“Vamos a buscar consensos y acuerdos,
pero sin permitir bloqueos que obstaculicen
las respuestas que la sociedad está demandando”
El candidato a la Vicepresidencia por el Partido Nacional promete un gobierno de dialogo y gestión. Desde ese cargo clave para lograr los acuerdos necesarios en un parlamento sin mayorías, Jorge Larrañaga se propone ejercer la defensa irrestricta del interés nacional, sin interferencias de corporación alguna, ni sindical ni empresarial. “Nuestros antecedentes son garantía de equilibrio, de diálogo y responsabilidad con el país y de compromiso con la gente”, afirmó en entrevista con La Democracia. (Que La ONDA digital, publica textual).
El Partido Nacional es garantía de respeto por los derechos de los trabajadores y por la justicia social.
– ¿Cómo definiría la impronta que se propone imprimir a su gestión como Vicepresidente de la República?
– Nuestro ¨GPS¨ está calibrado para llevar al Uruguay hacia un gobierno de dialogo y gestión. Ese es el rumbo.
El diálogo como actitud y talante de vida que impregna nuestro accionar político.
Diálogo como presupuesto básico de convivencia política. Vamos a dialogar con todos. No por la fuerza de la necesidad sino por una fuerza que para nosotros es mayor: la convicción de que así deben ser las cosas.
Por eso decimos diálogo y gestión.
Gestión para tener resultados. Sin capacidad de gestión cualquier buena intención se vuelve un voluntarismo estéril. No basta con fijar las coordenadas hacia el desarrollo.
El 2020 queremos entregar el gobierno con resultados.
La seguridad tiene que ser recuperada. La educación debe abrir y no cerrar los horizontes de nuestros muchachos.
Queremos haber introducido mecanismo de transformación en las matrices de producción de modo de acoplar el sentido de innovación y que la fertilidad productiva permita incorporar más uruguayos al desarrollo.
Esas ideas deben ser concretizadas, muchas de ellas con leyes. Por tanto hay que negociar y construir mayorías.
Será clave la gestión del nuevo Parlamento. Hace diez años que se ha optado por evitar el conflicto dentro del FA, y reduciendo la discusión a ámbitos como la Mesa Política –cuando no en el PIT CNT- y se ha vaciado de discusión al Parlamento. El FA conseguía la paz interna pagando el precio que le ponían los radicales.
Pensamos devolver el rol protagónico al Parlamento Nacional.
– Existe el convencimiento de que en la próxima legislatura ningún partido tendrá mayorías parlamentarias. ¿Cree que logrará ir tejiendo los acuerdos interpartidarios que permitan aprobar las leyes necesarias? ¿Cómo y con quiénes los negociará?
– El 27 de octubre amanece un país sin mayorías parlamentarias. Gobernar estará asociado a negociar, a dialogar. A defender públicamente y con transparencia los entendimientos alcanzados. Un parlamento en esas condiciones requerirá en quien lo presida, fortaleza, paciencia, liderazgo, razones y experiencia para hacer del nuevo parlamento el eje de la democracia uruguaya.
Habrá leyes fundamentales que deberán ser acordadas en el parlamento. Podemos hacerlo. Tenemos experiencia en el manejo parlamentario y tenemos canales abiertos con todos los sectores de la sociedad. Me conocen y los conozco. Saben que mi palabra se cumple y eso nos dará autoridad para acordar. Somos garantía de cumplimiento. Tenemos espalda para aguantar nuestra palabra.
El próximo vicepresidente tendrá dos funciones claras: liderar la bancada de gobierno primero y segundo, articular con la oposición para viabilizar los acuerdos que permitan gobernar.
El nuevo vicepresidente está llamado por la fuerza de las circunstancias a ejercer un papel de liderazgo, de conducción para alcanzar acuerdos que el país necesita.
Sin ese gran esfuerzo que demandara la gestión los proyectos del gobierno tendrán dificultades de aprobarse y habría frenos en la ejecutividad de las políticas.
Vamos a buscar consensos y acuerdos, pero sin permitir bloqueos que obstaculicen las respuestas que la sociedad está demandando.
Tendrán que gestionarse acuerdos que impliquen mayorías estables, pero también buscando acuerdos puntuales o para determinados temas. Y en ese sentido el diálogo apuntará a todos los partidos políticos.
Las ¨unanimidades de partido único¨ y las mayorías absolutas que argumentan en contra de un proyecto, pero lo votan favorablemente le hacen mucho daño a la calidad del sistema, porque avasallan a las minorías e ignoran los argumentos de quienes piensan en contrario, y porque le da mayor peso a los radicales. Pero eso fue lo que eligió el Frente. No es la impronta que tendremos nosotros.
Claramente, un sistema político no necesita unanimidades. No se necesita renunciar a las diferencias. Tampoco el precio del consenso puede ser el bloqueo. No vamos a paralizarnos en nuestro proyecto. Y la opción para eso es la construcción de mayorías que viabilicen las definiciones de gobierno.
Seamos claros, el candidato oficialista no puede ofrecer diálogo ni capacidad de acuerdos. No es una característica dominante del Dr. Vázquez su capacidad articuladora. No ha tenido diálogo adentro de su fuerza política, menos lo va a tener afuera. Lo ha dicho su propia rival en la interna del Frente. En cambio, el Partido Nacional tiene credenciales para demostrarle a los uruguayos que puede gestionar las diferencias sin ningún tipo de trauma.
En definitiva, el Partido Nacional garantiza lo que el país precisará: gobernabilidad.
– ¿Hay o habrá, antes del balotaje, algún tipo de acuerdo, entendimiento o compromiso entre los partidos de la actual oposición para asegurar los votos en la segunda vuelta?
– Hay que respetar a todos los Partidos. Todos pugnamos por alcanzar la mayor representación posible y el mayor respaldo ciudadano. Los diálogos deben ser posteriores a la instancia de la elección de octubre. Confiamos en que lograr los mayores respaldo de los uruguayos.
El tema es hacia noviembre. El nuevo escenario de octubre hará que tengamos que priorizar las coincidencias por encima de las divergencias. Los partidos de la oposición estamos llamados a actuar con especial responsabilidad para poder dar certezas al ciudadano.
Nuestros antecedentes son garantía de equilibrio, de diálogo y responsabilidad con el país y de compromiso con la gente.
Nosotros no nos ponemos fronteras en la convocatoria para construir mayorías. Nuestro desafío es construir mayorías electorales para ganar el gobierno y ejercerlo con humildad y responsabilidad.
No renunciamos a ningún uruguayo, porque no nos ponemos muros ni fronteras en la convocatoria hacia nuestra propuesta.
– A partir del primero de marzo de 2015 ¿imagina un gobierno de coalición, con un gabinete ministerial en el que participen representantes de otro u otros partidos?
– Nosotros no levantamos muros. No resignamos de antemano apoyos que puedan ayudar a nuestra propuesta.
Como ha expresado reiteradamente Luis Lacalle Pou, vamos a recurrir a los mejores, estén donde estén. Hay un capital humano muy valioso en Uruguay que está por encima de las estructuras partidarias. Un caso. Azucena Arbeleche. Un cuadro de gobierno que ha participado en gobiernos de distingo signo. Y esas experiencias y talentos hay que reclutarlos para el servicio del país. Se me ocurren muchos nombres pero no corresponde los señale ahora. El mejor gobierno se hace con los mejores. Por lo tanto, los mejores tienen que estar en los lugares clave.
Cuando el Frente pierda, el mapa político interno puede hacer cambiar ciertas prácticas y quizás pueda haber coherencia entre algunos discursos y las votaciones en el Parlamento. Algunos sectores no tendrán la presión interna y podrán votar divididos…
Repito, si el FA hubiera elegido gestionar distinto sus conflictos internos el país podría haberse evitado zafarranchos como PLUNA por ejemplo.
– Si el Partido Nacional gana las elecciones ¿espera una oposición despiadada del Frente Amplio o cree que se darán condiciones de madurez política?
– No. La nueva dinámica de la política uruguaya deberá estar pautada por el diálogo. Las lógicas internas que han conducido al Frente hasta ahora, seguramente se modifiquen y eso habilitará que prime la madurez del sistema político uruguayo.
– ¿Qué leyes serán importantes en el comienzo de un gobierno nacionalista?
– Tenemos leyes madres que deben ser aprobadas y vamos a procurar su apoyo:
Ley de presupuesto; leyes de descentralización (mejoras, agencias regionales); paquete de medidas sociales (planes estamos contigo, contamos con nosotros); seguridad; la creación de una guardia nacional; educación
– Ante la creciente probabilidad de una derrota electoral el gobierno ha apelado a una estrategia que no es nueva, pero nunca había sido tan ostensible: está involucrando a la dirigencia sindical, desde donde parten los peores ataques a la oposición y la más abierta defensa del oficialismo. ¿Cómo cree que influirá en el votante ese papel tan activo del brazo sindical?
– Lamentablemente los ataques han partido desde las elevadas autoridades del gobierno y del Frente Amplio. A diario. Nosotros respondemos con silencio y con trabajo. Le hablamos a nuestros compañeros blancos, pero también a colorados, independientes y frentistas, a todos. Porque los problemas no conocen de colores políticos y las soluciones tampoco. Nosotros aspiramos a representar a todos y eso, los uruguayos lo perciben. Por eso vemos un enorme entusiasmo y alegría en todos los actos y apariciones públicas que hacemos con Luis Lacalle Pou.
– ¿Qué secuelas dejará después de las elecciones esa “guerra” declarada por la dirigencia sindical? ¿Será posible acordar con los sindicatos para tener la necesaria paz social?
– Sí. El Partido es garantía de respeto por los derechos de los trabajadores, por la justicia social. Por tanto, una vez pasada las elecciones las interferencias político sindicales quedarán reducidas a grupos radicales, pero no se extenderán a todo el sistema sindical ni político. La ciudadanía está cansada de los conflictos, quiere respuestas, y eso es lo que le daremos al país, respuestas, capacidad de trabajo; y cuando vean los resultados no tendrá lugar el conflicto.
– ¿Cuáles son los aspectos, o los principios, en los que un gobierno del Partido Nacional no transaría con los sindicatos?
– Hemos dicho que dialogaremos mucho, que acordaremos todo lo que sea posible y necesario, lo que no se negocia, es el derecho a gobernar. Si nos eligen, tendremos el poder-deber de ser gobierno y defender el interés nacional. Toda claudicación a ese poder deber no está en el abanico de opciones.
– ¿Qué influencia tendrán las cámaras empresariales?
– Nosotros no somos corporativos. Un gobierno debe defender el interés nacional. No visiones parciales y sectorizadas, en ninguna punta. Y eso es lo que garantiza el Partido Nacional, defensa irrestricta del interés nacional, sin interferencias de corporación alguna, ni sindical ni empresarial.
– ¿Desde su posición de Vicepresidente qué hará para acentuar la descentralización, las autonomías regionales, y el desarrollo integrado, armónico y sustentable de todo el país?
– Como mencioné antes, hay proyectos que ayudarán en ese sentido. Nosotros queremos impulsar una importante descentralización, federalizando servicios y cometidos y asociando gobiernos departamentales con funciones nacionales. Además del debido financiamiento para ese grado de descentralización. Vamos a impulsar la creación de Agencias Regionales para armonizar estrategias locales y regionales, otorgando institucionalidad y apoyo a esos esfuerzos.
– ¿De qué manera el Parlamento podría relacionarse mejor con la sociedad?
Primero escuchando. Intercambiando con la ciudadanía y los sectores sociales.
Hemos sostenido que el nuevo Parlamento deberá conectarse con la sociedad mucho más activamente, y en ese camino el Partido Nacional impulsará distintas dimensiones del diálogo social. Vamos a convocar al Consejo de Economía Nacional para el diálogo entre empresarios, trabajadores, cooperativistas, profesionales, usuarios y consumidores, con un Estado, que reitero, debe ser más receptivo a las demandas ciudadanas. Además nos proponemos la creación en la órbita parlamentaria de una Comisión de Futuro, como funciona en los países nórdicos, Chile e Israel por ejemplo.
Esta comisión debería articular con la intelectualidad nacional, con la academia, con los referentes sociales, y pensar el país de los próximos 30 años, con la formulación de políticas poblacionales, demográficas y la sustentabilidad ambiental, el aprovechamiento de los recursos naturales, el manejo del acuífero Guaraní por ejemplo.
El medio ambiente debe tener una nueva institucionalidad tuitiva.
Proponemos un Defensor Nacional Ambiental, con legitimación activa para accionar judicialmente, civil e incluso penalmente.
Además prevemos la creación, dentro del Poder Judicial, de Juzgados con cometidos específicamente ambientales, haciendo avanzar el posicionamiento de nuestro país en términos de desarrollo sustentable.
– El país se encuentra dividido, no sólo políticamente, sino que la sociedad está fraccionada por distintas razones. ¿Cómo se revierte eso?
– Nada enseña más que el ejemplo, que el buen ejemplo. Lo primero para recuperar la paz política y social es el respeto y el diálogo. El país se ha acostumbrado al vaciamiento de la discusión. Se abre una nueva etapa para alcanzar acuerdos por convicción y no por la lógica de la imposición. Eso es lo primero, porque si desde quienes tenemos la responsabilidad de gobernar se alimenta la división y la separación, mal podemos esperar un resultado distinto a la fragmentación.
La nueva impronta debe estar basada en un sentido nacional, de respeto republicano. Ese cambio, por sencillo que parezca, entraña una modificación radical respecto a la última década.
– Usted insistió mucho durante la campaña en temas como seguridad y educación, ¿quedó conforme en cómo se articularon las propuestas en el programa único?
– Sí, hubo una buena armonización de agendas de gobierno. Podemos decir que hay ideas fuerza de Alianza Nacional que han sido plenamente contempladas. Descentralización, educación, seguridad y una visión económica anclada en una perspectiva productiva y desarrollo nacional integral.
Todos los temas son importantes. Pero, para nosotros la seguridad es una prioridad. No hay libertad con miedo ni paz con inseguridad. La seguridad humana involucra la libertad de las personas, que puede estar muy condicionada por el miedo.Siempre hemos dado propuestas.
Queremos meterle mano al tema seguridad porque hace a la calidad de vida de los uruguayos.
El país necesita mano firme y justa con plena sujeción a la ley.
El otro gran tema es educación. Sin educación no hay futuro y habrá pérdida de libertad en nuestros jóvenes.
Impulsamos el acuerdo multipartidario, hemos propuesto numerosas medidas a través de nuestro representante en el Codicen. El gobierno ha tenido recursos, mayorías y aportes de la oposición y han fracasado por incompetencia en la gestión y falta de política educativa.
Tenemos el compromiso de incidir en seguridad, educación y economía porque hacen a la vida de los uruguayos y a la necesidad de recuperar valores que se han estado perdiendo.
Anibal Steffen
Editor del semanario La Democracia
La ONDA digital Nº 693 (Síganos en Twitter y facebook)
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