A mí también me sorprendió. Me sorprendió antes de escuchar la opiniones de Yamandú Orsi sobre la entrevista a Marset realiza por el programa del Canal 4.
Me sorprendió que el relato de Marset esté tan alineado al discurso del gobierno. Esto no significa que el gobierno sea narco pero confunde porque genera más sospechas y alimenta la oscuridad del tema.
La oscuridad no son por culpa de los rumores, informaciones exactas del periodismo o los hechos acaecidos sino porque el gobierno no pudo arrojar ni una sola gota de luz para aclarar o mejorar la situación.
Al contrario y peor aún, en el Parlamento mintieron y desinformaron, tal es así que ya renunciaron Ministros, Canciller y altos funcionarios del gobierno actual.
Funcionarios de confianza del gobierno de la A a la Z del Presidente que se echan las culpas entre ellos porque a la H ya no se la puede tontear e ignorar porque suena y revientan.
El foco y las obligaciones están ahora en el Presidente porque la compleja situación exige que sea Lacalle Pou que en algún momento dé las explicaciones de manera responsable y con fundamentos.
Está a tiempo pero todavía nos las hubo, él lo sabe por eso está inseguro, incómodo, nervioso y hasta agresivo. Hasta el momento solo hubo una conferencia de prensa para unas cómodas preguntas y corte abrupto a la tanda.
El Uruguay tal vez por estar atormentado de problemas y seguramente porque nos cuesta salir de la solemnidad, además de contar con una oposición democrática y responsable, no se ha tocado alguna fibra que el altere peligrosamente el sentir popular, pero sabemos que las masas cuando se apoderan de una verdad puede llegar a límites impredecibles tanto para lo bueno como para lo malo. Por eso, para no llegar a esos extremos, es importante la ética y la verdad para construir saludablemente la democracia, no la falsa sinceridad que muchas veces muestra el gobierno actual sobre los sucesivos escándalos que lo caracterizan.
El pueblo siempre es el que decide. Con ética en el accionar de los gobiernos estaremos siempre seguros del lado bueno.
Es fundamental que el Presidente actual del Uruguay, Lacalle Pou, se acomode en su lugar y dirija al gobierno con democracia y republicanismo. No se dedique junto a sus capangas y cámaras a meter el «peso» a unos de los candidatos de la oposición.
El Presidente, sin llegar al tal extremo, nos hace acordar a aquellos alterados en la puerta de los boliches de adinerados que con el jopo despeinado y camisa en mano dicen «agarrame que lo mato», típica persona que se cubre atrás de su entorno, que no se anima a pelear y piden que lo agarren para que no le peguen porque su avance es solo una falsa actitud de «hombría», es decir una muestra de fuerza machista para otras personas.
Realmente como ciudadanos es difícil aceptar que nos transformen en bananeros y mersas por la acción circunstancial del Presidente, de la misma manera cuando el Subsecretario de Presidencia pechereó a la periodista de TV CIUDAD, ¿se acuerdan uruguayas y uruguayos?.
Mientras unos trabajan extensas horas de trabajo (la suerte de tener trabajo), otros de tarde bajo el sol salen a patotear o a pecherear a candidatos y prensa con todo el peso del Poder de Presidencia.
Es lamentable y preocupa. Que nos ocupe a enderezar el camino. Con educación solo podemos.
Por Andrés Legnani
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