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«Estados Unidos no va a levantar el embargo”. A menos “que Cuba ceda o venga a la mesa a negociar en buena fe», dijo Andy Gómez, director retirado del Instituto para estudios cubanos y cubano-estadounidenses de la Universidad de Miami, en entrevista a la BBC de Londres..

“No he visto ningún embargo económico a través de todos los años que he estudiado que haya tumbado a un gobierno”, agregó. “Pero la presión que se le sigue poniendo a Cuba es el resultado que vimos el domingo”, 11 julio.

El bloqueo
“Cualquier cubano dentro o fuera de la isla sabe que el bloqueo o embargo comercial y financiero estadounidense, como quieran llamarlo, es real y se ha internacionalizado y recrudecido en los últimos años y que es un fardo demasiado pesado para la economía cubana (como lo sería para cualquier otra economía), dijo el escritor cubano Leonardo Padura, en artículo publicado el pasado 16 de julio. (el artículo puede ser visto aquí: JOVENCUBA

Una medida que hace 29 años viene siendo condenada por la casi totalidad de las naciones del mundo. La votación más unánime en la historia de las Naciones Unidas, donde se condenó por 184 votos a dos (EEUU e Israel) en la última Asamblea General, pero a la que Washington no hace ningún caso.

Del bloqueo habló la destacada periodista de Cuba TV, Cristina Escobar: –Unos dicen que el bloqueo es muela, que el rollo es nuestro, nada más. Pero no es retórica política. El bloqueo impide que este país se desempeñe en el escenario internacional como un país normal, impide o hace más caro todo ejercicio de importación de bienes básicos para la vida.

“Trump puso 243 medidas más, que eliminaron otras fuentes de ingresos, no solo para el gobierno, sino también para el conductor de automóviles que paseaba al cruceristas por Cienfuegos, o para el restaurant privado, que vio su clientela desaparecer”.
Y el presidente actual, Joe Biden, dejó todo esto intacto. Incluyendo la prohibición de enviar remesas de los cubanos en el extranjero a sus familiares en Cuba.

Los Estados Unidos ha estado jugando como nunca antes en Cuba, dijo el periodista de origen uruguayo, Fernando Ravsberg, casado con cubana, con más de 30 años viviendo en el país. Después de una vasta experiencia con medios internacionales, responsable de la página “Cartas desde Cuba”, donde se podía leer algo del mejor periodismo que se publicaba en la isla, tuvo finalmente su credencial suspendida por las autoridades cubanas. Algún artículo les molestó.

Pero ha dado entrevistas en estos días. “Nunca antes se había aplicado con tal rigor el bloqueo económico”, dijo a la emisora uruguaya 810 Espectador.

Cuba pierde el turismo con el bloqueo y la pandemia. Al mismo tiempo, Trump prohíbe las remesas familiares. Se pierden así dos de las principales fuentes de ingresos de divisas del país, dijo Ravsberg.

Ahora viene Biden, y como el otro ingreso que tiene Cuba es el de las brigadas médicas, mete a Cuba en una lista de trata de personas y amenaza con castigar a los países que contraten esos servicios médicos, acusándolos de complicidad en la trata de personas.
El bloqueo, agregó, por su parte, la periodista Cristina Escobar, no es la única causa de los problemas en Cuba, pero interfiere en todas las posibilidades de desarrollo. Y sus efectos no recaen sobre el gobierno; las consecuencias del bloqueo y sus privaciones recaen sobre todos nosotros.

Guerra no convencional
Lo que está sucediendo en Cuba se parece mucho a lo que los manuales de guerra no convencional describen. Se montan sobre problemas internos y los utilizan para ejecutar agendas políticas pagadas públicamente por un gobierno extranjero, agregó Escobar.

De eso habló también Padura. ”Parece muy posible que todo lo ocurrido en Cuba a partir del pasado domingo 11 de julio lo hayan alentado un número mayor o menor de personas opuestas al sistema, pagadas incluso algunas de ellas, con intenciones de desestabilizar el país y provocar una situación de caos e inseguridad”.

Pero eso “no quita un ápice de razón al alarido que hemos escuchado”

“Un grito que es también el resultado de la desesperación de una sociedad que atraviesa no solo una larga crisis económica y una puntual crisis sanitaria, sino también una crisis de confianza y una pérdida de expectativas”.

Quizás nada sea tan importante en lo que señala Padura que la “crisis de confianza”.

Las autoridades cubanas no deberían responder con las habituales consignas estas protestas, afirma. “Lo que se impone son las soluciones que muchos ciudadanos esperan o reclaman, unos manifestándose en la calle, otros opinando en las redes sociales y expresando su desencanto o inconformidad, muchos contando los pocos y devaluados pesos que tienen en sus empobrecidos bolsillos y muchos, muchos más, haciendo en resignado silencio colas de varias horas bajo el sol o la lluvia”.

Mercenarios y anexionistas
Fernando Pérez, destacado cineasta cubano, se sumó a las reivindicaciones que un grupo de artistas hizo ante el ministerio de Cultura el 27 de noviembre pasado. Reivindicaba un “nuevo lenguaje”, que “reclama libertad de expresión, inclusividad, derecho al disenso, participación activa de una sociedad civil plural y diversa. Ha pasado el tiempo y las puertas han continuado cerradas”, afirma.

“Cuando el 11 de julio muchos de esos jóvenes artistas y cineastas (los conozco, sé lo que piensan y con ellos comparto su actitud contestataria) se plantaron pacíficamente frente al ICRT para plantear, una vez más, su derecho a ser escuchados, ese acto es para mí el símbolo de la temperatura de muchos sectores en Cuba hoy: NO más exclusión, NO más inmovilismo, NO más represión ante el que piensa diferente”, agregó.

Pérez expresó sus puntos de vista en un artículo publicado en la página OnCuba, que puede ser visto aquí: Oncubanews 

Ahí también escribió Katia del Llano, una economista que trabajó diez años como asesora económica del presidente de la Asamblea Nacional, miembro del Movimiento 26 de julio que ostenta la medalla de combatiente clandestina. Militó en el partido por más de 50 años, y se desactivó hace dos, por decisión propia, se informa en la página.

“Existe en Cuba una escasez de alimentos, que a partir de los últimos meses del año 2019 se ha agudizado y desde inicios del presente año ha alcanzado niveles insospechados”, afirmó.

“El reordenamiento monetario, necesario pero inoportuno, ha complicado más el panorama económico, sin que se perciban los beneficios anunciados de esa medida. El aumento de los precios de productos y servicios, por el Estado y los privados, ha superado con creces el de los salarios y pensiones. La casi total desaparición del turismo ha provocado la caída de los ingresos de miles de personas que dependían de esa actividad, directa o indirectamente”.

Y, por supuesto –agregó– “el recrudecimiento del bloqueo, causante de la mayoría de nuestros males pasados y presentes, pero que ha servido también, en no pocos casos, de justificación”.

“La apertura de las tiendas en Moneda Libremente Convertible (MLC), anunciadas inicialmente solo para electrodomésticos de alta gama”, luego extendieron su oferta “a productos de primera necesidad, agudizando las diferencias entre los que pueden comprar en esas tiendas y los que solo pueden hacerlo en las aun más desabastecidas, que venden en moneda nacional”.

“No se puede ignorar las dificultades por las que atraviesa la mayoría de la población cubana”, afirma del Llano. Aunque muchas son a causa del bloqueo, muchas otras son “por las deficiencias, decisiones erróneas y resistencia a hacer transformaciones atrevidas, pero necesarias, por parte de los que dirigen y sobre todo por la falta de esperanzas en cuanto al futuro”.

Nuevamente, la referencia a la “falta de esperanza”. Como solución, del Llano propone “analizar esos hechos autocríticamente, convencer al pueblo de que se conoce sus dificultades y adoptar medidas para mejorar la situación en lo que respecta principalmente a la producción de alimentos, en lo que una verdadera transformación de la producción agropecuaria traería consigo y la tantas veces anunciada apertura del trabajo por cuenta propia para incentivar la creatividad”.

En su opinión, “las recientes intervenciones del presidente y algunos ministros evidencian una falta de comprensión sobre el significado de las recientes manifestaciones”.

Ravsberg se había referido también a al lentitud como el gobierno cubano pone en práctica ciertas innovaciones, aprobadas por las mismas organizaciones partidarias o estatales.

El gobierno cubano avanza con una lentitud terrible en la aplicación de reformas que propuso, afirmó. Tardan años. “La unificación monetaria tardó diez años. La apertura de pequeñas y medianas empresas se aprobó hace tres años y todavía nadie puede abrir una empresa. Eso agrava toda la situación, no libera las fuerzas productivas para que la gente empiece a buscarse la vida por sí misma”.

Hay quienes pretenden refundarnos como un país capitalista, dijo Cristina Escobar. “Creen que así la prosperidad colgará de los árboles y seremos una colonia con una economía galopante”.

Pero, en su opinión, “lo que hay que cambiar en Cuba son urgencias nuestras, que no se van a resolver con el regreso del capitalismo”.

Pero si algo mostró lo ocurrido el 11 de julio es que, o la revolución avanza o la empujan. Es cierto que el escenario no deja ver claro hacia donde. El desafío del partido es hoy dar una respuesta al descontento, o correr el riesgo de que se vayan haciendo realidad los objetivos definidos por el director retirado del Instituto para estudios cubanos y cubano-estadounidenses de la Universidad de Miami: el resultado de la presión que Washington le sigue poniendo a Cuba es lo que vimos el domingo 11 julio.

 

Por Gilberto Lopes
Escritor y politólogo, desde Costa Rica para
La ONDA digital (
gclopes1948@gmail.com)

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