En aquel marzo; unas horas en Buenos Aires

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El 24 de marzo de 1976 Argentina vivió un golpe de Estado. Unas horas después, sobre la noche del 25, un grupo de uruguayos partía rumbo a México como asilados políticos, no sin antes detenerse unas horas en Buenos Aires.

Durante el recorrido por tierra entre la casa del embajador mexicano (Vicente Muñiz Arroyo) y el aeropuerto de Canelones, no hubo ninguna reacción por parte de los funcionarios de la dictadura uruguaya. El problema se produjo al llegar al Aeropuerto de Carrasco, que estaba en plena remodelación y por eso los asilados políticos tuvieron que llegar corriendo a la pista, hasta la puerta de un avión de Pan American. Allí funcionarios de la embajada se abrieron paso entre uniformados uruguayos, facilitando el ingreso de los asilados políticos que se ubicaron en la parte de atrás de la nave.

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Casi de inmediato el avión partió rumbo a Buenos Aires, llevando a los asilados y también a periodistas que mayoritariamente eran de Paraguay, quienes estaban en Montevideo por una reunión de gobernantes de América del Sur. La dictadura ya estaba instalada en Uruguay, desde el 27 de junio de 1973.

El 25 el avión arribó a Buenos Aires, donde los asilados políticos no pisaron el territorio argentino. Pero integrantes de la Fuerza Aérea Argentina ingresaron en el avión portando en sus manos ametralladoras. Recorrieron el pasillo, miraron con detención las caras de los uruguayos y se retiraron lentamente del avión. No habían encontrado a quien buscaban, que era un dirigente sindical argentino que había abandonado a su país portando unos 600 mil dólares, según versión de las fuerzas dictatoriales del hermano país.

De Buenos Aires se voló hacia Panamá y desde ese punto el avión se dirigió al Distrito Federal de México. Al llegar ahí la Secretaría de Gobernación trasladó a los uruguayos en camioneta hasta el Hotel Versalles del DF. Allí se les sacó fotos de perfil y horas después se les trasladó a esa Secretaría. Fueron interrogados mediante preguntas de distinto tenor: algunas políticas, otras no tanto.

Mientras pasaba todo esto en Argentina y Uruguay comenzaba a endurecerse la situación política. Será el 20 de mayo de 1976 que Zelmar Michelini, Gutiérrez Ruiz y el doctor Liberoff, son asesinados. El Río de la Plata se transforma en un escenario de terror, donde el miedo y la crueldad parecen darse la mano. Ambos pueblos sienten en esos días de su historia que el quiebre de la democracia fue una tragedia.

Aquellos hechos no deben ser olvidados, no pueden serlo. No hay que olvidar que todo lo que pasó después de aquel marzo de 1976 hirió a nuestra sociedad, impregnando de dolor a todos los uruguayos comprometidos con la democracia y la libertad. ¡Que nunca más vuelva a darse esa triste etapa de nuestras vidas!

Por Raúl Legnani
Urumex80@gmail.com

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