Cuando en el Uruguay la sociedad no fue capaz de dar soluciones a necesidades primordiales de sus integrantes, estos apelaron a ellas fuera del pacto social, refrendado en el marco legal, desconociendo uno de los pilares del mismo; la propiedad de la tierra. Este es el estigma de los asentamientos.
La decisión ética del ocupante informal es similar a la de quien roba para comer. Debería morirse de hambre? Probados tales extremos; debe aplicarse castigo o afrontar esas conductas con responsabilidad social, colectiva? Esta última postura forma parte de la doctrina Zaffaroni, miembro de la Suprema Corte argentina y docente en la Facultad de Derecho de nuestra Universidad de la República.
Afinando procedimientos: desde el PIAI al mejoramiento barrial
Para la izquierda está claro que ante la situación creada, la solución no pasa por erradicar los que nacieron como asentamientos pero ahora son barrios, componentes vivos de la ciudad. Por el contrario ayudar a integrarse es un proceso virtuoso hacia una sociedad urbana mejor. Ello requiere viviendas, accesibilidad y transporte, dotación de servicios básicos, espacios colectivos, equipados. Pero también igualdad de oportunidades y, simultáneamente, asunción de responsabilidades y seguridad en el más amplio sentido del término. La que se obtiene implícitamente con el desarrollo del listado anterior, está inexplicablemente omitida en las condiciones de elegibilidad del Programa de mejoramiento Barrial mientras las políticas sociales actuales atraviesan los Ministerios en un abordaje complejo.
Sabido es que la financiación de estos Programas del BID está condicionada no solamente a contrapartidas del Estado uruguayo en dinero. Estos organismos exigen configuraciones técnicas, procedimientos y hasta costos no coincidentes con los contextos locales, en el mejor de los casos apenas con los regionales. Junto al grado de autonomía financiera recuperado por el País en los últimos años, es hora de revisar esas condiciones para adaptarlas mejor al “uso nuestro”.Los responsables técnicos del Plan de mejoramiento saben cuáles y los responsables políticos hacerse cargo. Pero también los Servicios Técnicos nacionales deben adaptarse a decisiones políticas. No se puede “vetar” un proyecto integral por el sistema sanitario sino aportar una solución- aún fuera de las Ordenanzas- y someterla a los órganos representativos; Junta Departamental o el Ministerio del caso.
En anteriores artículos controvertí otra condición, ésta por inclusión: la de no regularizar en terrenos inundables. Vale como ejemplo de cómo, en un proceso en curso, todo puede cambiar. Abriendo la concepción sobre la problemática, se pueden superar varios “principios” que en el tiempo se han transformado en prejuicios: “vivienda digna” no puede supeditarse a muros de ladrillo y estructura de hormigón armado. El paradigma incluyente es “vida digna” y en relación al mismo es necesario actualizar el del trabajo. Tomando un ejemplo en la recolección de residuos, sostengo que utilizar los despojos, las sobras, el descarte y los restos, no constituye un “trabajo digno”. Ideológicamente los residuos son un componente de la sociedad de consumo, del despilfarro que satisface a unos y deja afuera a muchos. Con los residuos trabajamos para y con el sistema. Y desde la subjetividad, pues el individuo accede a esa actividad sin necesidad de preparación alguna, sin asumir responsabilidades y sin aporte a su realización personal. Agrego las terribles condiciones de ese “trabajo” que involucra a la familia toda por el ejemplo y la participación de mujeres y niños. Es verdad que estas condiciones se neutralizan en plantas de tratamiento de residuos, pero en Montevideo en quince años operan solamente tres.
De actualidad
Esta semana escuché a los Técnicos del referido Programa con la satisfacción de ver cuan claro tienen la complejidad del trabajo en que están metidos. Seguro se han percatado de la retroalimentación que sobre ellos produce el contexto de los espacios habitados en los que intervienen y sus habitantes. En tanto es “por y a través de la dinámica que las cosas existen como tales”(1) la relación de los técnicos con los habitantes y colectivos barriales seguirá dando resultados.
En referencia a ello, no escuché a los políticos en campaña anotar la reversión del crecimiento de asentamientos conseguida simultáneamente por aplicación del Programa y eliminación de las causas por las políticas sociales de los gobiernos progresistas.
En Argentina también
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner creó por decreto la Secretaría Nacional de Acceso al Hábitat, que se ocupará de urbanizar los barrios informales, usualmente denominados villas.La mandataria precisó que la primera misión de la secretaría –que quedó a cargo del arquitecto Rubén Pascolini, medalla de oro de la Universidad Nacional de La Plata– será “la urbanización de cien barrios en terrenos fiscales, que suman alrededor de 400 manzanas”, según dijo durante el anuncio en el Salón de las Mujeres Argentinas del Bicentenario, de la Casa Rosada. “La Constitución Nacional y nuestras más profundas convicciones nos hacen saber que cada argentino tiene derecho a un pedazo de tierra donde constituir su hogar y donde su familia viva dignamente”, aseguró.
Además, la Presidenta indicó que la urbanización de los barrios informales dará “más seguridad, más puestos de empleo, valorará los terrenos vecinos, impulsará la economía y brindará igualdad de oportunidades, dará más salud y viviendas, y será una reparación histórica de esta gente que no es sujeto de crédito porque no tiene títulos de propiedad para mejorar sus viviendas”. Por otra parte, anunció que se formará un fideicomiso para adjudicar los lotes fiscales y que la Dirección Nacional de Escrituración Social facilitará la adjudicación de los lotes y la inscripción de los títulos. Una vez concretada la urbanización, se harán censos, se proveerá de estructuras básicas, de equipamiento comunitario, plazas, centros asistenciales y escuelas.
Por su parte, el flamante secretario Pascolini dijo que “trabajará de manera integral con las distintas instancias del Estado, con cada municipio, dándoles dignidad a esos barrios, integrándolos en forma urbanística y social”.
Como se ve, Uruguay no es el único, pero en pocos años en este tema pasó bien al frente.
Por el Arq. Luis Fabre
1. Denise Najmanovich.”El juego de los vínculos” Ed. Biblos.Buenos Aires 2011
2. Diario “Pág. 12”.edición 1º /10/2014.Buenos Aires, Argentina.
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