Uruguay: Como ven las autoridades de la salud el tema del Ébola y el chikungunya

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Ministerio de Salud Pública analiza posible caso en Uruguay del virus de chikungunya no autóctono. Mientras presentó la primera versión del Plan de Contingencia ante posibles casos de Ébol. Sobre el virus chikungunya el MSP envió a un laboratorio del exterior muestras extraídas a un paciente con síntomas similares a los que provoca el virus de chikungunya, enfermedad que se transmite a través de la picadura de mosquitos del género Aedes.

El virus no se contagia de persona a persona, se transmite a través de la picadura de mosquitos del género Aedes (albopictus y aegypti). La fiebre chikungunya se caracteriza por aparición repentina de fiebre, escalofríos, cefalalgia, anorexia, conjuntivitis, lumbalgia y/o artralgias graves. La artralgia o artritis, afecta principalmente a las muñecas, rodillas, tobillos y articulaciones pequeñas de las extremidades, puede ser de bastante intensidad y dura desde algunos días hasta varios meses. Si bien se trata de una enfermedad que no provoca la muerte, puede causar complicaciones en personas de edad avanzada. El virus no tiene cura y su tratamiento consiste en aliviar los síntomas. No existe una vacuna que lo prevenga.

Preparación y respuesta ante la eventual introducción del virus chikungunya
Según la OMS La fiebre chikungunya (CHIK) es una enfermedad emergente transmitida por mosquitos y causada por un alfavirus, el virus chikungunya (CHIKV). Esta enfermedad es transmitida principalmente por los mosquitos Aedes aegypti y Ae. albopictus, las mismas especies involucradas en la transmisión del dengue. Las epidemias de CHIKV han mostrado históricamente una presentación cíclica, con períodos interepidémicos que oscilan entre 4 y 30 años. Desde el año 2004, el CHIKV ha expandido su distribución geográfica mundial, provocando epidemias sostenidas de magnitud sin precedentes en Asia y África.

Si bien algunas zonas de Asia y África se consideran endémicas para esta enfermedad, el virus produjo brotes en muchos territorios nuevos de las islas del Océano Índico y en Italia. Esta reciente reemergencia del CHIKV ha aumentado la preocupación y el interés respecto al impacto de este virus sobre la salud pública mundial. El control de la diseminación de los virus transmitidos por artrópodos (arbovirus) en las Américas no ha sido muy exitoso. El dengue continúa causando estragos en muchas áreas de las Américas, extendiéndose desde los Estados Unidos por el norte hasta la Argentina por el sur. Durante el primer trimestre del año 2010, ocurrieron varios brotes de dengue en la Región con una magnitud sin precedentes para esta época del año, especialmente en América Central y el Caribe. Informe completo ingresando AQUÍ

PlAN POR EL ÉBOLA
Simultáneamente el Ministerio de Salud Pública (MSP) presentó la primera versión del Plan de Contingencia ante posibles casos de Ébola en base a las recomendaciones emitidas por la Organización Mundial de la Salud para los países no afectados por el virus. Actualmente ya está en funcionamiento el plan de respuesta para enfermedades transmisibles a nivel de puertos y aeropuertos, con el fin de realizar una identificación temprana de los casos.

Una de las principales estrategias establecidas en el plan de contingencia frente a los casos de Ébola consiste en establecer controles en las fronteras, con el objetivo de hacer una detección temprana de enfermedades infectocontagiosas que lleguen al territorio nacional.

Para que alguien sea considerado como un caso sospechoso o probable de Ébola es necesario tener en cuenta si hay manifestaciones clínicas; como fiebre, cansancio, erupciones cutáneas y hemorragias; revisar la historia de viaje, y verificar si proviene de las zonas afectadas por el virus y si tuvo contacto directo con las personas infectadas.

Cuando se tenga conocimiento del arribo de tripulantes o pasajeros que no presenten síntomas del virus, pero que pueden estar en una fase de incubación, se desencadenará un protocolo de identificación, vigilancia y seguimiento de las personas, posterior al ingreso al país. En el caso de los individuos que presenten síntomas característicos del virus se le brindará asistencia específica.

Según explicó la directora general de la Salud, Marlene Sica, Uruguay está enmarcado desde el 2005 en el Reglamento Sanitario Internacional que tiene como principio básico la libre circulación de las personas en los países; razón por la que no se puede evitar o prohibir el ingreso de los pasajeros provenientes de las zonas afectadas por el virus.

Explicó además, que en el caso de Uruguay no están restringidos los viajes ni el comercio internacional y que el Estado tiene la obligación de proporcionar información a los pasajeros de las zonas afectadas por Ébola y sobre los riegos a los que se enfrentan.

Este plan establece las recomendaciones a seguir en los diagnósticos de laboratorio para el caso de afección del virus porque al tratarse de una infección altamente contagiosa, el personal de salud es uno de los segmentos más expuestos.

El inicio de este brote de Ébola se produjo en el continente africano a fines de 2013. Si bien ya se habían identificado afecciones por Ébola anteriormente, en particular esta epidemia ha variado por estar presentes en zonas urbanas con un alto movimiento transfronterizo.

No obstante, según explicó el consultor de la Organización Panamericana de la Salud, Roberto Salvatella, se trata de un virus que no tiene una enorme difusión, actualmente hay unos 1.400 casos en cuatro países de África occidental, pero que tiene una tasa de letalidad del 90 %.

Su transmisión se produce de persona a persona por contacto directo y a través de las membranas mucosas, órganos, sangre, secreciones u otros líquidos corporales de personas infectadas o de forma indirecta por materiales contaminados por dichos líquidos.

Son factibles de contagio aquellas personas que hayan dormido en la misma casa que la persona afectada por Ébola, que hayan tenido contacto físico directo con el paciente vivo o muerto durante la enfermedad, con sangre o fluidos corporales, por el contacto con la vestimenta o en el caso de los bebes por haber sido amamantados.

La enfermedad no se transmite durante la incubación que va de dos a 21 días y no se ha demostrado su trasmisión a través de aire, aerosoles, agua, alimentos o insectos. Hasta el momento no se ha identificado ningún tratamiento específico que haya demostrado eficacia para combatir el virus. Los enfermos graves requieren atención en cuidados intensivos, con aislamiento estricto.

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