Asume Boric. Juventud, género,diversidad, etnias y simbolismos por doquier. Este 11 de marzo asumirá la presidencia de Chile Gabriel Boric. Lo hace en medio de la esperanza, la expectativa y las incertidumbres de un mundo convulsionado intensamente. La asunción está cargada de simbolismos. El presidente electo cumplió 36 años hace pocos días. Es el presidente más joven del mundo. Su gabinete de 24 integrantes no será paritario. 14 de sus 24 miembros serán mujeres. Los ministerios considerados en la terminología política como de “Estado”, los ocuparán mujeres. Interior, Relaciones Internacionales y Defensa. Al frente de este último estará la nieta de Salvador Allende. El promedio de edad de este gabinete es bajísimo. La Vocera de Gobierno será Camila Vallejo, de 33 años.
Las delegaciones extranjeras serán de jerarquía , numerosas y variadas. Desde la Vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, hasta invitados personales como Sergio Ramírez (ex vicepresidente de Nicaragua del primer gobierno de Daniel Ortega, actualmente exilado en Madrid).
La asunción se produce en paralelo a un intenso trabajo de la Convención Constitucional, que tiene plazo hasta mediados de año para aprobar una nueva constitución que será sometida a plebiscito. El carácter plurinacional multiétnico del Estado, la consiguiente integración plena de los pueblos originarios y el reconocimiento de sus legítimos derechos, la agenda LGTBQ , el cambio climático, La paz mundial y el desarme nuclear, integran parte de las temáticas incluidas en el programa de gobierno y en los debates y resoluciones de la Convención.
Era más que difícil imaginarse a Chile en esta situación hasta hace pocos años. Las gigantescas movilizaciones de 2019, que significaron un clamoroso estallido de reclamo de justicia e inclusión social, en uno de los paises más ricos y más desiguales del continente, canalizaron un proceso político institucional ejemplar. Este comienza su culminación ahora y lo completará con el plebiscito constitucional del segundo semestre.
El desafío de Boric, apoyado en el balotaje por la más grande votación con la que fue electo un presidente chileno en la historia, es tan grande como las expectativas que genera. Su apuesta a un estado de bienestar del siglo XXI, en una sociedad étnicamente plural, con los máximos niveles de desigualdad, le impondrán a su gestión pocos márgenes de error. Fortalecer al Estado como regulador de la economía, capaz de brindar servicios de educación, salud y seguridad social de calidad para todos es un reto del mayor calibre. Lograr que ese estado tenga una agenda ambiental desarrollada y lograr que los sectores más ricos de la sociedad aporten lo necesario para el proyecto, implicará un diálogo permanente y un manejo de la fuerza democrática y de la convicción que sea apoyada en forma sistemática por la participación activa de las grandes mayorías populares. Se necesitará de un pueblo movilizado institucionalmente apoyando democráticamente el proyecto. Transformar en realidad todos los simbolismos y contenidos reales señalados impondrá una titánica tarea. Toda la izquierda democrática y el progresismo latinoamericano y mundial miran a Chile con una gran expectativa, tan grande como todo el apoyo que se pueda lograr.
Por Carlos Pita
Fue embajador de la República en Chile, España y Estados Unidos
–
La ONDA digital N.º 1039
(Síganos en Twitter y Facebook)
INGRESE AQUÍ POR MÁS CONTENIDOS EN PORTADA
Las notas aquí firmadas reflejan exclusivamente la opinión de los autores.