La indignación ha estallado en Ucrania después de un nuevo incidente en la frontera con Polonia, donde se manifestaron enojados agricultores polacos. Los agricultores creen que los productores agrícolas de su país vecino reciben ventajas injustas en el mercado europeo y han dejado en las carreteras cereales ucranianos destinados a la Unión Europea.
«Hoy somos testigos de una nueva escalada de violencia en nuestra frontera común», dijo Taras Kachka, viceministro de Economía de Ucrania. «La falta de respuesta de las autoridades polacas a la destrucción de suministros alimentará más xenofobia y violencia política». Kachka critica la «indiferencia» de Varsovia.
Fotos y vídeos que circularon en las redes sociales mostraron a agricultores polacos cortando la carga de varios camiones ucranianos el viernes, en protesta por lo que consideran una competencia desleal.
«Duele ver cómo se tira grano ucraniano a la carretera», afirmó la viceprimera ministra ucraniana, Irina Vereshchuk. Andrij Sadovy, alcalde de Lviv, una ciudad importante en el oeste de Ucrania cerca de la frontera con Polonia, calificó las acciones de los agricultores polacos como «vergonzosas». Según él, fueron llevados a cabo por «provocadores prorrusos».
Polonia quiere someter estructuralmente los envíos de cereales desde la vecina Ucrania a controles de calidad. Así lo informó el viceministro de Agricultura, Michal Kolodziejczak, quien señaló, según los medios polacos, que el grano ucraniano en tránsito a menudo se devuelve a Polonia si resulta ser de mala calidad después de llegar a Alemania.
Las declaraciones de Kolodziejczak se producen tras nuevas protestas de los agricultores polacos. Se manifiestan contra las regulaciones europeas y la competencia de la vecina Ucrania, que no es miembro de la UE. Los participantes en las acciones bloquearon carreteras y pasos fronterizos. Las acciones han ejercido presión sobre las relaciones entre los países vecinos.
Por ejemplo, el pasado fin de semana se informó que un camión que transportaba cereales ucranianos fue vaciado, para disgusto de las autoridades ucranianas. El alcalde de la ciudad ucraniana de Lviv, situada cerca de la frontera, considera que este tipo de acciones son inapropiadas en tiempos de guerra. «Actualmente los ucranianos utilizan su propia sangre para regar los campos con este grano», afirmó.
Mesa de prensa de La ONDA
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