Aurelio González: un fotógrafo libertario
“Si una foto no es suficientemente buena
es porque no estabas suficientemente cerca”
Robert Capa
Un libro de reciente publicación, de excelente factura, con calidad de papel satinado y fotografías de alta reproducción en blanco y negro, nítidas y emocionantes, que reflejan lo que vio y vivió el fotógrafo durante la Huelga General más los tres años en que se mantuvo en el Uruguay de la dictadura antes de irse al exilio, acompañado de un testimonio escrito y gráfico, atravesado por el episodio del rescate de los rollos de esa época: tal es esta edición de lujo, que recorre el inicio de una de las épocas más oscuras de nuestro país y la lucha consecuente para recuperar la institucionalidad democrática.
De polizón a fotógrafo, Aurelio González y Salcedo, “el Gallego Aurelio”, en realidad nació en Marruecos (Uad-Lau) en 1931 y llegó a Montevideo en 1952. Fotógrafo casi de casualidad, puso su oficio en el registro de las causas populares. Por su lente desfilaron asambleas, manifestaciones, ocupaciones de fábricas o facultades, conflictos sindicales, y las impactantes imágenes de la represión policial y militar.
En esa profesión, sobre todo durante las Medidas Prontas de Seguridad, las condiciones de trabajo eran riesgosas. A los fotógrafos de El Popular les arrebataban la máquina de fotos, les velaban los negativos y los detenían. Aurelio mismo fue detenido muchas veces.
Esconder el archivo de El Popular fue una tarea muy complicada que hicieron entre Héctor Mesa y él, pero recuperarla fue toda una serie de circunstancias favorables que se aliaron para ello, incluso la humedad, que podría destruir los negativos, selló las latas en que se conservaron intactos y los preservaron de su deterioro.
Por su relato vemos desfilar los prolegómenos del golpe de Estado y la respuesta obrera, estudiantil y popular, pero también el ambiente que se había venido respirando, el aumento de la crisis política y social, la carestía, el descontento y la represión de la protesta.
Libertario en el sentido de partidario de la libertad, en un sentido un tanto anarquista, trotamundos él al igual que las exposiciones de sus fotos que recorrieron varios países y ciudades: Madrid, Barcelona, Islas Baleares, Sevilla y Vigo; París, Grenoble; Amsterdam y Maastricht; Ginebra, Lisboa, Universidad de Buenos Aires (UBA), Paraná; Río de Janeiro, Pernambuco y Porto Alegre; Asunción del Paraguay. En Uruguay, en El Prado y en el Anexo del Palacio Legislativo; Fray Bentos, Mercedes, Canelones, Las Piedras, Rocha, La Paloma, Maldonado, Piriápolis, Tacuarembó, Paysandú, Salto, Juan Lacaze y San José.
Recordar el pasado para enfrentar el presente y proyectar el futuro
Al final, hay un párrafo aparte en la narración de los momentos vitales del hombre y del fotógrafo. Es sobre los cañeros y el recuerdo de una experiencia inolvidable. Y, sobre todo, el merecido homenaje a una víctima de la represión de aquel entonces.
Era el año 1964.
Mucha agua corrió bajo el puente, pero aún encuentra en Aurelio González la mirada inquieta que retrata la sociedad uruguaya de aquellos y de estos tiempos y su lucha constante en pos de la segunda y definitiva libertad.
(Aurelio, el fotógrafo – Un rescate lleno de historia, de Aurelio González, edición del autor, 2023, Montevideo, 141 páginas)
Por Sergio Schvarz
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