Transporte: Vivir en red

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Desde su nacimiento la humanidad intervino en el mundo físico del planeta llegando en la actualidad a variar alguna de sus condiciones globales como el clima. Construyó simultáneamente un mundo simbólico con el arte y la religión y, mediante la abstracción, los universos matemáticos unidos al desarrollo de las ciencias.

Las aplicaciones de las mismas, incluyendo las de la biotecnología se imponen sobre los individuos y también en las sociedades que habitan el globo.La sociedad da contenido, significado a las invenciones o descubrimientos y estos tienen a su vez razón de ser por el uso de los mismos. En algunos casos de tal magnitud como el de las redes telemáticas, cuyo soporte de vínculos interpersonales y colectivos implica la vida actual de cada uno de nosotros. Incluso modificando nuestra histórica percepción estática del ser, de la individualidad, por una dinámica de vida que nos ha transformado en verdaderos “devenires humanos”.

La idea
La metáfora de la Red ya se aplica en mega-instalaciones sobre el territorio. Un ejemplo actual es la Red eléctrica nacional conformada por la interconexión de todas las líneas disponibles en que la energía alimenta y descarga en cualquier punto del territorio, optimizando su producción y consumo. Software mediante, el soporte físico de la red (conductores, transformadores, instrumentos de medida y control) asimila los ingresos e implementa su distribución a demanda en tiempo real.

Al decir de Denise Najmanovich; las redes dinámicas producen configuraciones determinadas por la propia interacción y el intercambio en ellas. Así el sistema adquiere diferentes configuraciones con cada productor de energía que a el se conecta y cada alimentación de consumo que la demanda requiera en todo lugar.

Para el transporte
En una analogía con la red eléctrica la energía seríamos nosotros mismos los que deberíamos entrar y salir de cualquier lugar con mínimo tiempo y esfuerzo. De hecho el boleto dos horas de buses capitalinos está basado en este concepto. Su uso unimodal unido a la irracional configuración de la red de líneas lo hace una solución imperfecta pues cambiar de vehículo en paradas intermedias con una discutible disminución del tiempo de viaje, no mejora las condiciones de seguridad y comodidad.

Propuestas recurrentes
Las innovaciones que otra vez se proponen al sistema existente toman en cuenta los flujos actuales pero no contemplan las variaciones que pueden producir ellas mismas. Si se renuevan las áreas centrales e históricas de la capital ¿qué sentido tiene poner un tren rápido que produce mas fuga de población a la costa del sur? Por lo demás, si se privilegian determinados circuitos no se satisface la igual accesibilidad al territorio como un derecho adquirido, caro al ser nacional.

Como hacer realidad una red de transporte humano
Un sistema integrado de transporte este deber ser flexible, admitir las variaciones y cambios de flujo de usuarios, manteniendo invariables el tiempo, la seguridad, el confort y por supuesto, el precio de utilización.
Ya hemos desarrollado la idea de un sistema multimodal que satisfaga las condiciones nombradas y atienda las preferencias humanas sobre como y por donde circular.

En Montevideo, transportar hacia y desde las áreas densamente pobladas y las de mayor uso de población flotante (que diariamente acude a ellas) no tiene como solución otro transporte en las líneas radiales. En una metrópolis policéntrica como ya es Montevideo (abarca todo el departamento y mas) un sistema multimodal integrado, abierto, debe implementarse, aunque incluyéndola, sin priorizar la infraestructura vial saturada.

Se necesita un medio de transporte de distribución, complementario de omnibuses, automóviles y birodados. Un medio en otro nivel, que no interfiera con la circulación a nivel de tierra.Un medio que no afecte aún más el ambiente; que lo ponga en valor. Que sea seguro en sí mismo, para los usuarios y en relación a los demás medios. Cuya comodidad permita realizar al usuario mas acciones que las de viajar.

Que disminuya los tiempos de viaje pero aún así, permita conocer mejor la ciudad. Y, por qué no, que haga el viajar placentero. Todas estas condiciones las reúne un Monorriel eléctrico elevado presentado en un artículo de este medio. El circuito casi circular tentativo allí ilustrado vincula transversalmente zonas y lugares significativos permitiendo llegar y salir de las mismas hasta las conexiones radiales con la periferia poniendo al usuario a distancias cortas equidistantes del centro histórico de la ciudad. También se hace mención a instalaciones complementarias para conexiones multimodales y proyecciones de financiación en comparación a otras soluciones.

De las flexibilidades técnicas sobresale la de que un monorriel puede variar velocidad y frecuencia adaptándose a la demanda, lo que nos remite una vez más a la analogía con la Red.

Arq. Luis Fabre
luisfabre@gmail.com

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