A mediados de la década del sesenta del siglo pasado, los expertos se hacían muchas preguntas.
¿Causas?
Se preguntaban si se debía conservar la inimputabilidad hasta los 18 años, si se debía fijar un límite más bajo. ¿Qué valor tienen las medidas de seguridad?
Los expertos decían que es inútil dictar nuevas leyes, sin estudiar y establecer previamente, cuáles son las causas de ese fenómeno. Que hacer nuevas leyes sin analizar el fondo del problema no contribuye a su solución, sino a agravarla. Que 
hay que legislar después de haber consultado a distintos expertos, como juristas, psicólogos, psiquiatras, médicos, sociólogos, etc.
Aquí por ejemplo en varias de las modificaciones de la LUC se prescindió de gran parte de la academia. Más de medio siglo después, se siguen cometiendo los mismos errores.
O sea que la política criminal, parecería que no ha tenido bases técnico-científicas adecuadas.
¿Cuáles han sido las políticas de prevención y de control de la delincuencia juvenil?
¿Cuáles las medidas de asistencia social para evitar que los menores queden librado a las contingencias de la calle?
¿Por qué los adolescentes pasan muchas horas abandonados a su propia suerte?
¿Cómo ayudar a que hagan un mejor uso de su tiempo libre?
Cuando antes se detecten los problemas, mejor serán las soluciones a tomar. Cuando se detectan problemas, en los niños, se consiguen resultados positivos. A mayor edad es más problemático.
Por eso hay que invertir mucho en la edad preescolar y escolar.
Hay que invertir en la preparación de las distintas especialidades vinculadas al problema; en la investigación de las causas de la criminalidad y a estudiar la personalidad de los que han delinquido y cómo ayudar a progresar; sabiendo que no existen soluciones del 100% cuando se trata de la conducta humana, para entender mejor la dinámica delictiva.
Dos de los problemas son: el aumento de los delitos y la tasa de suicidio. Ambas muy altos en nuestro país. Ver cuáles son fenómenos universales y cuáles son de incidencia local.
Es imprescindible realizar una política de extensión cultural para ver la complejidad del tema de cara a la gente.
Yo no sé cuál ha sido el recorrido en nuestro país sobre los estudios vinculados al tema y su comparación regional y mundial. ¿Cuáles son los estudios académicos realizados? ¿En qué momentos? ¿Con qué frecuencia? ¿Cuál bibliografía?
¿Qué prioridades le da el gobierno a este tema? ¿El Estado no tiene responsabilidad en las soluciones?
¿Cuánto se invierte? ¿Cuánto en los diferentes países?
¿Cuáles son las razones profundas, que están detrás del problema? ¿Qué cambios culturales han ocurrido, que abonan el problema de la delincuencia?
¿Qué cambios sociales?
¿Por qué aumentan los delitos violentos?
¿Los cambios en las familias?
¿Hoy es más difícil poner límites que antes?
¿Cómo exigir puntualidad y cumplir con determinados horarios, cuando los adultos no los cumplen? ¿Cómo juega una sociedad cada vez más hedonista y consumista?
El adolescente violento no es un invento del siglo XXI. Basta leer el Diario de la Noche, de los años sesenta, para ver que eso ya existía. Era el diario más vendido por las noticias policiales, entre otros factores. Vendía más que lo que venden hoy todos los diarios en una semana.
La Revista Al Rojo Vivo se agotaba y vendía decenas de miles de ejemplares.
Falta un estudio serio al respecto.
El cine ha reflejado el tema desde hace muchos años. Presentaban como novedad lo que todo el mundo conoce hoy.
¿Qué papel han jugado los medios de comunicación?
¿La prensa impacta en la criminalidad?
Algunos dicen que ayuda a las tendencias criminales en la población. En el otro extremo, están lo que niegan lo anterior.
Si la prensa fuera el determinante principal habría mucho más crímenes y robos.
En los hechos la prensa que en forma reiterativa se “regodea” de los delitos, asesinatos, de las violaciones, de los asaltos aparatosos, ejerce su influencia solo sobre ciertos sectores de la población, aunque marca agenda y genera una influencia muy grande en los que tienen que tomar decisiones o en la población en general.
Basta escuchar el tiempo que le dedica la gente a este tema para confirmar lo anterior.
Lo que decimos para los jóvenes corre también para los adultos.
Pero hay causas mucho más graves que están detrás de la criminalidad: el aumento de la miseria, del alcoholismo y consumo de otras drogas, la promiscuidad, la explotación sexual, la violencia social y familiar, que suelen no aparecer en los grandes medios de comunicación. O lo hacen en menor cantidad.
Las noticia policiales deben existir, deben ser conocidos los delitos, pero sin las exageraciones, estridencias, sin ocultamientos de muchos de ellos. Sin manipulación. Información policial sí, pero sobria y sobre todo verídica.
Por el Prof. Gonzalo Alsina
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