El tren de la costa montevideano
El auge de particulares intereses financieros contiene la omisión por los intereses de la sociedad. Está ocurriendo en cada vez más actividades del vivir humano, a la par que globalizadas híper mercantilizadas. Invade hasta las religiones, la política e incluso la atención de la salud. Desde hace tiempo sus objetivos mercantiles se apoderaron del ocio, el deporte competitivo y otras manifestaciones de la cultura. Su principal promotor son los medios de difusión (e información?) a los que se agrega el uso de redes sociales y su masiva demanda. Basta ver el caso de Spotify del que muy bien se ocupa Fernando Santullo con gran claridad conceptual. (1) En su nota se visibiliza quién y con qué objetivos está detrás de la plataforma.
El poder sigue siendo opaco
Sobre el emprendimiento para un tranvía entre la Plaza Independencia y El Pinar, el empresario Salgado nos da clases de urbanismo, mimetizando el negocio en el “servicio a la población” en tanto sus posibles usuarios forman la materia prima de la ecuación económica. Y los “expertos voceros” se refieren a ellos en cantidades, sus flujos de demanda…y capacidad de pago. Es con estos insumos que proyectan sobre el territorio sus convenientes distancias parciales entre paradas y entre origen y destino. Pero ya en funcionamiento, los horarios y frecuencias que provean porcentajes de ocupación “rentable” o -sea con buenas ganancias. Seguramente serán programados para maximizar beneficios… aunque sea minimizando servicios. Basta tener que esperar en el barrio un bus fuera de las horas pico para imaginar cómo y cuándo tendremos que acceder a las estaciones del citado tranvía en “18” o Avenida Italia.
He argumentado en este medio cómo la saturación automotor confronta y distorsiona la movilidad social sobre el territorio urbano. Compartiendo el mismo plano horizontal a ras de tierra, peatones y ciclistas son controlados y obligados a desplazarse dando prioridad a los vehículos y, por eso mismo, corriendo riesgos sobre su propia integridad física. Pero también sobre su salud orgánica y la psiquis _ sabidos los daños causados por los gases de escape y la polución sonora_ a las que como profesional, agrego la percepción visual del paisaje urbano.
Hay otras formas
Hoy mismo en ciudad del El Cairo están inaugurando un monorriel para transportar sin interferencias miles de personas con rapidez, seguridad y comodidad a precios populares. Es un ejemplo más sobre cómo integrar un sistema intermodal adaptado a la metrópolis extendida y no meramente a la lineal cobertura parcial como el emprendimiento citado se propone hacer. Al respecto, ya he publicado un circuito tentativo para un monorriel elevado.
Qué podemos hacer
Mientras la tendencia a liberar el mercado nos transporta al pasado, es necesario resistir tozudamente y “volver al futuro” retomando un camino que satisfaga derechos ciudadanos entre los cuales, la movilidad territorial al servicio de las mayorías. Cada uno elige desde qué lugar hacerlo. Este es el mío.
Luis Fabre (arquitecto)
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