Instala plantas nucleares a 100 km de Uruguay

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Esta semana nos enteramos que el gobierno uruguayo pedirá informes a su par argentino para conocer el funcionamiento de la planta nuclear de Atucha II, habida cuenta de la decisión del vecino país de construir en su territorio una tercera central atómica.

La información tiene un carácter doblemente preocupante. Por un lado debido la inconveniencia de estos emprendimientos, y por otro lado por las “posibles fallas” en la seguridad de Atucha II, una planta nuclear de la década del 70.

Con respecto a este tema debemos decir, antes que nada, que hemos recibido con beneplácito la decisión del Poder Ejecutivo en solicitar información al gobierno de Cristina Fernández. Recordemos que el funcionamiento de estas plantas es un tema que nos preocupaba ya con la central de Atucha y ahora hay una nueva central que, sin aviso, Argentina está habilitando y que, por si fuera poca cosa, se encuentra a menos de cien kilómetros de nuestro país.

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Como integrante de la Comisión de Medio Ambiente del senado, quiero decirles que vamos a pedir informes a cancillería de nuestro país a medida que se otorguen los datos solicitados al gobierno argentino, e incluso no descartamos, próximamente, convocar a las autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores para que nos mantengan al tanto si es necesario.

Sin lugar a dudas, se trata de un tema sumamente sensible para nuestro país que, nuevamente, se ve afectado por decisiones inapropiadas de aquella nación con respecto a estas plantas, cuyos sistemas de control han sido cuestionados por el Organismo Internacional de Energía Atómica, el cual otorga a los países vecinos la potestad de pedir información. Coincidimos con el Canciller Luis Almagro en que «tanto Uruguay como Paraguay tienen interés en conocer la evolución de esos procesos», pero además, nos llama la atención que un país que es tan celoso del medio ambiente, que se siente atacado por la instalación de una fábrica como UPM, tenga tan poco cuidado con sus cosas».

En suma, quiero informar que seguiremos de cerca este tema y tomaremos todas las medidas parlamentarias necesarias para garantizar el bienestar de nuestros habitantes afectados una vez más por medidas argentinas que consideramos inapropiadas e infelices.

La historia
La central nuclear de Atucha es un complejo nuclear argentino subdividido en dos centrales, ambas ubicadas sobre la ribera derecha del río Paraná de las Palmas, cerca de Lima, en Zárate, provincia de Buenos Aires, a unos 115 km al noroeste de la ciudad de Buenos Aires.

Una de ellas es la central nuclear de Atucha I, la primera instalación nuclear de América Latina destinada a la producción de energía eléctrica. La segunda es la central nuclear de Atucha II, la cual fue construida adyacente a la anterior para aprovechar gran parte de su infraestructura.

En Argentina existe también la central nuclear Embalse ubicada en la localidad de Embalse, provincia de Córdoba. Todas las centrales nucleares del país son operadas por Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NA-SA). La construcción de la Central Nuclear Atucha I se inició en el año 1968, y su puesta en régimen se realizó durante el año 1974, entregando una potencia de 357 MWe con una tensión de 220 Kv al Sistema Argentino de Interconexión. Atucha II estuvo detenida por más de 20 años, reiniciándose las obras a mediados de 2007; el 28 de septiembre de 2011 se inauguró el proceso de puesta en marcha, por lo que oportunamente entregará 745 MWe, y pasará a ser la máquina de mayor potencia unitaria del sistema interconectado nacional, posición que ahora ocupa la de la Central Nuclear de Embalse. El 3 de junio de 2014 a las 9:02 horas, la central nuclear Atucha II alcanzó su primera criticidad.

La investigación de la tecnología nuclear en la Argentina se inició en 1948, cuando el físico alemán R o n a l d Richter presentó al presidente Juan Domingo Perón su proyecto para desarrollar fusión nuclear controlada, un método considerado prácticamente imposible en aquel entonces y que aún hoy se halla en etapa de experimental. El gobierno autorizó a tal fin enormes recursos monetarios y entre fines de 1949 y comienzos de 1950 se realizó la construcción de las instalaciones de experimentación en la Isla Huemul (Bariloche, Provincia de Río Negro). Paralelamente, el 31 de mayo de 1950 se creó la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) con el objetivo de convocar a especialistas de las disciplinas científicas relacionadas con el tema y de adquirir los equipos necesarios para formar laboratorios de aprendizaje.

Construcción de Atucha I Desde su creación y durante toda la década del ´50 la Comisión se enfocó también en el estudio del territorio argentino en busca de reservas uraníferas, iniciándo su extracción en 1952 (Malargüe – Provincia de Mendoza) e instalándo, ese mismo año, una planta experimental de tratamiento en la ciudad de Córdoba. En 1955, como secuela del cancelado Proyecto Huemul, la CNEA formó en San Carlos de Bariloche un Centro Atómico y un Instituto de Física (hoy Instituto Balseiro) cuyos títulos académicos son otorgados por la Universidad Nacional de Cuyo, mediante un convenio firmado por ambas instituciones.

Para aquel entonces, el sector de radioquímica de la CNEA, conocido como «Grupo de Buenos Aires» ya había logrado consolidarse a nivel internacional, reportando incluso el descubrimiento de una veintena de radioisótopos nuevos. En1958 se pone en operaciones el reactor experimental RA-1 instalado en el Centro Atómico Constituyentes (San Martín –Provincia de Buenos Aires), siendo el primero de su tipo en Latinoamérica. Dicho reactor y sus elementos combustibles habían sido desarrollados íntegramente en el país a través de la CNEA.

La década del ´60 marcó una transición en los objetivos de la CNEA, que pasó de limitarse a la investigación y a la formación de personal, a encarar proyectos prácticos donde la energía nuclear pudiese ser aplicada a la medicina o a soluciones para el sector agroindustrial. En 1965 el Gobierno encargó a la Comisión la elaboración de un estudio de factibilidad para la construcción de una central nucleoeléctrica. El resultado de dicho estudio, conocido un año después, expresó la conveniencia, necesidad y factibilidad técnico-económica de realizar una central eléctrica de energía nuclear de 500 MW . Así, el 1 de junio de 1968, comenzó la construcción de la Central Nuclear Atucha, la primea instalada en Latinoamérica.

Para la misma se utilizó un reactor del tipo PHWR (reactor de agua pesada presurizada), con un diseño basado en el prototipo alemán MZFR y una potencia neta de 300 MW. « La construcción de la central fue realizada por la subsidiaria Kraftwerkunion (KWU) de Siemens, mediante el esquema como «llave en mano». « El reactor entró en criticidad el 13 de enero de 1974; la central fue conectada al sistema eléctrico nacional el 19 de marzo, y comenzó su producción comercial el 24 de junio del mismo año. Ha operado desde entonces con sólo una parada significativa en 1989 y hasta fines de 2005 generó 62.661,38 GW(e)h.

Por Tabaré Viera
Senador por el Partido Colorado. Fue Presidente de Antel, Ex director de OSE e Intendente.  Columnista del semanario OPINAR

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