Esta obra la hago, esta no ¿es ideología?

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El tipo subió al ómnibus con evidente estado de ebriedad. Miró a todos, era de esos borrachos agresivos. Dijo entonces:- los de acá hasta la mitad son idiotas, los de la mitad para atrás son imbéciles. Se quedó parado desafiante haciendo un esfuerzo por mantener el equilibrio.

El conductor, hombre de pocas pulgas y  que justamente ese día no andaba muy bien, al escucharlo clavó los frenos de golpe. Provocó un gran desparramo de pasajeros por lo inesperado del frenazo. Dejó el volante, se paró detrás del borracho y le preguntó con voz airada y amenazante:- ¿qué dijiste que soy? El borracho que era agresivo pero no bobo, en cuanto vio el tamaño del hombre le respondió, ahora no sé porque con el frenazo me los mezclaste a todos.

Me acordé de este viejo chiste cuando leía las repercusiones de la suspensión-postergación de la obra del Antel-Arena. Yo soy de los que miró con simpatía la obra y por supuesto que el viejo Cilindro implotado tiene tanta historia que no merece ser sustituido por un gran hueco.

walter- 200 paginaEl mundial de básquet con aquella célebre bandeja del Mono Gadea con que ganamos por un tanto 57 a 56. Fue a Yugoslavia creo. Su techo flotante, sus permanentes goteras, su triste rol de cárcel en dictadura. Hasta me acuerdo haber visto la inauguración del Mundial de 1978 por pantalla gigante, Polonia- Argentina, mala calidad de imagen, un frio bárbaro y poco después marché preso, como para olvidarme.

La historia no desaparece y el Cilindro merece solo ser superado no borrado. Ahora bien, los frenteamplistas estamos  tan expectantes por el rumbo de este tercer gobierno que en torno a cada decisión lanzamos  especies de plebiscitos mediáticos donde el que sí y que no se multiplican. Estoy seguro que acordando o no con Tabaré o Astori, mucho podremos opinar pero no podremos aplicarle la categoría filosófica del insulto que puso de moda nuestro ex presidente Mujica, que sean “nabos”. Es claro que es una obra emblemática para la ciudad, que moveria muchas áreas de la economía y por ende sería sumamente dinamizador. Seguro que es una decisión difícil de tomar.

Es notoriotambién que tuvimos tiempos favorables para nuestra economía y hoy no es así. Los ciclos económicos más largos o más cortos, en este mundo loco, globalizado y de mercado son inevitables. Pues bien, cuando llegamos a estos momentos es donde se tensa o se pone blanco sobre negro las diferentes miradas de la sociedad, la economía y la política.

La derecha derrotada electoralmente por tercera vez centrará su estrategia en la inseguridad, no hace falta ser un oráculo para eso y por supuesto recorrerán con lupa todo el Estado y nuestras decisiones para hacer de  ello capital político. Bordaberry sin ir más lejos ya se reconvirtió de estadista que quería bajar la edad de imputabilidad a senador que promueve eliminar las bolsitas de plástico porque dañan el medio ambiente. De un solo plumazo se metamorfoseó de halcón a paloma.

Creo inteligente saber definir prioridades, si detuviéramos la obra por pagar deuda externa, por ejemplo sería una cosa, si es para usar esos fondos para atacar el tema de la potabilización del agua es bastante distinto.

Hace muy poquito vi una intervención de Gerardo Caetano donde decía que se estaba poniendo a prueba si los modelos progresistas o de izquierda eran solo viables para tiempos de bonanza y crecimiento.Desafío más que interesantesuperar lo trillado de que crezca la torta para que haya más para distribuir. Las miradas empresariales, neoliberales y de derecha seguro que hablarán de eficiencia, de austeridad y por supuesto de ajustar el cinturón. Si no preguntémosle a los griegos.

Sin embargo creo que los Estados tienen que ser eficientes y justos, con todos sus habitantes. En cualquier situación, con viento a favor y con viento en contra. Hemos legitimado el facilitar la inversión, hemos favorecido con una proactiva política internacional de apertura de mercados al empresariado y con el famoso viento a favor han tenido las empresas enormes ganancias. Las nuestras también, las públicas (no todas, algunas impertérritas mantienen su nivel, son un dolor de cabeza), las que son de todos han acompañado la tendencia del país y su economía, han sido dinámicas  y dinamizadoras, los tres grandes colosos nuestros UTE, ANTEL, ANCAP, han tenido en este tiempo un rol destacado. Se han modernizado, creo que el cambio de matriz energética y la conectividad son logros innegables. Las ganancias que estas empresas han generado, volcadas a rentas generales o a inversión han causado efectos favorables en toda la sociedad.

No podremos ocultar los errores, si compramos un remolcador que no funciona es una burrada, si la marina compró motores que no existen es robo, si no encontramos la manera que AFE, funcione…bueno estamos en problemas.

Pero no es menos cierto que trabajamos por un país más inclusivo, hoy se pone en discusión como seguir cuando la torta no crece. Ajustarse el cinturón, perfecto ¿pero quién hace la dieta?

Eso sí que es ideología, eso habla de la filosofía conceptual que nos regirá. La Asociación Rural del Uruguay ha dado muestras de ser poco dada a restricciones y cargas impositivas. El famoso impuesto que impulsó Mujica para caminería simplemente lo combatieron por inconstitucional, si era necesario o justo, un detalle, pero no se va andar pagando cosas en contra de la Constitución. El impuesto a primaria, se suspendió en coyuntura crítica para el sector y nunca más se volvió a pagar, ni amagaron a hacerlo luego de superada la crisis. La reinstalación del impuesto les molesta.

Parece finalmente que los intereses económicos encontrados existen y como campo de disputa quien ejerce la presión más adecuada obtendrá conquistas o verá satisfechas sus demandas.

Quizás el Frente Amplio hoy no esté en condiciones detomar definiciones conceptuales estratégicas pero cuando la  situación economía se complica es indispensable marcar el sesgo de las medidas a tomar.

Será determinante lo que hagamos en lo referente al TISA, será importante ver cuánto dinamismo le damos a nuestra economía sin que el salario de los trabajadores se resienta.  Habrá que ver a las empresas que se vieron favorecidas en todo el período cuanto son de solidarias con el país a la hora de ser más austeros.

Eso si será profundamente ideológico, ver en qué sectores sociales se respalda el gobierno para llevar a delante sus políticas.

Desde la izquierda también podemos ser dinámicos y proactivos, me pareció buena la intervención de la Intendencia interesándose en el tema. Quizás el uso de los fondos previstos por Antel para la construcción deban tener otros destinos y éstos sean más relevantes, pero también es legítimo que la Intendencia de Montevideo participe y porque no, encuentre soluciones financieras que lo hagan viable.

El reciente electo Intendente planteó la necesidad de formar un fondo de inversión de quinientos millones dedólares para obras consideradas imprescindibles, ¿no podría aumentarse ese fondo a quinientos ochenta e incluir el Arena?

La hora del avance democrático aún en realidades económicas adversas parece ser el desafío progresista y de izquierda  más inmediato por venir.

Por Walter Martinez
Columnista uruguayo

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