La irrupción de la pandemia de SARS-CoV-2 en el año 2020 dejó de manifiesto la importancia de un sistema científico-tecnológico sólido para enfrentar los desafíos vinculados a la detección, seguimiento y tratamiento de enfermedades emergentes. Los hechos demostraron que la salud pública y la soberanía nacional dependen, entre otros elementos, de la posibilidad de producción de vacunas propias. La Universidad de la República, permanentemente comprometida con la construcción de saberes y capacidades al servicio del País, le ha propuesto al Parlamento la creación de un “Instituto de Investigación en la generación y producción de vacunas”.
¿Es posible que Uruguay reinstale la producción de vacunas para uso humano? ¿Qué características debería tener un Instituto Nacional de Vacunas? ¿Cómo se relacionan investigación y producción? ¿Con qué recursos cuenta nuestro país para encarar un proyecto de gran envergadura y alto impacto como este? ¿Hay Institutos similares en la región? ¿Qué podemos aprender de su experiencia?
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