A veces escribir es como pensar en voz alta. Le vas poniendo letras, oraciones, conceptos al papel o a la pantalla y entonces releyendo, vas “mirándote pensar”. Borrás, te acordás, te resuenan las críticas que recibís sobre que no está bien escribir como uno habla. En fin, acortar la frase, o no ser redundante, ni demasiado extenso…. Bueno, punto y aparte.
En el medio de todo eso, encontrar lo que uno piensa y quiere comunicar se pierde a veces en un laberinto de información recibida, de opiniones dichas con contundencia. Mucho dicho sobre lo mismo pero distinto.
La tecnología ha abierto canales de comunicación y universalización de la información y el conocimiento tan impresionantes que en algún lugar nos desborda.
Siempre recuerdo la frase que dice que “el especialista es un tipo que sabe mucho de poco, que estudia cada vez mas de cada vez menos y termina sabiendo casi todo de casi nada”.
Si los viejos manuales decían que la Filosofía es la madre de todas las ciencias, hoy habría que afirmar que salió fértil para las pariciones, nuevas disciplinas, infinidad de aportes al conocimiento hacen que el ayer aparezca modificado por el hoy, no por lo que haya sucedido sino por como analizamos lo pasado.
Sociólogos, antropólogos, economistas, politólogos, abogados, educadores, periodistas van investigando, opinando y construyendo relatos sobre lo que va pasando y con ello vamos tomando partido. Mi querido Marc Bloch, con su manual sobre Que es la Historia, escrito de manera artesanal en un campo de concentración preso y fusilado por los nazis, ni siquiera pudo ver el fruto de su trabajo publicado.
Imagino su capacidad para abstraerse de la barbarie. Esos apuntes que fueron manual de historia con infinitas reediciones comienza recordando la pegunta que un niño le hizo a un amigo de Bloch…”papá, explícame que es la historia”, creo que pocos “especialistas” hoy podrán lograr la universalidad de aquel historiador francés a pesar de contar con tan poca herramientas.
El investigador de hoy tiene al alcance un verdadero festín de fuentes a las que acudir, tantas, que el peligro fundamental justamente debe ser el exceso, ubicar lo relevante de lo accesorio debe ser todo un desafío.
Supongo que segmentar el conocimiento para abordarlo con profundidad debe ser la explicación más lógica y la necesaria.
Ubico a la política como la disciplina más generalizadora de todas, la más abarcativa, de su acción surge el rumbo de las sociedades, las formas de regularnos, de convivir o no.
Tiene ésta disciplina la particularidad de la “participación masiva”. La política habilita, necesita y tiene distintas profesiones que confluyen en ella. Los especialistas contribuyen desde sus “saberes” a la misma, pero la política , por influir tanto sobre el todo, necesariamente no puede agotarse en “los especialistas” necesita indispensablemente para ser viable de la aceptación y de la participación de toda la sociedad o de la mayoría para que los acontecimientos sucedan. También pasa que minorías operan e imponen por la fuerza sus criterios. Pero la vida dice una y otra vez que estos mecanismos terminan siendo derrotados más temprano que tarde. Recorriendo la vorágine informativa uno se entera que EEUU tiene más de tres millones de soldados desplegados por el mundo. No parece ser parte de un fenómeno migratorio sino más bien una manera bastante contundente de hacer política.
Si uno busca en toda maraña de información seguro que directa o indirectamente la política de este país aparece en los conflictos bélicos que producen desplazamientos migratorios (esos sí que son desplazamientos migratorios) de masas, de multitudes que buscan escapar de la guerra y tener un lugarcito bajo el sol donde cobijarse.
Los historiadores, los de antes y los de ahora, con más o menos información siempre en la huella de nuestro pasado encontraron la presencia prepotente, intimidatoria o directa de EEUU en los acontecimientos mundiales.
Claramente el siglo XX en América, registra su influencia política y económica con solo un resultado, enriquecimiento norteamericano empobrecimiento del resto. No hubo relaciones simétricas en ningún momento, siempre tuvieron el sello de la desigualdad. Tiburón y mojarrita negociaron una y otra vez acuerdos y avales a través del FMI, ¿ganó alguna vez mojarrita? El mundo recientemente se vio sacudido fuertemente por una nueva crisis mundial financiera, por primera vez en América del Sur, vimos esa crisis como espectadores privilegiados, nuestros indicadores económicos y sociales mejoraron, tuvimos crecimiento, abordajes sociales que habíamos desconocido por décadas. Gobiernos de nuevo cuño, políticas que abandonaron el neoliberalismo, el rol de los Estados participando activamente y el FMI en retroceso en su influencia en nuestros gobiernos.
No caer en las prisiones de dependencias monopólicas ha sido la clave de nuestra mejora.
Esos antecedentes son los que fundamentan los votos contundentes de la mayoría frenteamplistas para rechazar el TISA. No hay simetría posible negociando con EEUU.
Por último, ojalá el privilegio que otorga el conocimiento no ciegue de soberbia a los “especialistas”.
No hay cosa más sin apuro que un pueblo haciendo su historia y no hay historia sin pueblo que la construya, que la viva, que la acepte y cree.
Por Walter Martinez
Columnista uruguayo
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