El incienso y la pompa del poder

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¡Tuvo su Misa el Cardenal!

Con asistencia de lo más conspicuo del Partido Nacional, encabezado por el propio Dr. Lacalle Pou y de Cabildo Abierto con el Gral. Manini al frente.

Su fotografía, de boca abierta y semblante recogido en espera de la ostia que la mano cardenalicia le está alcanzando tuvo profusa difusión.

¡Simbólica!

Todos lo sabemos. Con el triunfo electoral de la Coalición Multicolor (aceptemos esa denominación que ellos mismos eligieron) la Iglesia vuelve al Poder.

Ya  está fijada una fecha para celebrar una en la Catedral con asistencia del Presidente ya efectivo y su nuevo elenco.

De alguna manera, más oficial.

Veremos si también proyectan Te Deum para más adelante.

Me refiero, por supuesto, a la Santa Madre Iglesia Católica Apostólica Romana aquella que consagró su poder como Religión Oficial del Estado en la Constitución de 1830 y que resistió tenazmente la defensa de sus privilegios como tal en una larga lucha que se inicia durante la presidencia de Berro.

Luchó por el contralor de los cuerpos. Desde la Fe de Bautismo hasta el control de los cementerios.

Porque el control de los cuerpos facilitaba el control de las almas.

¡Nada produce más devoción simple y no cuestionadora como la ignorancia! Por eso la Escuela Vareliana es apostasía.

Recién culmina el forcejeo durante el llamado “Primer Batllismo” en iniciarse el siglo pasado.

Los “cortes” en Historia son, simplemente instrumentales.

Si bien, oficialmente, la batalla por laicizar al Estado culminó en el primer cuarto del siglo pasado, a mí, en el 40, Doña Tomasa la catequista que nos preparaba para la 1º Comunión, me enseño himnos bien definidos.

La cosa era de memoria y creo recordar uno:…A Dios queremos/ en las iglesias, EN LAS ESCUELAS, y en el hogar….

Combativo, ¿no?

En una ocasión, hace años, con toda inocencia, pregunte el la principal Papelería si vendían cuadros de Varela…¡hubiera sido menos horripilante pedir cuadros de Lucifer!

La muchacha se puso pálida, corrió a llamar a una superior y la misma, con cuidadoso lenguaje me explicó que “allí no se vendían cuadros de Varela”.

El establecimiento de una demarcación clara entre lo estatal y lo religioso llevó casi un siglo en nuestro país.

Y es, podríamos decir: “Frontera en disputa”.

La Santa Madre, finge haber aceptado las cosas pero… ¡siempre que puede forcejea!

No fue únicamente obra de Don Pepe, que debe su apelativo a los monjes que copiaban los Evangelios durante la Edad Media en la paz de los conventos.

Alejados del mundanal ruido, los monjes copiaban a mano los Evangelios y con el mismo empeño que ponían en “Iluminar” las letras iniciales de cada párrafo, se ocupaban de hacer anotaciones marginales cada vez que aparecía el nombre de José.

En el margen ponían p.p. que señalaba el carácter de “padre putativo” del mismo. El verdadero Padre de Cristo era Dios y no podían caber dudas al respecto.

El buen carpintero José, llegó a Santo, pero, para la religión, es “Verdad de la Fe” que María fue el vientre virginal elegido por Dios para engendrar a Cristo: su único hijo.

Incluso, para purificar aún más el nacimiento de ese único hijo, la iglesia terminó proclamando la “inmaculada Concepción de María”.

“Ave María purísima” se saludaba sin bajar aún del caballo. “Sin pecado concebida”  se respondía.

Los devotos monjes, hacían la anotación marginal: p.p. De allí viene el sobrenombre de los llamados José. De allí que la Constitución liberal votada en Cádiz por la Junta de Gobierno que sustituía a Fernando VII gobernando en su nombre, al ser promulgada el  Día de San José fuese conocida como “La Pepa”.

“La Pepa” que recién en 1812 abolió la Inquisición que seguía quemando gente en España.

La Historia y los Hombres tienen sus cruces. Si a alguien podemos poner como símbolo del anti Artiguismo es a Lucas Obes.

Sin embargo, fue uno de los diputados que aprobó a “La Pepa” en Cádiz, Estaba allí representando a Montevideo sitiado y españolista. También, era un liberal que esperaba la “Vuelta del Bienamado Fernando VII” una vez derrotados los franceses.

Tan pronto volvió el Bienamado y se afirmó en su trono  pateó a “La Pepa” y proclamó su gobierno absoluto.  Cortando cabezas y agarrotando cuellos para que nadie cuestionara que su poder venía del Cielo.

Pero, esos son otros cantares, diríamos.

La recusada “Pepe” durante años fue estandarte del liberalismo en Europa “legitimista” y aquí de las nacientes patrias.

Quiero volver a la simbólica Misa del Cardenal. A la reafirmación gestual que proclama el regreso de la Santa Madre Iglesia Católica Apostólica Romana al sitial de privilegio.

No de Derecho porque no ha variado ni la Constitución, ni las leyes, pero sí: de hecho.

Ahumada por el incienso, que es el “Aroma del Poder y la Gloria” o casi…

Es curioso, la humilde comunidad religiosa cuya doctrina predicara Cristo y luego de su muerte y resurrección, ordenara propalar a sus Apóstoles ha ido variando.

Inicialmente fue religión y consuelo de pobres, esclavos, segregados y explotados. Perseguidos por su empeño en afirmar la existencia de un único Dios. Esperanzados en que, luego de su miserable y corta vida los esperaba el Reino de Dios.

Sitio no muy preciso pero en el cual todos serían iguales, dichosos y vivirían toda la Eternidad en la Paz y la Buena Ventura.

Las vidas eran cortas y “El Fin de los Tiempos” se esperaba para muy pronto. Con “el Juicio Final” en el cual los sufrientes en “este mundo” tendrían su sitial en “El Otro”.

El Eterno y Bien Aventurado.

Ésta Vida tan sólo era un  pasaje. Una travesía por el Valle de Lágrimas.

Cuando, casi dos milenios después, Marx sentenció que la religión era el opio de los pueblos, no quiso estigmatizarla como “vicio”. Se refería a su carácter de “consuelo” para el que sufre.

De esa suerte el Cristianismo vivió sus primeros siglos. En un mundo de tremendas injusticias, de vida breve y llena de angustias, ese “otro mundo” ese “Reino de Dios” era un consuelo y ayudaba a soportar.

Una luz al final del túnel.
Y una explicación satisfactoria: en este mundo estamos de paso y las penurias que sufrimos no hacen más que allanarnos el camino para el otro.

Pero, “cambia, todo cambia” y con el correr de los siglos, precisamente cuando Constantino disputaba la corona Imperial, comenzó un coqueteo entre la nueva Religión y el Poder.

Ya las antiguas creencias no motivaban a nadie. En cambio, esa nueva religión que prometía otra vida:¡ Feliz para todos! movilizaba a  grandes masas.

Poder y Religión llegaron a tornarse complementarios y a sostenerse el uno al otro.  El Poder constituye la armazón que esa entidad espiritual necesita. Ella, a su vez, justifica al Poder y lo sostiene.

Lo espiritual podrá ser lo esencial, pero, sin una estructura de Poder que lo fije, puede derivar y terminar por diluirse.

Así que la Apostolica  dejó de predicar en el llano.

El púlpito se elevó, se adornó y se aromatizó con los humos del incienso.

Edificó templos bellamente adornados. Con mosaicos bizantinos, frescos pintados y luego maravillosos vitrales se las ingenió para enseñar religión a una grey de analfabetos.

La historia la contaban las paredes, una especie de adelanto del “comic”.

Y el tiempo lo marcaban las campanas. Hora de levantarse, de trabajar, del descanso para comer y “la oración” para pasar la noche encomendados al Señor.

Fue un Emperador Bizantino quien convalidó como dogma oficial el Credo de Nicea. Y fueron los padres de la Iglesia quienes explicaron y justificaron el Poder de los Emperadores.

Al punto de justificar a las intrigas triunfantes. Si la misma había sido exitosa: era porque Dios lo habia permitido.

Si, en cambio, fracasaba, bueno…. En ese caso no había contado con el auspicio divino.

Cada vez que la religión se casó demasiado estrechamente con el Poder, las cosas terminaron mal.

“Inventaron” el Purgatorio para vender indulgencias y misas. Lo que terminó con la hermosa Catedral de San Pedro y con las herejías triunfantes de Lutero y Calvino.

No quiero ir más lejos.

Respeto la fe de las personas. Respeto también a las instituciones.

¡Jorobar!  Ya en Altamira quienes pintaban y quienes concurrían tenían creencias de tipo espiritual…daría la impresión que “los humanos somos así”

Aunque no lo parezca, estoy tratando de ayudar a la Católica a pensar con cierta proyección estratégica.

El mayor peligro para su existencia no está en el pensamiento laico. Ni en el Estado laico.

La “astilla del mismo palo” es su mayor peligro y el incienso y la pompa del Poder le impiden verla.

En tanto las jerarquías se bañan en las perfumadas aguas de su acercamiento al Poder, por debajo se está  adelgazando la base popular.

Hoy la iglesia Católica es más “religión de ricos” que apostolado entre los humildes.

Por un lado, el menor y menos agresivo, la Umbanda gana fieles y los terreiros se multiplican.

¡Basta darse una vuelta por Ramírez la tardecita del 2 de Febrero!

Yo, con sincero respeto, saludo a Yemanyá cada vez que paso. En portugués…porque no sé yoruba.

Por el otro, con el auspicio de los Amos del Mundo, avanzan los Pentecostales.

O los neo pentecostales. Ahora todo es “neo”.

Una variante muy libre de un cristianismo plagado de singularidades y abierto en un amplísimo abanico.

Los vincula una creencia: todo es cuestión de Fe y te irá en la vida de acuerdo a la fortaleza con que la tengas. Y del favor divino.

No me animo a profundizar mucho pero: Eso de hacer “milagros en vivo y en directo” que muchas veces escucho por la Radio, ¿no es Simonía?

Simón el Mago quiso comprarle a Jesús el poder de hacer milagros y fue rechazado por éste.

Únicamente Dios hace milagros. A través de su único hijo o de personas santas que Él mismo selecciona. No para siempre sino para un caso.

¡Entonces…? Esto de aliviar dolencias y “curar” en vivo y en directo…¿entra dentro del Cristianismo o es producto de los “mass media”?

Pero, con milagros espectaculares a pedido, o con “trabajitos” encargados a algún “orixa” la cuestión es que la Religión Católica, etc, etc. se va quedando despoblada.

¿Importa la trasmisión del mensaje divino, el apostolado, o importa el Poder?

Mucho bombo con el Liceo Jubilar que acaba de “colocar” a su ex Director junto al Papa Francisco, pero, en los marginados, en los trabajadores más humildes y precarizados, en los que necesitan ayuda material y consuelo, la “Santa” figura poco.

Santificarán al Padre Cacho…¡pero brilla más como excepción que como ejemplo.

En la Sociedad no hay “vacíos” y allí en donde falta quien organice y explique…”alguien” terminará por hacerse cargo de ocupar el vacío.

Vale para la religión y también para la política…¡compañeros!

Hemos hecho mucho por los humildes:¡es cierto! Pero, no siempre con los humildes y desde los humildes.

No sé si llegaremos a superar esa especie de “etatización de la solidaridad”. Ni siquiera estoy seguro que me estoy haciendo entender.

Pero, es con los pobres y no para los pobres.

¡Me estoy yendo del tema!

Quería, con todo respeto, señalarle a nuestra religión mayoritaria (por ahora) que no es regodearse con el aroma del incienso que asciende hasta el Púlpito la misión que le encargara Jesús a sus discípulos.

Es con la humildad y el compromiso de San Francisco que la Católica sobrevivió a las herejías y los cismas.

Tal vez, eso es lo que Bergoglio quiso enfatizar cuando eligió llamarse Francisco.

No es novedad para nadie que este neo pentecontalismo le sirve de punta de lanza al capitalismo trasnacional.

¡Que te lo explique Bolsonaro o la “provisional” Jeanine Áñez que disimula todo lo que puede sus pómulos pronunciados.

¡No es cuestión que alguien sospeche que no es blanca pura!

Por Eduardo Platero
28 de febrero de 2020

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