La tarde sobre la arena,
la grapa quema más que ella.
Fogoneados rock and rolles
con botellas que marean.
Tabaco, piedra y madera.
Vino en la cafetera.
Piel insolada
sin agua dulce preparada,
lo puro y sano
nunca importaron.
Por no saber quererte,
la ausencia
no soportó no tenerte.
Entre satélites y planetas,
preferiste soñar
el delirio de los delfines y tu suerte.
Por Andrés Legnani
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