Versus construcción tradicional

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Varios parámetros concurren a la elección de sistemas en la construcción de viviendas. Morfología, duración, ubicación, tipología, diseño, precio, forma de pago, mantenimiento físico y de uso son considerados por los demandantes en cada contexto socio-económico y territorial. Implicado en ellos, el sistema constructivo tradicional en el Rio de la Plata mantiene inercia en las preferencias con relación al transcurso de las épocas. La herencia colonial incluye referencias a edificaciones civiles y militares en que la piedra y el ladrillo, el predominio de lo lleno sobre vacío en muros y cubiertas macizos complementados con madera, se mantuvo durante siglos. Esa morfología, funcional a la simbología del poder colonizador, perdura aún en el imaginario popular y en una mentalidad de vivienda supeditada a la seguridad respecto a los agentes del ambiente exterior.

La duración  y el mantenimiento físico en los sistemas tradicionales, implican que una vivienda, igual que siglos atrás,  deberá usarse por varias generaciones familiares, lo cual, con la movilidad y dispersión de la sociedad actual, ya no tiene sentido. Asumir  que una vivienda utilizada tal como se construyó a lo sumo por una generación, limita la condición de duración dando paso a soluciones menos ambiciosas, más factibles.

Arq- Luis FabreLa ubicación, que tiene que ver con la disposición de tierra y servicios parece un componente neutro en la elección de sistemas dada la diversidad de implantaciones en el territorio. No obstante, los sistemas livianos requieren soluciones de fundación con menores  costos y tiempo de ejecución. Asimismo, el suministro de materiales y elementos constructivos  a obra es menos complicado y oneroso que el de materiales  pesados para hormigón armado  y muros tradicionales.

Las tipologías en los programas de habitación han cambiado en función de la vida actual de los habitantes. La disgregación de la familia nuclear, la disminución del porcentaje de uso de la vivienda, conlleva la minimización del espacio cocina y de servicio como lavaderos, despensas, etc. La relación con el medio natural disminuye con los equipamientos y el uso actual. La necesidad de acondicionamientos térmicos y sonoros, los nuevos servicios, la automatización y la seguridad impactan sobre el diseño y la construcción, sobre las nuevas edificaciones y su vida útil. Las modificaciones necesarias son en principio más factibles con los nuevos sistemas. También el mantenimiento físico resulta menos oneroso por el recambio en lugar de la restauración, tal como sucede actualmente con los vehículos automotores.

El mantenimiento en uso tiene que ver con el gasto fijo de energías provistas por los servicios, cuyo costo permanente ahora se relaciona  con la sustentabilidad que una creciente conciencia ambiental impone. Nuevos componentes de paredes y cubiertas compuestos con aislantes, equipamientos y servicios, optimizan el uso de energías y suministros mediante instalaciones incorporadas al diseño de distintos sistemas.

Con lo expuesto, una primera conclusión es que la mayor resistencia a la adopción de sistemas alternativos de viviendas es…cultural.

Prosiguiendo con el análisis, el precio, condición del mercado, es  modificable. Superada por reivindicaciones de los trabajadores la utilización del salario como variable de ajuste, todos los involucrados, hacedores. y consumidores concuerdan en la necesidad de accionar otros parámetros para bajar el precio final de la construcción. Una opción es la construcción con sistemas alternativos evitando bajar la calidad de construcción. Competir en el mercado para que no pase lo que en  Uruguay, donde inversores y desarrollistas participan de exoneraciones tributarias con la Ley de Vivienda de Interés Social pero en lugar de trasladar la disminución de costos a los demandantes con  limitado poder adquisitivo, incorporan el sacrifico fiscal a sus beneficios. Si bien la direccionalidad hacia zonas de la capital con servicios se cumple, la libertad de precios deja excluida  la demanda con mayor necesidad.

El menor precio relativo también influye sobre la forma de pago. Con montos menores, las financiaciones acortan los plazos favoreciendo una adecuada relación  ingresos-cuota que permite a la misma generación que adquiere pagar la vivienda que usa.

Consecuentemente,  menores tiempos de garantías hipotecarias  liberan la propiedad como patrimonio y auténtico  resguardo a ser eventualmente usado con otros objetivos. A su vez, desde las instituciones financieras la rotación de capitales pasa a ser más rápida y servir a más demandantes de crédito para vivienda.

Redondeando
En mi experiencia en pequeña escala con varios sistemas comprobé se pueden,  con aplicación de conocimiento, bajar costos al sistema tradicional, apelando en algunos casos a la combinación entrambos. El acceso a viviendas sistematizadas es más fluido en función de su facilidad constructiva, menor tiempo de ejecución y precisa definición de costos. Esta forma de construir no apareja mayores dificultades técnicas a nuestros profesionales en diseño y construcción. Más bien pasa por superar (también en la Academia) el paradigma de la solidez,  calidad y duración de algunos materiales que, como el hormigón armado, están unidos a la historia de la construcción civil en el Río de la Plata. Concuerdo que construir para muchas generaciones sigue siendo válido para los edificios públicos que a ellas van a servir. Pero en programas crónicamente deficitarios como la vivienda, es hora de revisar esa postura. De hecho, está siendo violada continuamente con los asentamientos informales. Y  no sólo por los ocupantes precarios. También  por conocidas iniciativas de voluntariado a las que, con jóvenes y dinero, aporta la sociedad.

Otra resistencia a superar es, desde los gremios, la escasa de mano de obra obrera sin calificación que requieren los nuevos sistemas. Es hora de tener en cuenta que la capacitación necesaria para ellos representa trabajos mejor remunerados y más seguros. Y adquiere razón de ser esa capacitación durante los períodos de baja de actividad en la industria de la construcción.

Condiciones y restricciones
Por supuesto, todos los sistemas deben cumplir  condiciones mínimas de durabilidad, seguridad e higiene. La evaluación por parte del Estado y las normas de las administraciones locales son garantía de fiabilidad para los futuros usuarios y la participación profesional complementa la responsabilidad de las empresas que suministran los sistemas. Desde el Estado, las instituciones deberían compartir sus avales con las responsabilidades anotadas, respetando la condición de los técnicos formados por ellas mismas.

Pero en el Río de la Plata estos sistemas están sujetos a evaluaciones y certificaciones excluyentes en su instalación sobre el territorio de ambos países. Contradictoriamente, no se exigen evaluaciones previas  ni certificaciones para el sistema tradicional, salvo cálculos para la aislación térmica de componentes externos. En todo caso las certificaciones, complicadas, lentas y onerosas, deberían ser extensivas al mismo para igualar las oportunidades que a suministradores y sobre todo, demandantes de vivienda deben darse. Para hacer el derecho a  la vivienda realidad.

Arq. Luis Fabre
luisfabre@gmail.com

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