Portal del PIT-CNT | El politólogo Daniel Chasquetti valoró de manera «muy positiva» que a dos meses del cierre del plazo constitucional se hayan recolectado 445.526 firmas. Dijo que la cifra es «muy buena» y que como analista político está «impresionado» por lo que se ha logrado en un contexto de pandemia que coloca exigencias «nunca antes vistas». En diálogo con el Portal del PIT-CNT, el doctor en Ciencias Sociales y magíster en Ciencia Política analizó el escenario político actual, el rol del movimiento sindical, los cambios de rumbo en la conducción del Mides y la forma en la que se procesó e informó el cese de Pablo Bartol, minutos antes del mensaje del 1° de mayo. Desde su perspectiva, «Bartol fracasó en su gestión», «no dio con el nivel que se necesitaba» y la designación de Martin Lema al frente de la cartera es elocuente del grado de «preocupación» del presidente de la República, al nombrar «a uno de sus mejores cuadros».
En la pasada jornada, la Comisión Nacional Pro Referéndum anunció que se alcanzaron 445.526 firmas para intentar derogar 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración (LUC). Para el politólogo Daniel Chasquetti, en el contexto de pandemia y con restricciones de movilidad por la emergencia sanitaria, la cifra difundida representa un resultado «muy positivo» y una «muy buena performance». Consideró que si bien es importante no perder de vista que la meta de los impulsores de la iniciativa es alcanzar el 25% del padrón electoral, «a la hora interpretar procesos hay que tomar en cuenta múltiples factores y creo que la pandemia impone exigencias nunca antes vistas». En este sentido, destacó el trabajo «capilar» y «puerta a puerta» de militantes de las organizaciones sociales y partidarias que 
impulsan la iniciativa, al verse imposibilitada la realización de grandes concentraciones. «Como analista estoy impresionado, porque yo era bastante más pesimista, pero la cifra realmente es muy buena». Asimismo, señaló que tampoco se puede obviar que «la agenda pública está dominada por un único y gran tema que es la pandemia. Cuando miramos los noticieros, el tema salud se ‘devora’ la agenda. Esto es algo inédito. Por otra parte, los propios actores vuelven todo el tiempo a eso, inclusive los que patrocinan la recolección de firmas». Sobre este punto, Chasquetti explicó que los propios actores que apoyan la recolección de firmas tienen que abordar otros temas relevantes de sus agendas. «El PIT-CNT está atendiendo y negociando situaciones muy complicadas sobre el empleo y el FA tiene que atender múltiples asuntos como fuerza opositora al gobierno».
Según el politólogo, una de las hipótesis posibles para entender el fenómeno de las firmas en circunstancias tan adversas, podría ser cierto efecto «rebeldía» de la ciudadanía manifestando su disconformidad con el gobierno. «Tal vez y a modo de hipótesis, la firma está representando algo más que un acto relacionado a un procedimiento previsto en la Constitución, sino que puede ser una forma de manifestación de molestia o descontento, un acto de rebeldía, porque hay ciudadanos que consideran que muchas cosas no están bien, está mal la economía, hay desempleo, cayó el salario, todos los días mueren unos 50 uruguayos por el COVID, entre otras dificultades. Tal vez, la firma de la papeleta para mucha gente está representando una forma de decirle al gobierno que no le gusta cómo van las cosas».
Otros tiempos, otros miedos
Consultado sobre posibles paralelismos en relación a las campañas de la LUC y el Plebiscito de 1980, por la imposibilidad de manifestarse y realizar actos masivos, e incluso sobre cierta sensación de «miedo» en la sociedad, puntualizó que son instancias muy distintas ya que en 1980 había una dictadura y las posibilidades de debate público eran casi nulas. «Por más que fue decisivo el debate televisivo de Enrique Tarigo y Pons Echeverry con los militares, en aquella oportunidad también hubo mucha propaganda capilar, muros pintados y volantes en las calles por ejemplo. Pero más allá de eso, fue decisiva la reflexión de los ciudadanos diciendo en las urnas que no querían eso que pretendía imponer el gobierno de la época. Tal vez ahora y a otra escala, la iniciativa pueda estar jugando un rol similar y firmar contra la LUC puede estar dándole la oportunidad a mucha gente de decirle no al gobierno».
Fracaso en el Mides
En relación a los cambios en la conducción del Ministerio de Desarrollo Social, Chasquetti sostuvo que el Mides es un ministerio «con muchísimos problemas» y que «Bartol fracasó en su gestión». Al respecto, dijo que el jerarca cesado llegó con la idea de «corregir» las políticas que desarrollaba el FA, pero se encontró con las consecuencias sociales y económicas que derivaron de la pandemia. «Eso exigía tener una gran capacidad para adaptar agendas y de reacción para ponerse a tono con lo que se necesitaba en una situación así. Y Bartol no dio el tono. Acá hay un fracaso de Bartol y de la conducción. Bartol llegó con algunas ideas pero hubo mucha improvisación y muchos prejuicios. Las declaraciones del ex subsecretario, Armando Castaingdebat, reconociendo que no le gustaba el Mides y que no entendía lo que era ese lugar, son la expresión del grado de amateurismo de esa gestión. Me parece que eso no daba para más y que tarde o temprano le iba a generar grandes costos políticos al gobierno. Es un milagro que Bartol haya transitado todos estos meses y no haya sido interpelado, por ejemplo, por distintas fallas en la gestión de ciertas políticas sociales o por sus concepciones sobre cómo trabajar con la pobreza y también hay que mencionar las muertes de personas en situación de calle en el pasado invierno. Fueron distintos episodios complicados, las promesas que se hicieron y no se cumplieron, y lo que sucedió con las ollas populares. Es decir, se trata de una administración fallida y eso el gobierno lo sabe y lo ve. Entonces cuando llegó el momento de concretar el reemplazo el gobierno lo trató de hacer de la manera más elegante posible y colocó el tema en términos que salía el técnico y entraba el político. Pero Bartol no era un técnico porque un técnico es un experto en políticas sociales, por mencionar algunos, Julio Bango, Fernando Filgueira, esos son expertos en políticas sociales. Bartol era un practicante en el sentido que tenía experiencia y trayectoria social importante, pero no un diseñador o creador de políticas sociales. Y tampoco era un académico que discutiera con colegas internacionales sobre los sistemas de protección social. Lejísimo de ello. Ahora ingresa Martín Lema que es del riñón del Presidente. Y eso da la idea del grado de preocupación que tiene (Lacalle Pou), que está colocando allí a uno de sus mejores cuadros». Como un elemento adicional, Chasquetti apuntó la oportunidad precisa del anuncio del cese de Bartol y la designación de Lema. «Evidentemente la comunicación estuvo directamente utilizada para tratar de opacar el mensaje del 1° de mayo. Una decisión que se tomó el jueves y se comunica media hora antes del mensaje del PIT-CNT, me parece que esas cosas no son casualidad».
1° de mayo con creatividad
Sobre las particularidades del acto «descentralizado», con recolección de firmas y alimentos y un mensaje virtual brindado desde una sala de teatro por dos oradoras, el doctor en Ciencias Sociales y magíster en Ciencia Política destacó la creatividad como recurso en circunstancias adversas. «Es increíble cómo suceden estas cosas. Vimos muchos elementos novedosos. Primero el papel de las mujeres, este tipo de mensaje y las formas que se encontraron. Todo eso fue producto de las adversidades y eso también nos hace acordar a la época de la dictadura, donde hubo creatividad para expresarse entre tantas amenazas y censura. Me parece que el mensaje del 1° de mayo fue muy original, tal vez no logró la centralidad que podía haber tenido por esta ‘jugadita’ del Presidente, pero creo que el PIT-CNT pasó el desafío de conmemorar el 1° de mayo, logrando colocar algunos temas en el centro de la agenda y eso está muy bien».
Amenazas a la libertad de expresión
Consultado sobre la reciente denuncia de CAINFO de «reiteradas presiones de jerarcas del Poder Ejecutivo hacia periodistas y medios» (sic), Chasquetti dijo que se trata de «un problema muy serio que tenemos» y que la democracia depende casi siempre de algunos factores muy importantes, cumplir las reglas, y «que los perdedores acepten que los ganadores tienen derecho a gobernar, es lo que se le llama el consenso de los perdedores, porque sin eso no hay democracia. Pero también hay otro factor fundamental y es la posibilidad de que existan visiones críticas, prensa y medios de comunicación alternativos, que no sean controlados por el gobierno. Todo intento del Poder Ejecutivo por controlar los medios de comunicación es un golpe duro, un deterioro de la democracia. Yo creo que todavía no tenemos suficientes pruebas, porque faltan denuncias concretas frente a juzgados, que se hagan públicas. He revisado y lo que he encontrado son comentarios de periodistas que no se animan a decirlo –tal vez- para no perder su trabajo. Y veo que los canales abiertos de televisión han perdido pluralismo en sus programas, muchos de los programas están sesgados y hay como una intención todo el tiempo de bajar línea. Y todo esto daña mucho a la democracia».
Por último, afirmó que se trata de un tema que debe ser abordado con la debida atención. «Es una pena que se produzcan retrocesos en la materia ya que Uruguay se había consolidado en los últimos 15 años como el país de América Latina en el que había mayor libertad de prensa y pleno respeto por el trabajo periodístico. Tenemos que hablar de estos temas, no alcanzan los rumores que digan que hay llamados de Presidencia, se necesitan pruebas y que alguien denuncie. Si un periodista tiene algo para decir, debería decirlo. Es cierto que el mercado es chico y los periodistas tienen que seguir trabajando el día después de la denuncia. Pero si son asuntos graves, se deberían denunciar», concluyó.
Daniel Chasquetti
Politólogo
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