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/ El Vaticano anunció el lunes que el Papa Francisco murió a la edad de 88 años, horas después de aparecer en una misa de Pascua y pedir el fin de la guerra de Israel en la Franja de Gaza.
El discurso de Pascua del Papa , leído en voz alta por el arzobispo Diego Ravelli, denunció el «terrible conflicto» en Gaza que «continúa causando muerte y destrucción y creando una situación humanitaria dramática y deplorable».
«Hago un llamamiento a las partes en conflicto: ¡declaren un alto el fuego, liberen a los rehenes y acudan en ayuda de un pueblo hambriento que aspira a un futuro de paz!», decía el mensaje del Papa, un abierto opositor a los conflictos militares y a quienes se aprovechan de la guerra , a la destrucción del clima y a la desigualdad económica descontrolada.
«Ante la crueldad de los conflictos que afectan a civiles indefensos y atacan escuelas, hospitales y operadores humanitarios, no podemos permitirnos olvidar que no se atacan objetivos, sino personas, cada una con alma y dignidad humana», continuó el discurso del Papa.
La noticia del fallecimiento del papa Francisco se produjo después de que una neumonía doble lo mantuviera hospitalizado durante más de un mes. El Vaticano no especificó la causa de la muerte en su anuncio.
John Nichols, de The Nation, escribió el domingo que los llamados del Papa Francisco a la paz lo han convertido en «posiblemente el defensor más consistente y de alto perfil de la humanidad del pueblo palestino durante un período en el que el ataque israelí a Gaza ha sido continuado con una violencia implacable».
Nichols continuó: Con una audacia y una especificidad que a menudo han suscitado controversia, este papa ha desafiado la injusticia económica, el racismo, el descuido ambiental, el militarismo y los abusos de las nuevas tecnologías que aumentan la desigualdad. Ha enfrentado numerosas críticas, no solo de conservadores que desaprueban sus puntos de vista, sino también de reformistas que sinceramente desean que haga más por modernizar la Iglesia. Sin embargo, en tiempos de excesiva indiferencia e impunidad, este papa se ha mantenido singularmente comprometido con las regiones en conflicto que las élites políticas y mediáticas descuidan o abandonan.
Esto ha sido especialmente cierto en el caso de Gaza, donde el papa Francisco ha abogado durante mucho tiempo por el alto el fuego, el bloqueo de armas, los convoyes de ayuda y una urgencia diplomática que reconozca que palestinos e israelíes son «pueblos hermanos [que] tienen derecho a vivir en paz».
En un homenaje al Papa Francisco, el teólogo palestino Munther Isaac escribió el lunes que «transmitió verdadera compasión a los palestinos, más notablemente a los de Gaza durante este genocidio».
El Papa dejó nuestro mundo hoy, y la ocupación y el muro permanecieron. Peor aún, dejó nuestro mundo mientras un genocidio continúa desarrollándose. Isaac escribió, señalando el pedido del pontífice de una investigación internacional exhaustiva sobre el ataque de Israel a Gaza.
Hoy me pregunto: ¿Respetarán este deseo los millones de personas que llorarán su muerte en los próximos días? —preguntó Isaac—. ¿Se preocuparán por los gazatíes y los palestinos como él lo hizo?
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