Por Niko Schvarz
Uno de los más hermosos recuerdos que atesoro, referido a las luchas políticas en nuestro continente, está constituido por las expresiones de alegría que desbordaron San Salvador en ocasión de las elecciones del año 2009, que consagraron la victoria del FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional) y el ascenso a la presidencia de Mauricio Funes. He descrito en otras ocasiones que esa victoria se podía prever desde el inicio mismo de la jornada electoral, al ver los camiones repletos por una muchachada entusiasta, particularmente femenina, que recorría toda la capital salvadoreña con las banderas desplegadas vivando al FMLN y a su candidato. El punto culminante se alcanzó en la celebración de la victoria esa misma noche, en un mitin multitudinario. Esas imágenes me han quedado grabadas en la memoria.
Las he vuelto a evocar en estos días, al seguir los resultados de la primera vuelta electoral en El Salvador para designar al sucesor del presidente Mauricio Funes. Tengo la certeza de que se habrán de renovar en ocasión de la segunda y definitiva vuelta, el 9 de marzo próximo.
Ello es así porque el FMLN arrancó con una amplia ventaja sobre su contendor, la derechista ARENA (Alianza Republicana Nacionalista), en el primer turno realizado el pasado domingo 2 de febrero. En la elección precedente, en el año 2009, el FMLN desplazó del gobierno a ARENA, lo que introdujo un cambio radical en la situación política del país, después de la firma de los acuerdos de paz de 1992 que pusieron fin a la confrontación armada.
Los resultados oficiales difundidos por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) dan 1:305.462 votos al FMLN, el 48,93% del total, en tanto ARENA obtuvo 1:039.275, el 38,95% para su candidato Norman Quijano, ex alcalde de San Salvador. El ex presidente Antonio Saca, que se presentó con su partido Unidad, logró 11,44% de los votos. Los otros dos candidatos: Oscar Lemus, de Fraternidad Patriota Salvadoreña, y René Rodríguez, del Partido Salvadoreño Progresista, obtuvieron cada uno menos del 1% de los sufragios. Como se advierte, a Sánchez Cerén le faltó apenas un poco más del 1% de los votos para ganar en forma definitiva en el primer turno.
La ventaja del FMLN sobre su rival es clara: 266.187 votos y prácticamente un 10% de la votación total. Y se acentúa por el hecho de que ganó en 13 de los 14 departamentos del país. Además, el FMLN es amplia mayoría entre los votantes salvadoreños residentes en el exterior, que son muy numerosos y hacen llegar las remesas a su patria, sobre todo desde Estados Unidos.
Otro dato relevante: estos comicios, los quintos desde la finalización del conflicto armado interno y la firma de los tratados de paz, fueron los mejores para el FMLN y los peores para ARENA en número de votos. Dicho sea de paso, Sánchez Cerén, ex líder guerrillero, desempeñó un papel relevante en el proceso que condujo a la firma de los acuerdos de paz.
En la noche del 2 de febrero, el abanderado del FMLN auguró que su ventaja sobre Norman Quijano se acrecentará en la instancia del 9 de marzo, en la cual el pueblo expresará su anhelo de que el Frente siga en el gobierno en los próximos 5 años. En ese sentido, dirigió un amplio llamado a todos los sectores populares. En primer término, a los que se abstuvieron de votar, que representan una cifra considerable, ya que concurrió a las urnas solamente el 53% de los 4,9 millones de electores registrados. También se dirigió a los votantes de los partidos minoritarios, e incluso a los de Unidad, de Antonio Saca, quien le expresó sus felicitaciones y en su campaña se pronunció en duros términos contra Norman Quijano. Asimismo, agradeció a los movimientos y organizaciones sociales que apoyaron la candidatura de izquierda, en particular a los integrantes del movimiento ciudadano denominado “El Salvador Adelante”, que incluye a empresarios, intelectuales, académicos y representantes de organizaciones de la sociedad civil, los cuales le brindaron su respaldo y aspiran a extender la influencia de su organización. Dirigiéndose a ellos, expresó que “en estos próximos cinco años vamos a continuar profundizando los cambios, vamos a trabajar juntos”.
Debe tomarse en cuenta, por otra parte, que Sánchez Cerén se desempeñó como vicepresidente del gobierno de Mauricio Funes, y en los primeros años ocupó además ad honorem el ministerio de Educación. Es maestro de formación. Precisamente, se ha señalado que la victoria del FMLN se explica esencialmente por los grandes avances registrados en materia de educación, así como de la salud pública, extendidos a las grandes masas de la población en todo el territorio. A la vez, se registraron índices significativos en la reducción de la pobreza y de la indigencia. En este plano, Sánchez Cerén instó a trabajar hacia la segunda vuelta en una campaña limpia, reiterando su propuesta de “un gobierno para todos, de inclusión y de participación social”.
No puede dejar de señalarse la absoluta limpidez de estos comicios, certificada por cientos de observadores internacionales y una declaración expresa de la OEA, que destacan el pronunciamiento democrático incuestionable del pueblo salvadoreño. Según varios comentaristas, se comprobó en esta instancia la existencia de una democracia viva en este país de América Central en su nueva etapa, superando las consecuencias de una prolongada guerra civil.
Ahora, a esperar los resultados del segundo turno.
La II Cumbre de la CELAC y el retiro de Ecuador del TIAR
Queremos destacar dos hechos relevantes para el continente vinculados (no sólo cronológicamente) a la elección salvadoreña: la II Cumbre de la CELAC realizada en La Habana, Cuba, que la precedió; y el retiro de Ecuador del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), en fecha posterior.
La II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) reunió a los 33 países de la región con exclusión expresa de Estados Unidos y de Canadá, y fue calificada como “el logro político más importante de los últimos años en la región”. Definió a ésta como una zona de paz y libre de armas nucleares, mostró a EEUU aislado y a Cuba rodeada de solidaridad (lo que se expresó en particular en la inauguración de la terminal de contenedores del puerto de Mariel, con ayuda de Brasil), se pronunció contra el colonialismo, con especial referencia a Puerto Rico y las Islas Malvinas, a la vez que delineó etapas en el proceso continuo de integración continental sobre la base de la unidad en la diversidad, el diálogo y la concertación política. En otro lugar nos hemos explayado sobre esta temática.
El otro hecho gravitante es el retiro de Ecuador del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), el 7 de febrero. El presidente Rafael Correa oficializó el corte de todos los nexos y obligaciones con el TIAR, al que calificó de anacrónico. Un comunicado de la cancillería indica que “Ecuador denuncia en todos sus artículos el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca” y que ello fue comunicado oficialmente a la OEA. El pronunciamiento de Quito afirma que tal decisión “constituye un paso más hacia la construcción de una doctrina continental de seguridad y defensa, adaptada a la realidad del mundo contemporáneo y al servicio de la construcción de un orden mundial más justo y equitativo y del fomento de las relaciones pacíficas entre los Estados”. El canciller Ricardo Patiño indicó que “el TIAR es un instrumento obsoleto al servicio de intereses hegemónicos, nunca sirvió para la defensa de nuestros países, sino para agredirnos”. Cita como ejemplo el hecho de que el pacto con Washington no evitó la agresión de Gran Bretaña a la Argentina en 1982 en ocasión de la guerra de las Malvinas, sino que por el contrario la Armada británica contó con la información proporcionada por EEUU para el despliegue de sus barcos y aviones de guerra, que originaron el hundimiento del crucero Belgrano, con más de 300 víctimas. Según Correa, el TIAR comenzó a morir en la guerra de las Malvinas, pero ya antes quedó desenmascarado cuando la CIA derrocó al presidente de Guatemala, Jacobo Arbenz, en 1954; y cuando en Playa Girón, en abril de 1961, los cubanos propinaron la primer derrota militar al imperialismo yanki en América Latina.
Ecuador tenía sus razones particulares para denuncia el TIAR, ya que el Pentágono y la CIA colaboraron el 1º de marzo de 2008 en el ataque militar colombiano a territorio de Ecuador, ordenado por el presidente Álvaro Uribe a pretexto de liquidar un campamento de las FARC en la localidad de Angostura. Aviones AWACS del Pentágono actuaron como centros de mando y control de la operación por la cual aeronaves militares de Colombia bombardearon territorio ecuatoriano, posteriormente invadido por tropas helitransportadas. Debe consignarse asimismo que el gobierno de Correa liquidó la base militar estadounidense establecida en Manta, sobre el Pacífico, que era un centro de espionaje y de amenaza contra los países de la región. Eso se acabó.
Bajo el título “El TIAR, un cadáver insepulto”, dice un análisis de PL sobre este punto: “A estas alturas, México, Perú, Nicaragua, Bolivia, Venezuela y ahora Ecuador renunciaron al TIAR, que se antoja cual muerto insepulto en un continente donde se consolida el cambio de época definido por Rafael Correa, refrendado recientemente durante la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños”. Ésta puede ser una señal y un motivo de reflexión para los países del continente que aún no han dado ese paso.
*Periodista y escritor uruguayo
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