Apoderado por el cansancio y adiestrado por el reloj
el Gallo desde muy temprano resiste bajo el Sol
para cumplir la jornada y con humildad
llevar la tranquilidad y el bienestar a su hogar.
El Dealer Hampa en el barro o desde su barrio consolidado y/o cercado
tarde o temprano incuba las balas y planea sus estrategias.
La fragilidad hace sus tareas y en el jardín crecen las flores y las rejas.
El espacio privado para el encuentro y el abrazo
presiona y presiona al tejido urbano con su gentrificación a la periferia.
Nos hemos acostumbrado que para reconocernos
debemos tener cuellos similares y etiquetados,
derecho de admisión o a cambio un consumo en nuestras manos.
“No vino tal porque no tiene plata se quedó solo y tranqui en su casa”.
Entre rejas y rejas nos vamos fragmentando
niños y niñas ya no salen a su escena,
los juegos y las pelotas no se apoderan de las calles
ya no regalan sonrisas a cualquiera,
la creatividad o imaginación ya están disociadas a su soledad.
Vos estás allí y yo estoy acá
pero tengo muchos mensajes
que responder todavía por celular
del otro lado del muro ya no veo quién está.
No solo nos separan fundamentalismos culturales y una línea divisoria
que es ficticia para el viento, rayos o truenos sino que ahora también
tenemos un tapaboca, no solo no desciframos los gestos y los ánimos
sino que entendemos algunas de las pocas palabras en tu boca.
WhatsApp / Seleccionar Contacto / Escribe un mensaje: Te espero en el Parque Rodó o en la plaza de tu barrio, espero respuesta / Enviar.
Por Andrés Legnani
La ONDA digital Nº 1012 (Síganos en Twitter y facebook)
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