No se detiene la sangrienta invasión de Israel a Gaza

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Día tras día se acrecienta el número de víctimas de la sangrienta invasión de Israel a la Franja de Gaza. Hasta el sábado 2 de agosto a mediodía la ofensiva israelí había matado a 1.712 palestinos y herido a 8.900, según Naciones Unidas, en tanto Unicef contabilizó al menos 296 menores muertos. Los centros de la ONU y de las autoridades locales acogen a 280 mil palestinos desplazados, es decir, más del 15% de su población de 1,8 millones de habitantes, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el número total de desplazados a causa de los bombardeos israelíes se eleva a unas 400 mil personas. Según Naciones Unidas los bombardeos israelíes dejaron a 9.815 familias (unas 58.900 personas) sin casa. Diez de los 32 hospitales cerraron y otros 11 resultaron afectados, según la OMS.

Unos 326 mil menores requieren atención psicológica. Según el FMI, la tasa de desempleo sobrepasa el 40% en la Franja de Gaza, territorio de 362 kilómetros cuadrados sometido desde 2006 a un bloqueo total de parte de Israel por aire, mar y tierra. Israel por su parte perdió 63 soldados y recientemente se sumó un militar desaparecido. Los 3032 cohetes lanzados desde Gaza mataron a dos civiles israelíes y a un tailandés. El ejército israelí cuenta con 176.500 soldados y 445.000 reservistas, 80 mil de ellos movilizados.

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En el último día de este balance (sábado 2 de agosto) los titulares indicaban: “Un diluvio de bombas acrecienta el número de muertos en la Franja de Gaza”; “Israel mantiene bombardeos en la Franja de Gaza, 24 horas después de un intento fallido de cese al fuego”. Sólo el sábado, 57 personas murieron cerca de Rafah, en el sur. Desde el fracaso del alto al fuego, al menos 114 personas murieron en esa zona. Quince de los fallecidos pertenecían a una misma familia, entre ellos cinco niños de entre 3 y 12 años. Rafah y sus alrededores fueron sometidos a un diluvio de fuego tras la desaparición el viernes 1º del subteniente israelí Hadar Goldin.
Ante estos hechos, el gobierno uruguayo (que ya había condenado los bombardeos israelíes a la Franja de Gaza iniciados el 8 de julio y luego la invasión terrestre al territorio palestino) emitió el jueves 31 de agosto una declaración contundente de su cancillería por la cual “deplora la continuación de las operaciones militares en la Franja de Gaza y expresa su más profunda consternación por el repudiable ataque realizado por las Fuerzas Armadas de Israel contra una escuela de la ONU que se saldó con el asesinato de decenas de civiles indefensos refugiados en dicho lugar bajo la tutela del foro mundial. Estos dramáticos hechos y sus nefastas consecuencias para ambas sociedades, alimentando el odio, los deseos de venganza y la intolerancia, atentan contra la sensibilidad humana y son claramente violatorios del derecho internacional y del Derecho Internacional Humanitario. No es admisible bajo ningún pretexto que la población civil sea atacada como objetivo militar, ya que la muerte de mujeres y niños de acuerdo a la ley internacional podría ser considerada como un crimen de guerra susceptible de ser juzgado en la jurisdicción internacional” (Acotamos que esta caracterización de las acciones de Israel como “crímenes de guerra” ya fue adelantada por la titular de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU con sede en Ginebra, Nany Pillay).

“Estos hechos –concluye la declaración de la cancillería- deberían llamar a la reflexión a los países en conflicto para detener esta escalada de violencia y aceptar en forma urgente un alto el fuego incondicional y definitivo para las hostilidades, procediéndose a un retiro inmediato de las tropas israelíes de la Franja de Gaza”.

El embajador de Israel en nuestro país, Dori Goren, fue citado a la cancillería para notificarse de la posición del gobierno uruguayo y se declaró “decepcionado” por la misma, actitud idéntica a la que había adoptado ante los dos pronunciamientos anteriores. En esta ocasión formuló unas lamentables declaraciones contra la posición del gobierno el secretario general del Partido Colorado, Max Sapolinsky, quien dijo que no era equilibrada, y llegó incluso a justificar la masacre en la escuela de la ONU por parte del ejército israelí. En el mismo sentido, el ex presidente colorado Julio María Sanguinetti rechazó el concepto de que la réplica de Israel era desproporcionada y alegó que Israel anuncia los objetivos que va a bombardear para que sean desalojados. El canciller Almagro explicitó claramente el sentido de la declaración del gobierno uruguayo ante una delegación del Comité Central Israelita en Uruguay (CCIU), en particular en su condena a los ataques contra escuelas y objetivos civiles en Gaza. Dijo que el comunicado debe ser interpretado en el marco de los principios del derecho internacional que han guiado tradicionalmente la política exterior de la República, y que reafirma los principios de solución pacífica de controversia y protección de civiles en conflictos armados. Rechazó de plano que ello pueda ser interpretado como un elemento susceptible de alentar expresiones de antisemitismo.

El ex vicecanciller Roberto Conde consideró “extremadamente correcta” la posición asumida por Uruguay, que se encuadra en el marco del derecho internacional. Se refirió en particular a la “decepción” del gobierno israelí y sus voceros respecto a las posiciones que vienen adoptando los países de América Latina en cuanto a tipificar como “crímenes de guerra” los bombardeos de Israel contra refugios civiles y escuelas palestinas. Señaló que “es un pronunciamiento contundente y correcto el de Uruguay porque bombardear esos lugares es efectivamente un crimen de guerra”. Vale la pena consignar que también el gobierno argentino convocó a la embajadora de Israel en Buenos Aires, Dorit Shavit.

Estas posiciones coinciden con las que adoptan gobiernos, pueblos y movimientos sociales de todo el mundo, que están dejando totalmente aislado a Israel en su política de agresión y muerte. Una expresión característica en este sentido está reflejada en el siguiente cable desde Madrid: “El uruguayo Jorge Drexler, Penélope Cruz y un centenar de actores, directores y escritores españoles han unido su voz en una carta abierta semejante a la que publicó Javier Bardem la semana pasada denunciando el genocidio de Israel en Gaza. En la carta piden un alto al fuego y acusan a los líderes israelíes de encabezar la mortífera operación ofensiva contra los palestinos. Loa actores critican al gobierno de Tel Aviv por el bloqueo en que viven los palestinos desde hace muchos años, con frecuentes incursiones del ejército por las noches. Gaza vive el horror de estos días, asediada y atacada por tierra, mar y aire. A los palestinos se les derriban casas, se les niega el agua, la luz, el paso a los hospitales, a las escuelas, a los huertos…”.

Asimismo, un grupo de médicos europeos publicó una carta en que califica los bombardeos israelíes sobre Gaza como “un crimen contra la humanidad” y solicitan a sus colegas que denuncien la agresión israelí. “Desafiamos la perversidad de la propaganda que trata de hacer que la masacre pase por la así llamada ‘agresión defensiva’. En realidad es un asalto cruel de una duración e intensidad ilimitadas”, escriben. Según afirman los autores de la misiva, Israel mata a niños y mujeres palestinos con un pretexto inaceptable. Cada niño de más de 6 años en Gaza ha sido afectado por el tercer asalto de Israel. Las acciones de Israel dan miedo a los que no son directamente afectados, “hiriendo el alma y la mente de la generación joven”. Por efecto del bloqueo impuesto desde 2006, señalan, la población de la Franja no puede viajar al extranjero para trabajar, estudiar o visitar a sus familias. Los heridos y los enfermos no pueden recibir tratamiento especializado en hospitales fuera de Gaza. El suministro d medicinas y comida ha sido limitado. Además, materiales necesarios para sobrevivir han sido prohibidos. Cerca del 80% de la población de Gaza depende de los suministros aportados por la ONU. “Israel ha insultado a nuestra humanidad, inteligencia y dignidad. Los médicos que quieren viajar para ayudar a la gente no pueden alcanzar Gaza por el bloqueo”.

El ex rector de la Universidad de Buenos Aires, Emilio Cafassi, escribió una página titulada “La masacre de los ‘elegidos’. El gueto de Gaza”, en la que se refiere a “la crueldad, el sadismo y la soberbia criminal del Estado de Israel sobre el gueto en el que ha encerrado a la población de la Franja de Gaza, en una vasta e impune expresión extrema del horror y la degradación humana”. Califica al Estado de Israel como “terrorista imperial”, en virtud de que los desperdigados territorios palestinos están sitiados y ocupados colonialmente, custodiados por un ejército que actúa a la vez como aduana selectiva sobre poblaciones sometidas, aisladas, hacinadas y destruidas. Ejerce, en suma, el terrorismo de estado fuera de sus fronteras, guiado por una exponencial ‘ley del talión’ exponencial. Sostiene que el caso debe promoverse ante la Corte Penal Internacional por delitos de lesa humanidad.

El autor alude a la buena declaración sobre estos temas emitida por el Mercosur en su reciente VI Cumbre efectuada en Caracas. Como recordamos en notas anteriores, una resolución de franca condena a la agresión militar de Israel contra Gaza y en reclamo del levantamiento del bloqueo israelí sobre la Franja fue votada por los presidentes de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner; de Brasil, Dilma Rousseff; de Uruguay, José Mujica; y de Venezuela, Nicolás Maduro. No la suscribió el presidente de Paraguay, Horacio Cartes. La cancillería israelí tuvo el atrevimiento de calificar a Brasil de “enano diplomático” por esta decisión, y recibió la condigna respuesta.

Varios países latinoamericanos: Brasil, Ecuador, y luego Chile, Perú y El Salvador, llamaron en consulta a sus embajadores en Israel por estas circunstancias, en momentos en que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, declaraba que “nada justificas este horror” y reclamaba que fueran llamados ante la justicia internacional los responsables del bombardeo a la escuela de la ONU. Unos días antes, Bolivia colocó a Israel en la categoría de “país terrorista”. El presidente José Mujica, al regreso de la reunión del Mercosur, declaró al semanario “Búsqueda” que “el pueblo judío ha aportado mucho en la cultura, en el conocimiento, en todas las áreas del saber, pero ahora queda prisionero de algo feroz. Tiene derecho a defenderse, pero esto es demasiado. Ha perdido los puntos de referencia”.

Dijo también que Uruguay evalúa llamar a consulta a su embajador en Israel, Abram Greiver, ante el recrudecimiento de los ataques en la Franja de Gaza, como lo han hecho los países latinoamericanos mencionados. El tema también fue planteado por el canciller Almagro, evaluando todas las posibilidades y tomando en consideración la situación de los uruguayos residentes en Israel. El presidente Mujica dijo también que Uruguay resolvió acelerar la instalación de una embajada uruguaya en Palestina.

Esta decisión ha sido recibida con general beneplácito. Motivó una misiva inmediata del ministro de Asuntos Exteriores del Estado de Palestina, Dr. Riad Malki, al canciller Luis Almagro, en la que expresa: “Su decisión de proceder a la apertura de una Misión Diplomática Permanente de Uruguay en Ramallah ha sido muy bien acogida, y por este medio le comunico nuestro beneplácito y compromiso a brindarle todo el apoyo. El pueblo palestino apreciará su voluntad en estos momentos en que está siendo objeto de una criminal escalada del ejército de ocupación israelí en la Franja de Gaza, que ha cobrado la vida de más de 1.650 ciudadanos y ha causado heridas a otros 9.000, en su mayoría civiles inocentes. Además de la devastadora destrucción de viviendas e infraestructura, incluyendo hospitales, escuelas, casas de culto, etc.”.

También reitera “nuestra valoración por su constante apoyo a la justa y legítima lucha del pueblo palestino por la recuperación de sus derechos inalienables y el compromiso a trabajar arduamente por fortalecer las relaciones bilaterales de amistad y cooperación entre nuestros pueblos y países hermanos”.

Por Niko Schvarz
Periodista y escritor uruguayo

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