campaña mediática la manera de instalarse como una alternativa posible.

Me queda entonces mencionar la opción que sin duda alguna elegiré. Voy a votar al Frente Amplio. Luego de 10 años de gobierno, más del cuarenta por ciento de la población, claramente, tiene definido su voto. No creo que estas preferencias puedan achacarse a una brillante campaña electoral, más bien la diversidad sectorial y la definición de los acuerdos electorales están siendo priorizados la agenda del FA. Esta dinámica importa más a la militancia más involucrada que al elector ciudadano y demás está decirlo que no nos predispone demasiado a el abrazo fraterno e indispensable.

Asi que citando nuevamente a Bauman, “elijo entre”. El FA, es la fuerza política que homogéneamente se pronunció contra la Baja de la edad de Imputabilidad, acompañó la fuerza política a todas las miradas reflexivas, técnicas y de valores humanos que se han expresado sobre este tema. La Comisión No a la Baja, la Central de trabajadores, organismos de DDHH, Ielsur, Serpaj, la iglesia Católica, la Valdense, la Universidad, en la voz del rector y cada facultad desde sus respectivos consejos, los estudiantes desde la FEUU, maestros, profesores, psicólogos, individual y colectivamente han sido claros en expresar que la iniciativa, es negativa, que no soluciona nada, es claramente una estrategia política para explotar un estado de ánimo social, el de inseguridad.

El Frente Amplio, también ha sido la fuerza política que claramente ha defendido nuestra tradición estatista y además quien ha jerarquizado a las empresas del Estado transformándolas en banderas de nuestro desarrollo productivo. Baste recordar que cuando asumió Tabaré por primera vez al gobierno, lo primero a lo que se enfrentó fue a una crisis energética. En aquella oportunidad, se compraron de apuro pequeñas unidades generadoras de energía para paliar la situación. Hoy Ute, con parques eólicos, planta regasificadora y comprando los excedentes de energía que le venden las plantas de celulosa (éstas se autoabastecen utilizando los residuos de su producción por biomasa), encara con total éxito el cambio de matriz energética.

Antel, con una eficiencia total en cobertura telefónica, en velocidad de internet, con satélite de comunicaciones instalado en el espacio incluido, participa activamente en aportes económicos respaldando actividades culturales, deportivas y hasta en la construcción de un nuevo complejo deportivo. Este aspecto que provoca el escándalo de la oposición, no es más que reafirmar la mirada frenteamplista del rol de las empresas públicas, eficiencia y rentabilidad para volcarla a la sociedad toda, dinamizando otras áreas de la economía.
Ancap ha encarado como no recuerdo cuando, obras de tecnificación y desarrollo cumpliendo un rol más destacado en la elaboración y refinado de combustibles.

El Banco República, ha tenido la mejor gestión de su historia, logrando rendimientos económicos notorios y cumpliendo con su rol de Banco del Estado.

Los 10 años de gestión frenteamplista han dejado atrás la impronta financiera de especulación y bancos fundidos, para dar paso una plaza bancaria, seria, donde el crédito abunda y éste llega a los sectores populares que ven la posibilidad de acceder a éstos mejorando su calidad de vida.

El ritmo sostenido de crecimiento económico ha permitido atravesar con éxito crisis externas que en otro momento nos hubieran involucrado indefectiblemente. Para no abundar solo dos, la crisis inmobiliaria y financiera que golpeó a EEUU y Europa, es la primera vez en la historia que nuestro país mira desde afuera y sin pestañear tamaña crisis y más cerca los sacudones y conflictos con Argentina ,tampoco desviaron ni nuestro rumbo, ni nos desarticularon económicamente.

Nuestro país tradicionalmente agroexportador, no solo diversificó sus mercados, también diversificó su producción, olivares, soja, arándanos, productos nuevos y exportables con los que contamos. El rendimiento de leche en litros por vaca y hectárea se ha casi duplicado. El rendimiento de la carne vacuna, también por animal y hectárea a pasado de 70 kilos a 100.

El puerto de Montevideo que ya no termina en Capurro, que abarca toda la bahía de manera útil y necesaria es termómetro claro de nuestra realidad económica.

Décadas han pasado sin que el presupuesto para la Enseñanza tuviera incrementos como los logrados hoy del cuatro y medio, rumbo al seis por ciento del presupuesto total.

Nueve años consecutivos de aumento de las jubilaciones. Esto explica que más del cuarenta por ciento de la población y yo elijamos votar nuevamente al Frente Amplio. Quedan por definirse énfasis y rumbos. Buscar lo necesario en el camino de una sociedad más justa, lograr nuevas correlaciones de fuerza para cambiar relaciones de inequidad, por supuesto. Soy de izquierda, miro a la sociedad desde donde las inequidades se ven enseguida, pero no tengo dudas, un Uruguay con la derecha en el gobierno, las aumentará.

Por Walter Martinez
Columnista uruguayo

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