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La decadencia del arte estrena, en su ya pretencioso e ininteligible vocabulario, un nuevo fonema: Bananalidad. Según el diccionario de arte VIP, el nuevo palabro significa: la prestidigitadora acción de convertir en arte un objeto vulgar, gracias al poder del dinero.

El Museo Guggenheim de Nueva York aceptó en “donación” la “obra” de Maurizio Cattelan que consiste en un plátano pegado con masking tape en una pared. Según el museo la obra fue donada por un generoso coleccionista que pagó por ella tres veces su valor en la feria Art Basel que era de 150 mil dólares, es decir, el certificado de avalúo que el museo aceptó fue de 450 mil dólares, ¡abracadabra! De un dólar se fue a 450 mil dólares, eso debe ser considerado más que arte, un milagro que ratifica que el neoliberalismo es una religión muy cumplidora con sus fieles. El formidable negocio debería ser cátedra en las universidades de Economía y en las de Teología. Existen sospechas de que el donante fue el propio artista, acusaciones infundadas de aquellos que no tienen fe en la buena voluntad de la mediocridad y el oportunismo.

La “obra” fue entregada con un instructivo detallado, y un certificado de autenticidad, muy necesario para evitar cualquier falsificación de esta masterpiece. El director del museo afirma que su departamento de conservación de obras está “muy preocupado” por el mantenimiento de esta delicada muestra de la estupidez humana, ya que hay que reemplazarla cada semana. Han contratado un team de científicos para calcular cuánto tiempo tarda la “obra” de arte en madurar y echarse a perder.

La propuesta que tenemos para salvar la integridad del arte, es donar varios racimos de plátanos al Guggenheim y en todos los museos del mundo, aquí ofrecemos una copia del certificado de autenticidad y del instructivo. Los pueden encontrar en mi site avelinalesper.com, no es justo que esos lujos los tengan únicamente los museos del primer mundo.

En los museos primitivos del tercer mundo o en “transformación” también tenemos obras maestras, aquí en México, la Secretaría de Cultura planea construir un museo para exhibir una caja de zapatos de cartón, porque considera que ese objeto y su autor, el artista orgánico-oficial-orgullo nacional de la4T, merecen ser consagrados como símbolos de su régimen. En el empeño van a destruir el Jardín Botánico, derribar árboles centenarios, y expoliar a todos los museos del país, no importa, la bananalidad es primero. En este futuro museo se aceptarán donaciones, así que pueden llevar su basura para ser consagrada como arte.

El arte VIP es inagotable, su estulticia es un agente armonizador, en países ricos o en trasformación como el nuestro, existe la misma obsesión: denigrar el talento y el verdadero arte para integrar a la mediocridad como una forma solidaria de igualdad. Arte bananero, gobiernos bananeros, la bananalidad está de moda.

 

Por Avelina Lésper
Escritora, crítica de arte (México)

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