Fernando Pereira del PIT-CNT explicó las razones del paro de hoy

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¿Por qué para el PIT-CNT el 17 de setiembre?
La lucha sindical es hija de una concepción que entiende que las cosas no caen del cielo, se conquistan a través de la lucha. Y si hay argumentos sólidos para luchar en la perspectiva, entonces es posible lograr el objetivo que uno tiene o se plantea. Uruguay está sufriendo una pandemia y los trabajadores y las trabajadoras hemos sido muy responsables y por ello nos hemos encolumnado detrás de una política sanitaria que definió el Poder Ejecutivo y hemos contribuido en la elaboración de los protocolos para que en el trabajo haya seguridad. Hemos colocado lo mejor de nosotros: nuestros trabajadores estuvieron al frente de la salud, de las empresas públicas, de los comercios para proveer de alimentos y al frente de la recolección de residuos, entre muchísimas otras áreas. Muchos compañeros nuestros estuvieron decenas de días sin descansos fruto de que otros tenían que salir de licencia y cubrir la totalidad del servicio suponía un esfuerzo adicional. Todo esto lo hicimos en silencio, trabajando y muy callados la boca. Pero la realidad actual señala que hoy más de 100 mil uruguayos están en el seguro de desempleo y 130 mil dejaron de buscar empleo. Según algunas cifras, unas 100 mil personas cayeron por debajo de la pobreza y probablemente más del 40% sean niños menores de 12 años. Esta es la realidad actual. Por ello y por ellos tenemos que dar las batallas que entendemos justas.

Los trabajadores van experimentar una caída en su salario, tanto en el sector privado como el público. Precisamente, en el sector público hay una rebaja consagrada y ni un solo criterio claro de cómo se va a recuperar, salvo una intencionalidad. Los recortes en las empresas públicas están siendo durísimos: el querer ahorrar más de 900 millones de dólares va a ser un golpe duro para el conjunto de las políticas públicas que atiende el Estado, especialmente las que brindan un servicio a la sociedad, como las empresas públicas y los servicios públicos de atención a las situaciones de contexto crítico.

El PIT-CNT y la Intersocial presentaron al gobierno una serie de medidas para mitigar el impacto de la crisis económica y social como consecuencia de la pandemia y no obtuvieron respuesta. ¿Eso cómo se valora?
No hemos tenido respuesta, por lo que suponemos que las consideran negativas. Es así, ni bien comenzó la pandemia, presentamos un conjunto de 12 propuestas al gobierno para que se tomaran en cuenta y fueran analizadas, pero no hemos tenido respuesta a ninguna.

Hay quienes cuestionan que paran por trabajo precisamente los que lo tienen
Hay una peripecia humana que hay que poder entenderla. Los que tenemos trabajo, que somos los que vamos a parar, tenemos que tener solidaridad y empatía con aquellos que no lo tienen y por tanto demandar al Estado y al capital que tengan políticas activas sobre las personas que están sufriendo. Y al mismo tiempo, como movimiento sindical tenemos que denunciar con claridad que cuando se le baja el poder de compra del conjunto de los trabajadores, eso significa también bajar el poder de compra de los jubilados y eso a la postre significa tener un mercado interno mucho más débil, con lo cual muchos puestos de trabajo se colocan en zona de riesgo.

Razones para el paro hay sobradas: es por empleo, por trabajo, por salario, en defensa de la educación pública, en defensa de las empresas públicas, contra los recortes que se producen en el Presupuesto y por no tener políticas activas vinculadas a garantizar un bien elemental que es que la gente coma todos los días. Lo digo y lo diré una y otra vez: entre déficit fiscal y déficit social, sin dudas, déficit fiscal. La gente no puede pasar hambre para que los números le cierren al gobierno porque no se va a poder medir el déficit, los organismos internacionales no van a poder medir el déficit de la misma manera en que lo medían antes porque casi ningún país en el mundo está respetando ninguna regla fiscal. Porque se entiende que en una circunstancia como ésta, lo fundamental es proteger el entretejido social, el entramado productivo y el trabajo. Y los países destinan recursos multimillonarios en otras partes del mundo, para precisamente para preservar a su población.

No nos podemos enojar como país por una mención que es evidente: Uruguay es el país de América Latina que menos ha gastado en la pandemia. También es el país de América Latina que mayores fortalezas tenía, entonces, ¿por qué debilitar esas fortalezas? En todo caso, este es el momento de pensar que el sistema científico, el de investigación, la ciencia en el Uruguay necesita ese 1% que se reclama. No se le puede pedir soluciones a la ciencia y no darle al mismo tiempo una participación económica que la permita investigar, obtener el conocimiento y mantener los cerebros que ‘construye’ Uruguay dentro de la academia nacional, dentro de los institutos nacionales. ¿Qué vamos a esperar? ¿que nuestros científicos se vayan del país para admirarlos porque recibieron un premio en alguna parte del mundo o debemos retenerlos y ver los resultados y beneficios de contar con una universidad pública potente, un cuerpo científico potente?

En distintas oportunidades has hablado de las consecuencias de la deuda social que dejó la crisis del 2002.

¿Le preocupa al movimiento sindical lo que va a suceder ahora con esta crisis y pandemia?
Totalmente, si hay 40 mil niños más que van a entrar bajo la línea de pobreza, ese 17.2% va a crecer todavía a una cifra que no sabemos cuál será, pero va a crecer. Después le pedimos a esos niños que tienen fuertes problemas en los primeros años de vida, que tengan un desarrollo integral que les permitan tener 15 años de educación formal para acceder a los nuevos puestos de trabajo que se van a construir en el futuro. No es compatible un discurso que permita la pobreza infantil -y peor aún su incremento- con el discurso de que es necesario tener una educación integral de 15 años para poder acceder a un puesto de trabajo que, naturalmente, requiere mayor educación integral y también educación específica para el cambio en el mundo del trabajo.

Obviamente que si los niños tienen problemas de talla, de peso y de tamaño, hay que colocar más recursos en la educación. Y sin embargo cuando uno lee el presupuesto educativo comprueba que hay caída en algunos rubros y mantenimiento en otros. ¿Dónde está la apuesta al Uruguay social? Yo no la veo. Por tanto, no hay duda que hay un presupuesto de recortes, cualquiera que trabaja en el Estado hoy sabe que se está recortando.

El gobierno alega que esos recortes son para lograr una mayor eficiencia. Incluso periódicamente «se filtran» informes que hablan de ausentismo, de faltas de los funcionarios públicos, entre otros
Si no cuidamos a las maestras y los maestros, lógicamente se enferman. Naturalmente hay muchos enfermos porque no cuidamos a los que cuidan. No cuidamos a nuestros enfermeros, a nuestros médicos, a nuestro personal de salud, no tenemos una política que cuida al que nos cuida. Porque de última, en relación a estas enfermedades: o sospechamos que todos los maestros, maestras, médicos y médicas son personas embromadas o sospechamos que hay un modelo que enferma a trabajadores de determinadas áreas. Si es así, hay que investigar para cuidar al que nos cuida. Al que cuida nuestro bien más preciado, a nuestros hijos y nuestras vidas.

El problema es que muchas veces nos ponemos a mirar esto como si fueran números. ¿Acaso la alerta no tendría que ser que tantos trabajadores de la educación tienen enfermedades psiquiátricas? ¿Esa no tendría que ser la alerta? En lugar de poner esta alerta, se sospecha del magisterio nacional, algo que es inadmisible, porque durante todos estos meses de pandemia los maestros y maestras han estado trabajando, ingresando a la plataforma Crea, fuera del horario, también conectándose por whatsapp, han entregado cientos de horas gratuitas para que los niños y niñas no se desenganchen del valor de la escuela pública, de la sensatez, de la vida democrática que da la escuela. Aún en el peor momento de la pandemia se distribuyeron 57 mil bandejas por mes a los niños y niñas uruguayos y uruguayas con más dificultades. Y por si fuera poco, sin contar con los recursos para pagar a los proveedores que no son empresarios ricos, precisamente. Vaya si harán esfuerzo los trabajadores.

En lugar de sospechar y cuestionar al magisterio, a las y los trabajadores de la educación, a los funcionarios auxiliares que a veces tienen que afrontar realidades poco conocidas como por ejemplo casos en los que se dispone de un solo funcionario para cocinar a 400 alumnos, entonces lo que hay que encontrar es un mecanismo para cuidar a los trabajadores. Porque insisto, claramente no hay una política de cuidado y por ello los trabajadores se enferman.

En esta realidad, ningún médico le recomendaría a un trabajador que tiene una patología psiquiátrica o un virus que vaya a la escuela a trabajar. Pero parece que el razonamiento es cómo economizamos dinero y no cómo construimos una escuela de calidad que cuide la educación de nuestros hijos y que también cuide a los que los educan.

Otro de los ejes del paro está en el rol de las empresas públicas con el actual gobierno, especialmente a través de dos de sus pilares: la LUC y la ley de Presupuesto
Nosotros vimos con perplejidad que el gobierno retiró de la LUC algunos artículos que debilitaban ANTEL y otros que desmonopolizaban los combustibles, debilitando ANCAP. ¿Qué va a pasar con esos artículos? Nadie lo sabe, pero lo cierto es que hay un recorte que más adelante se verá reflejado en servicios de peor calidad. Y cuando baja la calidad de los servicios la gente comienza a quejarse. Hoy todos estamos conforme con ANTEL porque tenemos buena banda ancha, buena telefonía celular, porque tenemos acceso a datos, pero ¿si no los tuviéramos? ¿Si la inversión en ANTEL cayera? ¿Si nuestra competencia no la hiciéramos de la mejor manera eso funcionaría adecuadamente? Si como dicen nuestros compañeros de AUTE se sigue adelante con los recortes presupuestales y no se toma la cantidad de funcionarios adecuados para cumplir con los servicios públicos del ente, ¿cómo se va a resolver el tema de la calidad del servicio eléctrico? Estas respuestas nadie las da. Claro, después dirán que los servicios son muy negativos, que hay que hacer algo con ellos, que es lo que siempre han hecho los gobiernos conservadores para decir que las empresas públicas no deben estar en manos del Estado y que las podrían gestionar mejor los privados, pero no hablan de las empresas privadas fundidas. Y nada dicen de los cientos de millones de dólares de empresarios privados llamados deudores contumaces que le deben al BROU. Hablan todo el tiempo de Envidrio pero no dicen una palabra de las deudas multimillonarias de empresarios privados que multiplican por 40 la deuda de Envidrio y que están ahí sin pagar un peso.

El paro también es por salario
Tema absolutamente central, partiendo de la base que los trabajadores tienen que tener el derecho a vivir bien de su trabajo, y sin embargo hay 400 mil uruguayos que hoy viven con 20 mil pesos líquidos. Y vivir con un ingreso así es casi inviable. Hay una cantidad importante de jubilados cobran la pensión mínima: 13.500 pesos. Cuando se pelea por el salario se pelea por la calidad de vida que la familia aspira a tener para poder desarrollarse integralmente en términos de cultura, de recreación, de poder tener una alimentación digna y servicios públicos adecuados. Y esta pelea ¿desde cuándo no es legítima? ¿Desde cuándo alguien declaró que esta pelea es corporativa porque la va a desarrollar el movimiento sindical pero la va a cobrar hasta el último de los trabajadores que no hacen ninguna medida de paro?

Cuando el ministro doce que hay que preservar a los que no hacen huelga nosotros le decimos que la mayor preservación de los que no hacen huelga es precisamente que nosotros conquistamos las mejoras del salario que ellos después van a cobrar. Y eso es algo que deberemos conversar con todos los trabajadores, sin levantar muros y sin cerrar puertas, el resto de los trabajadores van a tener que pensar, con cabeza y espíritu abierto, que los logros y beneficios que ellos tienen, como el aguinaldo, salario vacacional, las asignaciones familiares, los beneficios sociales, los fondos sociales, por ejemplo, los tienen porque un día su sindicato los peleó, los ganó y los transformó en leyes o en convenios colectivos de trabajo. Esa es una deuda pendiente del PIT-CNT que tiene que hablar con la totalidad de los trabajadores para que se comprenda que la lucha paga. Tal vez haya quienes no entiendan un paro, hay luchas que tal vez no se entienden en el momento que las estamos dando, pero nosotros tenemos la responsabilidad política de hacerlas entender. Cualquiera puede entender que en un momento como este el PIT-CNT de la pelea por trabajo, por los salarios más bajos, por la defensa de las empresas públicas, por fortalecer el BPS como herramienta distribuidora.

¿Se enfrió el diálogo con el gobierno? ¿Han podido hablar de todas estas cosas con el Poder Ejecutivo?
Hablamos pero hasta ahora no hemos podido entender cuál es el conjunto de políticas que se van a desarrollar para atender determinadas circunstancias, sobre todo de aquellos que no tienen empleo o de aquellos que no tienen ningún tipo de ingreso. Hablar seguimos hablando, no nos hemos podido poner de acuerdo. Llegó al gobierno una coalición que tiene un corte conservador y la gente los votó. De la misma manera que todo el mundo sabe que el movimiento sindical va a defender este conjunto de banderas dentro de la Constitución y la ley y eso supone entre otras medidas, luchar. El paro es una herramienta táctica para ir en la dirección que el movimiento sindical cree que se puede ir. Si todos los resortes de decisiones estuvieran ubicados en el Poder Ejecutivo, las organizaciones sociales tendrían un papel testimonial y ese no es el papel que el movimiento sindical eligió para tener en el Uruguay. No va a ser una fuerza testimonial. Podremos ganar o perder conflictos como nos ha pasado a lo largo de la historia. Podremos ganar o perder referéndum como nos ha pasado a lo largo de la historia. Lo que nunca jamás hemos hecho a lo largo de nuestra historia es dejar de luchar.

Fuente: Web del PIT-CNT

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