Recuerdo una célebre tira de Mafalda donde en una publicidad se elogiaba lo simple que era utilizar un lavarropas promocionado, decía, hasta un niño puede hacerlo. Aparecía entonces una indignada Mafalda diciendo porqué tenían que usar a los niños para hablar de la torpeza de los adultos.
Creo que uno de los aspectos más novedosos del conflicto de la Enseñanza fue la irrupción de los jóvenes liceales involucrándose. Con desniveles pero con originalidad que no siempre abunda, pudimos ver como estudiantes sacaron sus asientos a la puerta de su liceo como en el Zorrilla o el Dámaso.
En 18 de Julio frente a un centro de Enseñanza, colgaron una reproducción del cuadro de Paul Cezzanne, Los Jugadores de Cartas, donde se trucaba los rostros de los jugadores,colocando la cara Tabaré y Astori jugando la partida y en las cartas los porcentajes en disputa.
Cualquiera que entre al IAVA, ícono de la enseñanza pública, podrá ver rápidamente la presencia gremial, cartelera de actividades, cartelitos pegados promoviendo consignas, cajas donde invitan a donar libros, ciclos de cine, el instituto está impecable, en sus escalinatas hay muchachos haciendo música con guitarras y cajones peruanos de manera casi permanente en las tardecitas. Se puede ver al gremio estudiantil allí y también ocuparon el centro durante el conflicto.
No fue pareja la forma de participar en todos los liceos, ni respondió a miradas tácticas homogéneas pero creo que un paso importante se dio. Los estudiantes son sujeto y no objeto de educación.
Dentro de este marco ocuparonel edificio donde funciona elCodicen y otras oficinas públicas. Podremos calificar de distintas maneras pero los muchachos ocupantes llamaron la atención. Empezaron su medida sin romper nada y sin estridencias, como hicieron algunos gremios cuando entraron de” pesado” en oficinas públicas gritando consignas y grafiteando.
Presentaron plataforma, solicitaron ser recibidos y terminaron reuniéndose con legisladores para discutir los reclamos. No sé cómo les iría a esos liceales en las pruebas PISA, de lo que estoy seguro es que con su presencia demostraron un nivel de involucramiento que deberíamos aplaudir. Este mundo tan adulto del Uruguay de hoy infantiliza a los jóvenes y luego les exige conductas que no estimula.
Cuando se crean ámbitos adecuados los jóvenes responden. Está muy bien que se politicen, que discutan sobre los porcentajes para la educación y que reclamen y luchen.
En nombre de lo correcto o de lo que debe ser se podrá escandalizar sobre la ocupación pero como dilucidar conflictos, como canalizar las formas de protesta a ámbitos de diálogo primero y acuerdo después es parte necesaria de la convivencia democrática y me parece que es a los adultos a los que le cabe más responsabilidad para ello.
Las acciones multitudinarias más importantes de los últimos tiempos, de más impacto y más logros han tenido a los jóvenes como protagonistas.
El NO A LA BAJA, interpeló a la sociedad uruguaya de manera fantástica, fue la juventud uruguaya la que sacudió nuestra sensibilidad e hizo retroceder al miedo conservador.
Año a año las Marchas del Silencio nos convocan a miles en torno a Verdad y Justicia, sin embargo la de este año tuvo características singulares. Como respuesta a las infelices declaraciones del Ministro de Defensa, los jóvenes participaron como nunca dando al silencio una contundencia impresionante. Los jóvenes se involucran, participan y generan respuestas contundentes.
Las Marchas de la Diversidad son andanadas de alegría, tolerancia y color. Cuestionan a nuestras pacatas miradas y de manera pacífica van formando opinión primero, cultura adquirida luego. Me pregunto si no será éste el germen por donde crezcan y se desarrollen hombres y mujeres más libres y tolerantes. Creo firmemente que quienes participan de estas fiestas de Diversidad nos educan en contra de la violencia de género y la discriminación, esos males que parecen endémicos e inmodificables en nuestra sociedad.
Con una eficacia que asusta, la ocupación del CODICEN fue un acto juvenil de protesta hasta que el mundo adulto de hoy intervino. Nuestro Ministro que parece que no hubiera nacido a la política como joven libertario y revoltoso hizo un despliegue policial que hizo el deleite de las cámaras de televisión. Irma, gran estrella mediática intervino, gremios y organizaciones solidarios y combativos con abogado extrovertido incluido, se encargaron desde el otro lado de darnos una buena batalla mediática donde palos, piedras y lastimados hicieron el deleite de los televidentes y se extendió por varios días.
No evitaron el desalojo, y habilitaron una vez más a la judicialización delconflicto. Los procesados con las tremendas 200 horas comunitarias giran por las redes demostrando lo salvaje del sistema.El ministro muestra con videos de elaboración propia lo bien y racionalmente que actuaron las autoridades.
Lo que está en disputa, o en cuestión, o sea, como se distribuyen los dineros públicos en la nueva ley de presupuesto quedó escondido en la buena dosis gráfica de conflicto entre policías y manifestantes.
Fracasamos en la resolución del conflicto, hasta escuché o leí, ya ni me acuerdo, la conducta artera de los estudiantes que aparentemente cambiaban la plataforma reivindicativa durante el proceso de negociación evitando concluirlo.
Parece poco serio pensar que no se puede encontrar una manera sensata de dar fin a una ocupación de un edificio público. Estaban atrincherados allí ¿musulmanes radicales? ¿Extremistas de alguna causa violenta?…pues no, aproximadamente 30 adolescentes mantenían la ocupación.
En los sucesos del Codicen estuvo en discusión que tipo de democracia queremos, que tipo de democracia somos capaces de construir. Ya nos acostumbramos a las escenas de violencia en los espectáculos deportivos, donde barras bravas se enfrentan y la policía actúa en consecuencia. Ya nos acostumbramos a “los partidos de alto riesgo”.
¿Vamos ahora por los conflictos gremiales de alto riesgo?
Por Walter Martinez
Columnista uruguayo
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