Javier Milei se alzó con la victoria prometiendo, entre tanta cosa, llevar a cabo reformas extremas basadas en el libre mercado y políticas de seguridad de mano dura contra la delincuencia. Economista y neófito en la política de extrema derecha, ha desatado polémica por defender propuestas como la eliminación del Banco Central, la legalización de la venta de órganos y la relajación en las restricciones sobre el porte de armas. Las drásticas políticas de Milei podrían empeorar las cosas, si es que consigue aprobar leyes importantes en medio de su falta de aliados políticos.
Y además de eso, tendrá que enfrentarse a estructuras criminales arraigadas en suelo argentino. Tres de los problemas de crimen organizado que Milei deberá resolver con mayor urgencia son los que plantean puertos y fronteras, corrupción y lavado de dinero.
1.- Las fronteras comunes con algunos de los principales productores de cocaína y marihuana y sus múltiples puertos internacionales hacen de la Argentina un territorio atractivo para los grupos
delictivos implicados en el tráfico transnacional de drogas.
Al norte, las provincias de Salta y Jujuy comparten una frontera porosa con Bolivia, donde el negocio de la cocaína va en aumento. Una importante autopista, utilizada tradicionalmente para el contrabando de cocaína, atraviesa estas provincias y conecta Bolivia con las mayores ciudades y puertos de Argentina. Hacia el este, en la frontera con Paraguay, las provincias de Corrientes, Misiones y Formosa son importantes corredores para el tráfico de la potente marihuana que allí se cultiva.
Algunas de las drogas que entran en el país se consumen localmente; el consumo de cocaína ha sido históricamente elevado en Argentina, y el de marihuana va en aumento. Pero los principales mercados están en el extranjero. Con una larga costa y numerosos puertos internacionales, los grupos criminales utilizan Argentina como país de tránsito para los envíos de droga a Europa y Australia, donde un kilogramo de cocaína se vende a un precio varias veces superior al de Argentina
Intentar frenar el tráfico de drogas será difícil. Las fronteras de Argentina son extensas y difíciles de patrullar. Cuando se cierra una ruta, los traficantes no tardan en abrir otra.
En lugar de intentar detener la droga antes de que entre, puede ser más eficaz para las autoridades centrarse en los puntos de salida, propuso el analista de seguridad y politólogo Diego Gorgal.
«Porque si de esos 20 puertos [de Argentina] se reduce la posibilidad de portar drogas, se va a reducir la cantidad de droga que ingresa al país para ser exportada», afirmó. «Entonces es mucho más efectivo controlar 20 puertos que controlar 2500 kilómetros de frontera norte».
2.- Ninguna política, operación o iniciativa puede lograr avances significativos contra el crimen organizado mientras la corrupción permita a los grupos eludir las inspecciones fronterizas, evitar ser enjuiciados y lavar sus ganancias.
Argentina ha tenido casos de corrupción en los niveles más altos del gobierno. En 2017, la expresidenta Fernández de Kirchner fue imputada por lavado de dinero. Las autoridades señalaron a Kirchner de utilizar su empresa de construcción, que fundó en 2006 durante la presidencia de su difunto marido, para blanquear sobornos que recibió mientras ocupaba el cargo más alto del país. Como parte de la investigación, se congelaron 590 millones de dólares de los activos de Kirchner. El caso se cerró, se reabrió, y uno de los jueces resultó implicado y se le abrió una investigación. La causa contra Kirchner sigue abierta actualmente.
El vicepresidente de Kirchner, Armando Boudoud, fue condenado a cinco años de prisión en 2018 por adjudicar contratos públicos a una empresa de la que era copropietario. Y en 2018, el juez federal, Walter Bento, fue procesado por cobro de sobornos y lavado de dinero en relación con la liberación de personas detenidas por contrabando, narcotráfico y falsificación de documentos. Con funcionarios públicos de varias ramas de poder y niveles del gobierno dispuestos a aceptar sobornos, el crimen organizado se ha blindado, creando conexiones para evitar capturas y eludir investigaciones.
En Salta, una familia de traficantes conocida como el Clan Castedo trasegaba unas cuatro toneladas de cocaína al mes desde Bolivia hasta los puertos argentinos. Actuaron con impunidad por décadas gracias a funcionarios corruptos, entre ellos un juez que advirtió al líder del grupo, Delfín Reinaldo Castedo, de los operativos en su contra y un diputado que poseía una finca en la frontera boliviana que los Castedo utilizaban para trasegar cocaína.
En Corrientes, un grupo de traficantes de marihuana conocido como los Gordos está acusado de sobornar al exintendente, a altos mandos de la policía y a otros funcionarios públicos para mover toneladas de marihuana desde Paraguay. Mientras tanto, en Rosario, una importante ciudad portuaria asolada por la violencia desde hace años, policías corruptos han colaborado con traficantes y vendedores locales.
Milei ha centrado su atención en la corrupción en las obras públicas, afirmando que la privatización reduciría la posibilidad de corrupción. “Si el mercado quisiera la obra en cuestión, no sería necesario que la hiciera el político, por lo que hay una doble pérdida social, una por el retorno diferencial y otra por el dinero que pasa por mayor cantidad de manos. Lo cual es la base de la corrupción”, afirmó en Twitter.
Además, afirmó que reproducirá las políticas utilizadas en Chile para privatizar elementos del sector público con el fin de reducir la cantidad de dinero que pasa por las manos de los políticos.
3.- El lavado de dinero es vital para los grupos criminales en Argentina, ya que convierte sus actividades delictivas en beneficios aprovechables. Si Milei quiere hacer frente a los problemas del crimen organizado en Argentina, tendrá que aumentar la capacidad del país contra el blanqueo de dinero.
“Sabemos que la complejidad del problema de la droga tiene que ver con la producción, con el transporte, con la comercialización [y] con el tema del financiamiento y el lavado. No podemos aisladamente tomar estas cuestiones”, señaló Jorge Jofré, criminólogo y funcionario judicial de la Fiscalía General de la Provincia de Córdoba.
El último análisis realizado por la unidad antilavado del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Argentina reveló que el 59% de las sentencias por lavado de dinero en Argentina tuvieron relación con el narcotráfico. Pero, según el informe, los tribunales argentinos rara vez juzgan estos casos.
Varios factores hacen el país vulnerable a esta dinámica criminal. Por un lado, carece de una base de datos centralizada de pruebas para las investigaciones de lavado de dinero, lo que dificulta el seguimiento de casos que abarcan varias jurisdicciones. Además, gran parte de la economía del país es informal y se basa principalmente en pagos en efectivo, lo que dificulta el seguimiento de las transacciones financieras.
Los grupos criminales locales han sabido aprovechar estos puntos débiles para lavar dinero proveniente de numerosas actividades delictivas, como el narcotráfico y la trata de personas. Grupos transnacionales, como el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y la familia de Pablo Escobar también han lavado dinero en Argentina.
Las élites argentinas también han estado implicadas en el lavado de dinero y la corrupción. Entre los acusados figuran la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) y el magnate de la construcción Lázaro Báez.
El Gobierno está estudiando reformas para reforzar la Ley 25.246, que creó la Unidad de Información Financiera (UIF) y estableció un sistema para investigar transacciones sospechosas. Pero dado que Argentina ya cuenta con leyes para luchar contra el lavado de capitales, Milei necesitará voluntad política para perseguir casos de alto perfil si quiere dar un golpe contundente a las transacciones financieras del crimen organizado.
Pero las grandes reformas serán todo un reto. A pesar de sus recientes avances electorales, el partido de Milei solo cuenta con una fracción de los escaños necesarios para obtener la mayoría en ambas cámaras de la legislatura argentina. Es probable que forme coalición con aliados del expresidente Mauricio Marci y Patricia Bullrich, a quienes Milei dio las gracias en su discurso de victoria. Sin embargo, aún está por ver qué coalición formará y cuáles serán sus prioridades legislativas.
Por Christopher Newton
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